El tiempo se agota en Dia: los vencimientos de deuda aprietan la prórroga para la opa de Fridman
- La ley de opas da margen al empresario ruso para extender su oferta hasta junio...
- ... pero el grupo de supermercados se enfrenta a vencimientos a partir de mayo
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Dia comienza este Jueves Santo la recta final de su particular viacrucis. La duda está en si el 30 de abril terminará en resurrección para la compañía o en condena hacia el sepulcro del proceso concursal. Todo depende del apoyo que Mijail Fridman reciba finalmente para su opa o de si, a última hora, decide incluir algún cambio más de guion.
El tiempo se agota según las cosas están planteadas hasta ahora en Dia. Aunque la prórroga de Fridman ha añadido unos días más, puesto que este miércoles se amplió del 23 al 30 de abril el periodo para aceptar su oferta de 0,67 euros por acción, las adhesiones cosechadas al momento se quedan muy lejos de sus objetivos. Hasta ahora solo un 3,3% del capital ha mostrado intención de vender, cuando la opa está supeditada a que casi 11 veces ese porcentaje haga lo propio. El apoyo es menor del ya raquítico que recibió en la junta de accionistas del pasado 20 de marzo, donde se hizo con la victoria por pura aritmética de mínimos. Frente a lo conseguido aquel día, necesitaba multiplicar por cinco el apoyo recibido.
Aunque en algunos foros se ha especulado con la posibilidad de que Fridman pudiera rebajar el mínimo de aceptación desde el 35,5% del capital que exige en la actualidad, lo cierto es que los analistas no contemplan esta opción. Este porcentaje equivale al 50% del accionariado al que va dirigida la opa, cuya aceptación es requisito legal imprescindible para que se pueda ejecutar a un precio considerado no equitativo sin obligación de lanzar después una oferta forzosa a cambio de un desembolso mayor.
Así lo han señalado ya tanto la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en su documento de aprobación de la opa como el consejo de administración de Dia en su informe de valoración de la misma. En otras palabras, renunciar a esta aceptación mínima supondría para el ruso tener que reformular la operación completa y, previsiblemente, rascarse un poco más el bolsillo si superase el 30% del capital. La única forma de evitar lo segundo sería que el argumento de que el grupo de supermercados se siga encontrando en causa patrimonial de disolución pesase más que el resto.
La ley española de opas establece que, hasta cinco días antes de que se acabe el plazo de aceptación, el oferente puede elevar el precio de su puja. Un mecanismo pensado para animar las adhesiones en su recta final si la oferta inicial no consigue despertar demasiado entusiasmo entre los accionistas a los que se dirige. Sin embargo, los hombres de confianza de Fridman han insistido una y otra vez en que no hay intención de recurrir a este mecanismo.
HASTA EL 10 DE JUNIO
Para lo que Fridman tiene más tiempo -a través del fondo LetterOne mediante el que ha trazado la opa sobre Dia- es para ampliar el periodo de aceptación y seguir insistiendo en la idea de que con él o al concurso de acreedores. Así lo ha hecho ya tres días antes de que venciese el plazo este sábado.
Aun después de esta prórroga, tiene en su mano alargar la extensión hasta el 10 de junio, pues la ley marca un plazo máximo de 70 días, de los que ya ha consumido los 30 primeros. Sin embargo, aquí sale en escena un problema añadido: los vencimientos de deuda. Este mismo mes de mayo, y especialmente en junio, Dia se enfrenta a este duro trago del que ya venía alertando hace más de un mes y medio.
La situación financiera del grupo se vuelve más compleja cada día que pasa. Es así que los pactos que se habían conseguido con los acreedores de la compañía quedaron en papel mojado tras la imposición el plan de rescate de Fridman. Y, además, este último ha marcado como condición previa a la firma de ningún acuerdo de refinanciación la toma de control del accionariado y el consejo del grupo.
NADIE ESPERA AL CABALLERO BLANCO
En lo que hay unanimidad en el mercado es en rechazar la posibilidad de que pueda llegar algún caballero blanco, como sí se especuló en un principio cuando los Bontoux asomaron por el capital de Dia. Ahora, con una cartera diluida y el pacto de accionistas roto con los empresarios españoles Gómez-Pablos, nadie apunta hacia ellos. Ni hacia nadie, dada la estrechez financiera que encara el grupo y la promesa de Fridman de dar guerra por la compañía. La contraopa tendría que llegar como tarde el jueves que viene, o bien cinco días antes de que acabe el plazo de adhesión si este se prorrogara de nuevo.
Mientras tanto, los opositores al ruso se siguen encomendando a que la opa no alcance la aceptación establecida. Prevén que de este modo se podría renegociar con los acreedores una tercera vía de reflote que permitiría a la acción remontar en bolsa jaleada por unas perspectivas más amables y una eventual ampliación de capital menos abultada que la que propone LetterOne, de 500 millones de euros.
Sin embargo, este escenario también abre la puerta a otra posibilidad menos amable para los que siguen esperando acontecimientos: la venta desordenada del 29,001% que ya controla Fridman. Un paso por caja que, sin duda, podría sumar presión bajista a la cotización de la compañía, anclada muy cerca de los 0,67 euros por acción ofrecidos. Por esta opción ya han comenzado a apostar algunos fondos especulativos, que en las últimas sesiones han incrementado sus cortos sobre un Dia que se enfrenta a las jornadas más decisivas de su historia.