Dia vuelve a la casilla de salida: mínimos históricos a la espera de su plan estratégico
- La cadena de supermercados sigue en caída libre y ha perdido un 50% de su valor en el año
- El grupo controlado por Mijail Fridman lleva casi dos años posponiendo su hoja de ruta
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Dia ha vivido un año de vértigo que ha culminado con su rescate financiero a manos del magnate ruso Mijail Fridman. Sin embargo, se acerca al cierre anual con una foto muy parecida a la que sufría a finales de 2018: mínimos históricos sin perspectivas de conseguir un rebote sólido.
Aun con sus ‘calentones’ transitorios, el hundimiento de Dia en bolsa sigue sin tocar fondo. Si hace un año se deslizaba hacia los 0,20 euros por acción, ahora pone a prueba incluso la cota de los 0,10 euros. Y el diagnóstico de los expertos es casi unánime: la ausencia de un plan estratégico cuya presentación lleva retrasándose cerca de dos años es el origen de esta continuada desconfianza del mercado.
Hace un año, la amenaza era una eventual entrada en proceso concursal de la compañía y su expulsión del Ibex 35. Ahora, fuera ya del olimpo de las cotizadas españolas, “el riesgo de quiebra no ha desaparecido por completo, sigue ahí”, explica Guillermo Torrego, analista de XTB. “Hay todavía muchos interrogantes sobre una compañía que ha multiplicado por diez sus pérdidas, pero sigue sin detallar un plan para mejorar su cifra de ventas”, recalca el experto.
Más allá de la determinante ampliación de capital que salió adelante gracias al respaldo de Fridman en medio de un escaso apetito por parte del resto de sus inversores, Ana Gómez Fernández, analista de Renta 4, advierte de que el foco hay que ponerlo en la reestructuración de la compañía. “La clave está en la presentación del plan estratégico a largo plazo del que solo conocemos algunas pinceladas de momento”, apunta al repasar la caprichosa trayectoria reciente del valor.
"Dia solo es apto para inversores que toleren mucho riesgo: está en caída libre y los últimos rebotes no han cambiado su aspecto técnico"
A la espera de que esta hoja de ruta se plasme en un documento con objetivos “no solo cualitativos, sino también cuantitativos”, la analista de Renta 4 no solo cree imposible diseñar una estrategia de inversión en la compañía, sino que considera tarea irrrealizable poder estimar “un precio objetivo con el que retomar una recomendación sobre el valor”. En este sentido, cabe señalar que mientras que hace un año eran 21 los analistas que conformaban el panel de consulta de Refinitiv para el grupo de supermercados, en la actualidad no son más que cuatro.
Y si los expertos coinciden en el diagnóstico, todo apunta a que el remedio está lejos por el momento. Los hombres de confianza de Fridman que el empresario ha puesto al frente de la compañía han deslizado que no habrá hoja de ruta con calendario de logros a conseguir hasta después de las cuentas de este 2019 en el que se ha consumado la toma de control del ruso. Dicho de otro modo, el plan estratégico que el mercado ya reclamaba a principios del año pasado podría no ver la luz hasta febrero de 2020 en el mejor de los casos.
Con un panorama así, Torrego sentencia que “Dia solo es apto para inversores que toleren mucho riesgo”. Una afirmación en la que cabe mencionar sus sacudidas más rcientes al calor de su decisiva ampliación de capital repuntó un 85% en tres días sin noticias que justificasen una mejora de valoración en el mercado para después ceder un 54% en otras tres sesiones y caer por debajo de los precios anteriores a aquel rally ante la misma ausencia de novedades.
Esa subida reciente “no significó prácticamente nada en el histórico bajista de Dia”. Así de contundente se pronuncia Javier Sanz, analista de Admiral Markets España al valorar los últimos bandazos del valor. No obstante, puesto que se encuentra en mínimos históricos que han llegado a perforar la cota de los 0,10 euros por acción, señala que “recuperar el hueco que dejó el 28 de noviembre para llegar al nivel de los 0,13 euros es el escenario más probable”.
UN DESCALABRO QUE LIQUIDA A LOS CORTOS
La remontada hacia la que apunta, como la de hace escasamente una semana, es considerable en términos porcentuales, pero dista mucho de suponer una mejoría en el aspecto técnico de fondo de una compañía que pierde más de la mitad de su capitalización en el último año. En cualquier caso, la subida seguiría sin justificarse por los fundamentales de la compañía, pendiente de conocer medidas cuantificables concretas más allá del cierre de las tiendas menos rentables y los cambios en la dirección de sus unidades de negocio más comprometidas.
El analista Roberto Moro llama a ser precavidos ante el posible discurso de que Dia “está barata”. Mientras no se produzcan cierres por encima de los 0,145 euros por acción, ve más posibilidades de que se confirme la pérdida de los 0,10 euros que de una remontada con argumentos que avalen la entrada en la compañía. A los que apuntan que el futuro plan estratégico podría aupar la cotización del valor, les replica que “está en caída libre” y que lo mismo se decía cuando a principios del año pasado se movía en el entorno de los 1,2 euros por título.
Hace un año, con un precio por acción que duplicaba al actual y una situación financiera más frágil, algunos analistas ya señalaban que la cadena de supermercados estaba barata
Actualmente, ningún inversor bajista acumula posiciones por un mínimo del 0,5% del capital de Dia, el porcentaje necesario para que su identidad y cartera se comuniquen públicamente al mercado. Los ‘hedge funds’ Whitebox Advisors, Sand Grove Capital Management y Guevoura Fund han liquidado sus apuestas a la baja sobre la cadena de supermercados después de haberles sacado amplias ganancias con su hundimiento a nuevos mínimos históricos esta última semana.
Mientras tanto, el capítulo de inversores relevantes de los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) vuelve a dar cuenta del desapego del mercado hacia la compañía. Ni uno solo de los consejeros del grupo, ni el inversor francés Gregoire Bontoux-Halley han notificado cambios en su posición después de la ampliación de capital. De momento, solo LetterOne, el fondo de inversión liderado por Fridman, ha reconocido que ya es dueño de un 74,82% del capital de una compañía que sigue a la espera de directrices claras para reflotar su negocio.