Incertidumbre, desconcierto, inseguridad… Estos son solo algunos de los calificativos que el sector de los grandes almacenes y el comercio minorista le han dedicado al plan de desescalada por fases que Pedro Sánchez presentó la tarde del 28 de marzo. Ni empresas ni patronales del comercio saben todavía cuándo y quién podrá abrir, qué entra dentro del pequeño comercio o por qué los centros comerciales y grandes almacenes están excluidos de la primera fase.
“No nos han aclarado nada. No tenemos ni idea de cuándo vamos a abrir”, denuncia en Invertia el presidente de la Asociación Empresarial del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex), Eduardo Zamácola.
El origen de la confusión está en el tamaño y en la falta de explicaciones del Gobierno. En la primera fase, que se inicia el 11 de mayo, el plan del Gobierno recoge la apertura generalizada de los locales y establecimientos comerciales que no tengan carácter de centro o parque comercial.
Esto no altera la actividad de los establecimientos situados en centros comerciales a los que se ha permitido seguir abiertos al público durante el estado de alarma (básicamente supermercados). Pero, ¿dónde encajan los centros comerciales urbanos o los grandes almacenes, como cualquier centro de El Corte Inglés o el Fnac de Callao (Madrid)?
Ni tan siquiera el propio Ministerio de Industria, Comercio y Turismo es capaz de resolver las dudas. Invertia se ha puesto en contacto en varias ocasiones con el gabinete liderado por la ministra Reyes Maroto y a cierre de esta edición siguen sin aportar claridad al asunto.
Desde el sector ya ofrecen soluciones. La Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged) considera que todas las tiendas que cumplan los requisitos necesarios de distanciamiento social, aforo, prevención e higiene requeridos por la autoridad sanitaria deberían poder abrir sus puertas en la fase 1 del plan.
Medida que secunda la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc), que cree que las fases de la desescalada no deben fundamentarse en el tamaño de los establecimientos sino en que se puedan ofrecer las condiciones de seguridad necesarias para empleados y clientes.
Centros comerciales discriminados
Por otro lado, desde la Asociación Española de Centros y Parques Comerciales (AECC) se sienten “discriminados” respecto al resto del comercio minorista, ubicado fuera de los centros y parques comerciales, que sí podrá abrir en la fase 1.
Consideran que se generará un "grave impacto" en la recuperación y en el empleo de este sector, que engloba a más de 36.000 comerciantes, muchos de ellos pymes, autónomos y pequeños inversores, y que genera 740.000 puestos de trabajo directos.
La AECC ha pedido al Gobierno que se les incluya en la fase 1 de la desescalada tras haber demostrado que son el formato comercial mejor preparado a la hora de cumplir e implementar las condiciones de seguridad e higiene que la actual situación de crisis requiere.
En concreto, la patronal ha recordado que más de 500 centros y parques comerciales se han mantenido abiertos, posibilitando el acceso a los establecimientos comerciales destinados a la venta de alimentos y productos de primera necesidad y demostrando su capacidad para implementar y desarrollar medidas de protección.
Desplome de ventas
A la confusión y discriminación que sienten algunos, se suma el duro impacto económico que le augura al sector. Desde Acotex estiman que el comercio tendrá una caída del 70% en el primer mes de apertura y del 50% de caída en el conjunto del año. “Si vamos a abrir vendiendo un 70% menos no deberíamos pagar tantos impuestos”, señalan desde Acotex.
Por su parte, la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged) calcula que cuando el comercio minorista abra de nuevo sus puertas lo hará con una caída del 50% de las ventas durante la cuarentena -cifra superior a los descensos cosechados entre 2008 y 2013-.
"Sólo nuestras empresas, que llevan más de seis semanas cerradas, tienen en estos momentos en torno a 100.000 empleados en proceso de ERTE y de la reapertura de tiendas depende la vuelta a la actividad de miles de proveedores (seguridad, limpieza, logística o servicios profesionales) y empresas industriales, en su mayoría pymes", recuerdan.
En este escenario, el sector unánimemente pide alargar el periodo de aprobación de los ERTE y permitir su flexibilización para que la reincorporación de los trabajadores se produzca a medida que las empresas vayan recuperando sus niveles de actividad habituales. Asimismo, solicitan que la administración vele por garantizar la liquidez de las empresas, un capítulo que exige que se revisen las principales fuentes de gasto como, los alquileres de los espacios.
Y algunas, como Anged, defienden la aplicación de la liberalización horaria para recuperar el consumo tras la crisis y garantizar el empleo en el sector comercial.
¿Y las medidas de seguridad?
Toda esta desescalada se hace a la espera de conocer el protocolo de seguridad que algunas empresas como Inditex ya han puesto en marcha ante la parálisis del Ejecutivo. Desde Acotex garantiza que se “abrirá con garantías y medidas de seguridad”.
Pero en este punto, la Confederación del Comercio de Madrid (Cocem) lamenta que “el comercio abrirá el día 11 sin conocer cuál es la dimensión de la pandemia al no haberse realizado los test necesarios para ello. Por está razón la apertura podría haberse anticipado al día 2 pues nada cambiaría en cuanto a riesgos”.
Cocem, que representa a más de 35.000 pymes y autónomos del comercio especializado y de proximidad de la Comunidad de Madrid, denuncia que no se conozca si el Gobierno permitirá circular con libertad a la ciudadanía ese mismo día. Si no es así, “resultaría ridículo abrir los establecimientos si los clientes no pudieran acudir a realizar compras”, apunta.