A principios de otoño, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) dio luz verde a la compra de Sánchez Romero por parte de El Corte Inglés. Una operación con la que los grandes almacenes quieren liderar el segmento de la alimentación premium y cuya integración acaba de arrancar.
El último movimiento tiene que ver con un cambio en la administración. En concreto, los grandes almacenes incorporan a Óscar Fernández de Llano, director financiero del grupo, como administrador solidario de Supermercados Sánchez Romero junto al director de compras de El Corte Inglés, Eduardo Sotillos.
De esta forma, cambia el órgano de administración pasando de tener un Consejo de Administración a administradores solidarios, según consta en el Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme).
También se ha producido el cese de los cuatro socios (en sus cargos directivos) que tenía Sánchez Romero antes de su compra: Enric Ezquerra, quien era hasta entonces el presidente ejecutivo a través de la sociedad Retail & Business Partners; José Ricardo López-Laguna Guerrero, que era secretario; Luis Jiménez Guerrero y Tomás Pérez (ambos consejeros).
A pesar de estos movimientos, El Corte Inglés aseguró que mantendría a parte del equipo directivo liderado por Enric Ezquerra. De igual forma, los grandes almacenes también pretenden mantener la marca, según confirman desde la compañía a EL ESPAÑOL-Invertia. Al menos, en un principio. Tampoco descartan expandir el formato a otras ciudades más allá de Madrid. Pero aún es pronto para iniciar estos movimientos.
Expertos en retail reconocen que no tendría sentido deshacerse de la marca ya que “el valor que tiene Sánchez Romero solo se queda si se mantiene la marca”. Estamos hablando de un movimiento estratégico de la empresa liderada por Marta Álvarez que tiene sentido, ya que ni tiene nada parecido a Sánchez Romero dentro de la compañía, ni tampoco lo hay en el mercado.
El Corte Inglés ya se interesó en comprar Sánchez Romero hace muchos años, pero esta adquisición no responde precisamente a quitarse esa espinita clavada. Se trata de una compra estratégica en un momento de cambio y transformación para los grandes almacenes.
Todos estos asuntos estratégicos son los que ya se están poniendo sobre la mesa y que se debatirán en las próximas semanas para integrar la compañía en la gestión de El Corte Inglés. De lo que se acuerde en estas reuniones, saldrá el plan a seguir por los grandes almacenes en el segmento de la alimentación premium.
Vía libre CNMC
La operación de compra, anunciada en julio, pasó sin problemas el filtro de Competencia. El organismo determinó que la cuota resultante tras la operación en el mercado de distribución minorista de bienes de consumo diario en formato de libre servicio a nivel nacional y autonómico es en todo caso inferior al 10%, con adiciones inferiores al 1% y por detrás de grandes operadores de la distribución minorista.
Por su parte, a nivel local, tras la operación, las cuotas combinadas de las partes en términos de superficie de ventas solo superan el 15% (aunque siempre inferiores al 30%) en Majadahonda, Boadilla del Monte y Pozuelo de Alarcón, con adiciones inferiores al 5%.
Dentro del municipio de Madrid, en determinadas áreas de influencia, aunque El Corte Inglés se reforzaría pasando a ser líder del mercado, existen varios operadores significativos, como Alcampo, Dia o Carrefour e incluso cadenas regionales con fuerte presencia.
Así, teniendo en cuenta la estructura del mercado, la definición geográfica de los precedentes, la evolución del mercado, la presencia de varios operadores relevantes, la ausencia de barreras de entrada significativas, la competencia derivada del crecimiento del canal online y el dinamismo de la demanda, que además “no afronta costes de cambio de proveedor significativos, no cabe esperar que la operación suponga una amenaza para la competencia en los mercados analizados”, señaló el organismo.
Diez supermercados
Cabe recordar que con esta operación, El Corte Inglés sumará los diez establecimientos que la empresa premium tiene en la ciudad de Madrid, e incorporará unos 9.000 metros cuadrados de superficie de ventas.
Además de una compañía en pleno crecimiento. La cadena cerró el año 2020 con 3,3 millones de beneficio neto frente a los 400.000 euros de pérdidas de 2019. Su cifra de facturación fue de 61 millones de euros, un 34% más que el ejercicio anterior, según datos del Registro Mercantil recientemente publicados.
Las ventas de los canales no presenciales han supuesto en el año de la pandemia el 11,7% del total, frente al 6,4% que representaron en el ejercicio anterior. La TOL (tienda on Me), inaugurada en el 2017, ya representa el 23,5% de las ventas de los canales no presenciales, significando el 2,75% del total de ventas.
El resto de las ventas no presenciales se dividen en venta telefónica, correo electrónico, WhatsApp y venta a través de las plataformas/canales de delivery.