Las tensiones inflacionistas ponen contra las cuerdas a los supermercados en España. Durante parte de 2021 trataron de contener precios a pesar de los elevados costes de producción (energía, combustibles, materias primas…). Pero la situación del campo español y la guerra en Ucrania se notarán en la cesta de la compra este año.
“Se incrementarán precios por la subida del coste de la energía y esto al final repercute mucho en los supermercados”, explica Bernardo Rodilla, experto en Retail en Kantar, división Worldpanel.
Rodilla reconoce que “la competitividad, hoy por hoy, nos lleva a pensar que se seguirán intentando contener precios. Pero habrá incrementos con la situación actual en Ucrania”. Uno de los motivos por los que, además, vaticina una caída del mercado de gran consumo del 3% en 2022.
El Índice de Precios al Consumo (IPC) se disparó en febrero hasta el 7,4%, su tasa más alta en 33 años. Ello se debió a las subidas "generalizadas" en la mayoría de sus componentes, entre las que destacan las de los alimentos y bebidas no alcohólicas y los carburantes.
También tuvo que ver con el comportamiento de los precios de la electricidad. En febrero bajaron menos de lo que lo hicieron en el mismo mes de 2021, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Avisos en 2021
La situación, la de la subida de la cesta de la compra, ya fue prevista por el campo español para el inicio del año. Estos se estaban viendo muy afectados por la subida del precio de la energía, el combustible, los plásticos y los insumos agrícolas (fertilizantes, abonos, plaguicidas, semillas…).
Por lo tanto, el origen de la subida de precios de los alimentos está en los costes de producción que soporta toda la cadena alimentaria. Estos se trasladan desde el primero hasta el último eslabón -aunque con diferencias en cada parte de la cadena-. Es decir, desde el agricultor, pasando por el fabricante y las cadenas de distribución, hasta llegar al consumidor.
Antes incluso de que Rusia comenzase la invasión a Ucrania, algunas cadenas como Dia no escondían la preocupación por la inflación. En enero, alertó de que el tirón de los precios “está generando tensiones inflacionistas” que se prevé que se extiendan durante gran parte del año.
Muchos fabricantes, de hecho, han reconocido ya aumentos en sus productos, como P&G y Coca-Cola; mientras que otros anuncian que lo harán este año. Tal es el caso de Heineken, que lo hace para compensar los incrementos de costes que sufre en sus operaciones. Presión adicional que empujará a muchos supermercados a plantearse subir más los precios en 2022.
Por lo tanto, no estamos ante un problema nuevo, sino que -como hemos comentado anteriormente- llevan meses sufriendo con el agravante ahora del conflicto en Ucrania.
Promociones y descuentos
El pasado año, la estrategia inicial de las cadenas fue la de reducir márgenes para no trasladar al consumidor la subida de precios. “En 2021, las cadenas hicieron contención de precios”, señalan desde Kantar. Aunque reconocen que, a finales de año, los subieron.
Pero ¿cómo responderán los supermercados ante estas tensiones? De momento, las grandes cadenas de supermercados no se han pronunciado sobre la situación a la espera de valorar el impacto que tendrá en los productos de los lineales de sus tiendas.
Según el experto en Retail en Kantar Worldpanel, “esta circunstancia comportará que los hogares busquen optimizar su presupuesto, con lo que las cadenas de distribución aumentarán la intensidad promocional y de sus programas de fidelización”.
Y en un entorno tan competitivo como lo es el de la distribución española, la marca de distribución parece que será un buen reclamo. De hecho, en el último trimestre del año ha acelerado su crecimiento.
En concreto, en 2021 ha crecido hasta llegar al 38,4% de cuota, registrando un incremento de 1,2 puntos en comparación con el año anterior, según datos de la consultora.