En cuestión de unos días, a Mikhail Fridman se le han acumulado los problemas. Ser añadido por la UE en la lista negra de oligarcas sancionados por apoyar al régimen de Vladímir Putin le ha llevado a anunciar que impugnará la decisión, pero también a abandonar el consejo de administración de LetterOne, sociedad que posee el 77,7% de Dia. Cadena que, por otro lado, no para de darle disgustos al magnate que aterrizo en ella hace cinco años para reflotarla con una inversión que ya alcanza los 2.000 millones de euros.
En concreto, la noche del lunes la compañía anunció unas pérdidas de 257,3 millones de euros en 2021, un 29,3% menos que en 2020. El ejercicio 2020 estuvo marcado por compras extraordinarias de abastecimiento debido a las restricciones de movilidad por Covid-19, que se han normalizado en 2021 reduciéndose en un 3,6% las ventas comparables.
Si bien es cierto, las ventas netas del grupo alcanzaron los 6.648 millones de euros con un incremento de ventas comparables del 5% respecto a niveles del año previo a la pandemia.
Pero la compañía no deja de perder cuota de mercado en España. Actualmente se sitúa en el 4,8% (0,6 puntos menos), según datos de Kantar Worldpanel hechos público ayer. Cifra muy por debajo de su récord en 2015 (8,6%). Desde entonces no ha dejado de perder cuota en nuestro país, llegando incluso a sufrir el sorpasso de Lidl.
“La optimización de su parque de tiendas está afectando a la pérdida de cuota. Se basa en la proximidad que hace que cuando cierran tiendas le lleva a perder compradores”, reconoce Bernardo Rodilla, director de Retail en Kantar Worldpanel.
Y lo cierto es que el grupo operaba al final del ejercicio una superficie de venta de 2.298 miles de metros cuadrados, un 3% inferior a la superficie operada al cierre del 2020 y un total de 6.169 tiendas. De ellas, 3.789 en España. Es decir, 169 establecimientos menos que un año antes, según se desprende de sus cuentas de 2021.
No obstante, se espera que en algún momento el plan de transformación pues en marcha hace años dé sus frutos. “Lo más importante ahora es la reestructuración financiera y relanzamiento de marca. Aquí hay brotes verdes y mejora la percepción de la compañía”, señalan desde Kantar.
En octubre del pasado año, la compañía realizó una ampliación de capital por 1.028 millones de euros para apuntalar su transformación. A pesar de la oposición de los accionistas minoritarios, salió adelante y Fridman pasó a controlar el 77,7% del capital de Dia.
Sanciones Rusia
De vuelta a las sanciones impuestas por la UE, Mikhail Fridman y su socio Petr Aven (que también renuncia a ser consejero de LetterOne) han anunciado que impugnarán las sanciones impuestas. Consideran que son “injustas” y basadas en “falsedades malintencionadas y deliberadas”, al tiempo que afirman estar "profundamente decepcionados" con la decisión de Bruselas y rechazar vínculos con el presidente de Rusia, Vladimir Putin.
"Son falsedades malintencionadas y deliberadas, pura y simplemente, el producto de fantasías históricas y teorías de conspiración ideadas por individuos privados con sus propias agendas", han señalado en un comunicado Fridman y Aven.
Paradójicamente, tanto las sanciones como las pérdidas se anunciaron este lunes. El comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de los Valores (CNMV) fue enviado por la noche y acompañado de otro en el que la compañía aseguraba que Fridman (junto a su socio Petr Aven) no controlaban la empresa.
El objetivo está claro: desvincular a Dia del foco de atención y tranquilizar sobre la imagen de la entidad. Para ello, la compañía también se ha pronunciado oficialmente al respecto. “Queremos trasladar un mensaje de estabilidad. Ningún accionista de LetterOne, incluido Fridman, ostenta, ni individualmente ni mediante acuerdo con otros accionistas, el control de LetterOne. Por lo tanto, ni LetterOne, ni en consecuencia Dia, están sujetos a sanción alguna”, afirmó el presidente ejecutivo de Grupo Dia, Stephan DuCharme.
Y por si fuera poco, ayer Fridam reconoció en una rueda de prensa en Londres que “las sanciones son un riesgo para la integridad de esos negocios”, pero Dia “está fuera de ese peligro”, porque “en España no tenemos ningún problema político”. Hay unas “relaciones normales”.
Golpe a Fridman
Si bien es cierto, la guerra ya está golpeando a otros negocios de Fridman. Alfa Bank, entidad bancaria fundada por el dueño de la cadena de supermercados Dia, también ha sido sancionada por la UE. El banco ya no puede refinanciarse en los mercados europeos.
Por si fuera poco, también se ha visto afectado por la decisión de Alemania de paralizar la construcción del gasoducto Nord Stream 2. Gazprom, de propiedad estatal y con sede en Moscú, es el único accionista del proyecto y ha proporcionado hasta el 50% de la financiación del proyecto. El resto corre a cargo de otras empresas, entre ellas Wintershall Dea.
Wintershall Dea es propiedad mayoritaria del grupo químico alemán BASF. Tiene tres empresas conjuntas con Gazprom en el país, incluso en Siberia occidental. Su accionista minoritario es LetterOne, que está controlada por Fridman.