¿Su plan? Vender muebles feos a 0,13 euros. La idea surge porque “hay clientes que reciben el mueble y lo devuelven porque tienen vetas o nudos”, explica Enrique en una entrevista en EL ESPAÑOL-Invertia. 

En concreto, 59 compradores devolvieron los productos por estas razones hace años. “Para nosotros es importante que la gente conozca el producto natural y que cada mueble sea distinto”, añade. Lo que busca es que las personas valoricen los productos de madera.

TESTA cama 140, rechazado por tener formas extrañas de Lufe.

Por ello, hace dos años lanzaron la primera edición de La Tienda de los Muebles Feos (una pop-up en San Sebastián). Vendieron muebles a un euro y fue todo un éxito. En apenas seis días, se registraron más de 200.000 peticiones para adquirir uno de estos muebles feos, provocando una avalancha de solicitudes. 

Ahora replican el modelo en Madrid, pero con una edición especial de muebles “deliberadamente feos” que estará disponible del 2 al 4 de octubre a un precio de 0,13 euros cada mueble en el espacio OUT (Calle Sandoval, 3). En total, son 30 muebles los que formarán parte de esta pop-up.

La tienda pop-up de Lufe en La Bretxa de San Sebastián.

Durante nueve meses, en Lufe han estado revisando una por una todas las lamas de madera que entraban en su fábrica para encontrar aquellas que lucían las vetas más azarosas y que tenían los nudos más marcados. 

Estas lamas se han separado y han servido como excelente materia prima para crear la colección más especial hasta la fecha, la colección ‘Deliberadamente Feos by Lufe’. 

Arruinados en 2014

Lufe es la composición de las iniciales de ‘Local, Universal, Funcional y Ecológica’. Así es como se define la empresa de muebles de madera de pino 100% natural que renació en 2014 tras la situación dramática a la que llegó Enrique. Este ingeniero industrial terminó la carrera y se incorporó a trabajar en la empresa familiar de productos de madera semielaborados.

En 2014, se arruinó y lo perdió todo, hasta su casa. Y en un último intento por conseguir salvar la empresa sacaron unas camas que fueron un éxito de ventas. Después, el empujón vino de la mano de las ventas en internet y de un artículo publicado en El País en el que ya se les apodaba el ‘Ikea vasco’. 

Enrique Arrillaga, fundador de Lufe.

Diez años después, la empresa ha multiplicado su facturación por siete en los últimos cinco años. En 2023, la empresa facturó 12 millones de euros y espera cerrar 2024 con unas ventas de 14 millones de euros y un equipo de casi 50 personas. 

“Este año queríamos llegar a 16 millones en facturación, pero nos quedaremos en 14 millones porque no somos capaces de fabricar todo lo que podemos vender”, reconoce Enrique. ¿El problema? Los plazos de envío son de tres semanas, algo elevados. “Estamos trabajando para mejorar el plazo de envío”, se sincera el empresario. Y eso que al día envían 1.000 bultos.

Lo que más venden son camas apilables por el auge de la educación Montessori. Y eso ocurre tanto en España como en el resto de países donde están presentes. Y aunque son de Aizarnazabal, un pequeño pueblo de Guipúzcoa (País Vasco), donde más venden es en Cataluña por cuestiones de sostenibilidad.  

“La gente elige nuestros muebles por lo económico, pero otros valoran que sean ecológicos (y no son más caros por ello)”, detalla. Así, un 23% de las ventas procede de Cataluña. Después, Madrid y Guipúzcoa son los lugares donde más venden. 

Fábrica de Lufe.

Desde su fundación en 2014, Lufe ha decorado 203.000 hogares y vendido casi 400.00 muebles. Su web recibió más de dos millones de usuarios en 2023, con una media mensual de 180.000 visitantes, y cuenta con una comunidad de más de 300.000 seguidores en redes sociales. Venden a particulares, pero también tienen entre sus clientes casas rurales y hostels gracias a sus precios económicos. 

La expansión de Lufe continúa con fuerza. Este año, la empresa desembarcará en Italia, sumándose a su presencia en España, Francia y Portugal, y con planes de ingresar en mercados como Alemania en el futuro próximo.

Y la aspiración es ir mucho más allá. “En Europa en los próximos cinco años estaremos en todos los países”, avanza el fundador de la empresa.

Incluso no se descarta saltar el charco, porque, como ha arrancado este reportaje, hace diez años Enrique estaba con su mujer en el coche arruinado, sin un solo duro. “Le decía a Marta que si vendiéramos 30.000 euros al mes nos iría genial y ahora vendemos 40.000 euros al día, así que por qué no Asia o América”, fantasea.