Un cliente realiza la compra en un supermercado

Un cliente realiza la compra en un supermercado Jesús Hellín / Europa Press

Distribución

Adiós a la rebaja progresiva del IVA de los alimentos tras 19 meses: ¿qué efectos ha tenido en la cesta de la compra?

El precio baja del 15,7% al 2,5% en este periodo de tiempo en el que el Gobierno ha prorrogado esta medida varias veces desde enero de 2023.

1 octubre, 2024 02:10
Sandra Tobar Cynthia de Benito

El Gobierno comienza a poner fin de forma progresiva a la rebaja del IVA de los alimentos. A partir de este 1 de octubre se aplicará el tipo del 2% del IVA en los alimentos que hasta ahora estaba al 0% (aceite de oliva y productos básicos), mientras que la pasta y otros aceites pasarán del 5 al 7,5%. Una medida que justo llega cuando la inflación de los alimentos está en el 2,5%, la menor tasa en casi tres años (desde octubre de 2021). 

Pero si echamos la vista atrás, concretamente a diciembre de 2022, el precio de los alimentos tocaba cifras récord alcanzado el 15,7%, el nivel más alto desde 1994. Por aquel entonces, algunos de los precios de algunos alimentos estaban disparados: la leche (con una subida anual del 37,2%), el queso (22,1%), los huevos (29,8%) y el aceite (38,1%), según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Fue en ese momento cuando entró en vigor la rebaja de este impuesto como una de las medidas estrella del paquete anticrisis que el Gobierno aprobó para paliar los efectos de la guerra de Ucrania. 

Esta medida supuso eliminar a partir del 1 de enero de 2023 el IVA de productos básicos como el pan o la leche y de bajar del 10 al 5% el IVA del aceite y la pasta. Inicialmente iba a durar seis meses, pero se ha ido prorrogando.

En estos 19 meses, la situación ha cambiado mucho y se ha producido un alivio en el bolsillo del consumidor. Tanto que el precio de los alimentos ha pasado de estar en el 15,7% al 2,5% de agosto (último dato publicado por el INE). De ahí que el Gobierno tomará la decisión de ir suprimiendo esta medida. 

Pero, a pesar de estas cifras ¿hasta qué punto esta medida ha tenido que ver con la moderación? "La reducción del IVA en los alimentos básicos ha demostrado ser efectiva y adecuada en el contexto inflacionista en el que se aplicó", señaló José María Bonmatí, director general de Aecoc en declaraciones a este periódico. Y eso que de esta medida quedaron fuera el pescado y la carne. 

"Contener la curva de la inflación alimentaria ha sido posible gracias al esfuerzo de todos los operadores de la cadena de valor, que han hecho esfuerzos para garantizar que los consumidores puedan comprar los productos que necesitan a los mejores precios", señala el director de la patronal. 

De hecho, desde Aecoc recuerdan que se ha alcanzado con otras prácticas tomadas por las empresas de distribución que van más allá de la rebajar este gravamen. "Reduciendo sus márgenes o buscando fórmulas para ser más competitivos se ha contenido el escenario inflacionista que se inició con la guerra de Ucrania y el consecuente encarecimiento de las materias primas", añade.

En esta misma línea Juan Carlos Higueras, profesor de EAE Business School, explica a EL ESPAÑOL-Invertia que la moderación de la inflación responde a "la caída de los costes de producción como la energía, transporte y materias primas". No hay que olvidar que está crisis de inflación se debe al elevado precio de los costes de producción que disparó los precios en todos los eslabones de la cadena alimentaria.

Última prórroga

Prueba de su escaso impacto fue que inicialmente sus efectos apenas se notaron. En enero de 2023 -con la rebaja cumpliendo un mes- el precio de los alimentos bajó tímidamente hasta el 15,4%. En febrero subió hasta el 16,6% y en marzo se mantuvo en el 16,5%. Fue en abril cuando el precio de los alimentos comenzó a moderarse cerrando el mes en el 12,9%. Misma tendencia en los meses siguientes: mayo (12%) y junio (10,3%). 

Un semestre después, el precio de los alimentos cerraba el año con un 7,3%. A partir de aquí, durante 2024 no ha dejado de moderarse a la vez que los supermercados intensificaban la guerra de precios. 

Imagen de archivo de una cesta de la compra.

Imagen de archivo de una cesta de la compra. Europa Press

En junio de este año ya era del 4,2%. En este mes, llegó la última prórroga que decretó el Consejo de Ministros. Aquí hubo un cambio sustancial, que fue el de añadir el aceite de oliva entre los productos con el IVA al 0% a partir del 1 de julio. Y tres meses después, se acordó que se produciría la subida gradual de este gravamen hasta el 31 de diciembre. 

El motivo de los cambios en los impuestos sobre el aceite es que su precio se disparó. Sólo en 2023, se incrementó un 54,6% y en 2022 un 35,2%, según datos del INE. Ahora, ya se ha moderado y registra una subida del 1,9% en lo que va de año. 

¿Por qué? El clima es la respuesta a ambas tendencias. La sequía que redujo a menos de la mitad la producción de aceite en 2022 y también dejó un paupérrimo 2023 desató una escalada de precios que llevo al litro a superar ampliamente los 10 euros en lineales, y los consumidores huyeron: el consumo ha caído en estos dos años un 24%. 

Ese descenso golpeó duramente a las aceiteras. Deoleo, líder mundial con marcas como Hojiblanca o Carbonell, registró pérdidas de 34 millones en 2023 por el impacto de la "crisis histórica" de los precios, que afectaba a todos. La carencia de materias primas impedía cualquier competencia y los resignaba a esperar a nuevas lluvias, que han llegado esta primavera.

El agua de Semana Santa ha disparado el optimismo en el sector, que espera que la campaña que arranca este octubre sea, por fin, similar a la de un año normal, es decir, en torno a 1,4 millones de toneladas. Con esas previsiones, por ejemplo, Deoleo apuntaba antes del verano que el precio del litro puede desplomarse en enero hasta los 4 euros, algo que no se ve desde 2021.

Con ese horizonte en mente, la bajada del IVA al 0% desde junio, que se traducía en una rebaja de unos 50 céntimos en su precio en el súper, se entendió más bien como un guiño hacia un sector que llevaba dos años sumido en una profunda crisis que como una medida que tuviera grandes implicaciones prácticas.

"Ha sido un poco de ayuda, porque todo ha venido bien, pero con los precios tan elevados que había pues ha sido un alivio pequeño", sostiene a este periódico el director general de la patronal de industriales y envasadores de aceite (Anierac), Primitivo Fernández. 

Las grandes esperanzas del sector están en realidad depositadas en enero. Entonces, el aceite de oliva formará parte de manera estructural de los bienes y servicios que aplican un IVA superreducido, del 4% en condiciones normales, en lugar de situarse en el grupo de bienes que aplica el IVA reducido, del 10% en condiciones normales.

"Vamos a tener seis puntos menos de IVA. Es una situación excelente para el consumo", subraya Fernández, que como el resto de actores está ya pendiente de que se publique en pocos días el esperado aforo del aceite en Andalucía, que concentra la inmensa mayoría del olivar de España.

Por eso este dato, que avanza la previsión de cuánto aceite se producirá en esta comunidad, será determinante para intuir si este año será finalmente normal. O casi normal. De ser así, en enero, cuando habrá nuevo aceite en el mercado, el IVA superreducido puede ser la ola que necesitan para recuperarse del todo. 

Sin embargo, esta rebaja al aceite que aplica desde el 1 de julio también vino acompañada de cierta polémica. Tras una denuncia de Facua, la Dirección General de Consumo, integrada en el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 abrió una investigación para comprobar si las grandes cadenas de supermercados estaban trasladando correctamente al precio final del aceite de oliva en los supermercados la bajada al 0% del IVA. 

Esta última prórroga también se valoró de forma muy positiva en el sector. Según un informe de PwC para la patronal de fabricantes y distribuidores (Aecoc), de no haberse realizado la ampliación de la rebaja del IVA, el IPC alimentario podría haber sufrido un incremento de en torno a los 1,4 puntos porcentuales sobre los valores actuales.

¿Qué pasará ahora?

La retirada progresiva de esta medida tendrá dos efectos. El primero es una subida de los precios de algunos alimentos, según fuentes del sector.

No obstante, esta subida no será muy significativa. “Mañana es posible que cambien los precios, pero como mucho habrá variaciones de cinco céntimos y dependerá de cada establecimiento”, señala el profesor de EAE Business School, que defiende que los productos básicos no deberían tener IVA. 

El director general de Aecoc es más comedido en cuanto al efecto que pueda tener la vuelta del IVA a sus porcentajes anteriores. Eso, en su opinión, “dependerá, en la mayoría de productos, de las fluctuaciones que puedan experimentar los precios base, así como de las decisiones de compra que tome el consumidor para tratar de mitigar la subida de costes en su cesta de la compra”.

El otro efecto es que las arcas del Estado ingresarán más. Cabe recordar que la rebaja del IVA de los alimentos tuvo un coste fiscal de 1.703 millones durante el año pasado, según datos de la Agencia Tributaria. 

Guerra de precios 

En el plano empresarial, de cara a este cambio en el IVA de los alimentos las cadenas de supermercados mantienen la estrategia de guerra de precios que han estado aplicando en los dos últimos años.

De hecho, recientemente Carrefour anunció la cuarta ola de bajada de precios que ya alcanza a 2.500 artículos básicos de la cesta de la compra con una rebaja media del 7%. En lo que va de año, la empresa gala ha invertido 84 millones de euros en estas promociones. 

Carros de Mercadona.

Carros de Mercadona.

Pero no es la única. En 2024, Mercadona ya acumula un total de más de 1.000 productos rebajados, Lidl más de 800 y Aldi cerca de 400. Por su parte, Dia ha invertido 150 millones en promociones este año. 

La gran mayoría de estas cadenas apuesta fuertemente por su marca propia, que alcanza el 44,4% de cuota en lo que va de 2024, según datos de la consultora Kantar Worldpanel. Aunque su crecimiento se modera, es cierto que en estos años de inflación ha sido una gran aliada de los consumidores. 

De hecho, un reciente estudio de Aldi concluye que más de la mitad de la cesta de la compra de los españoles (51%) está compuesta por productos de marca propia.