Duro Felguera no acaba de encontrar el camino que le permita coger aire. El grupo asturiano baraja ahora pedir un rescate al Estado, y para ello planea acogerse a las ayudas industriales puestas en marcha por el Gobierno hace unas semanas.
El proyecto está en fase de estudio, según ha reconocido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y, por ahora, no tiene previsto ofrecer más información hasta que las negociaciones "con las partes implicadas" estén finalizadas. Y es que aquí, probablemente, además del Ejecutivo, tenga mucho que decir la banca acreedora.
Un movimiento con el que Duro Felguera, con su CEO, José María Orihuela a la cabeza, tratan de coger aire. El golpe sufrido por el Covid-19 les obligó a provisionar 10 millones de euros, y el beneficio neto cayó hasta registrar unas pérdidas de nueve millones.
Rebelión interna
Una situación ante la que la compañía ya estudiaba ventas, buscaba nuevos inversores y estaba intentando actualizar su plan de negocio. Sin embargo, todo esto ha quedado aplazado por la epidemia del Covid-19, que ha hecho caer la contratación hasta los 40 millones de euros en el primer trimestre del año.
No lo tendrá fácil José María Orihuela que también intenta ahora aplacar los problemas que han surgido en su equipo directivo. El CEO de Duro Felguera ha despedido esta semana a su número dos, Javier García Laza, y al director de recursos humanos, Alfonso Gordón.
Dos directivos de su máxima confianza que, según el comité de los trabajadores, han sido despedidos por ser "discrepantes" con la gestión de Orihuela. Al parecer, el pasado lunes Laza y Gordón junto a otros tres miembros del comité de dirección enviaron una carta al consejo de administración quejándose de las formas del consejero delegado de la compañía.
Al parecer éstos denunciaban que Duro Felguera, por orden del CEO, había requisado ordenadores y teléfonos móviles a directivos y empleados en el marco de una investigación que buscaba encontrar presuntos 'filtradores' de información.
La postura de la empresa
Desde la compañía niegan la mayor. Aseguran que se trata de una decisión estrictamente empresarial. En el caso de Laza por la necesidad de amortizar el puesto, y en el caso del responsable de recursos humanos por pérdida de confianza.
La situación ha llegado al nivel de que el propio Comité de Empresa ha enviado una carta al Consejo de Administración. En ella se destaca que "desde hace tiempo este Comité viene observando que la actitud, aptitud y capacidad del CEO perjudica seriamente la compañía que tiene la obligación de proteger".
Recuerdan los representantes de los trabajadores que "no ha conseguido ningún resultado positivo" y que ha conseguido "enfrentarse a prácticamente todos los clientes, motivo por el cual existen demandas contra casi todos ellos".
Se trata de una misiva, a la que ha tenido acceso Invertia, en la que se detalla también la pérdida de confianza en Orihuela por parte de trabajadores, clientes, proveedores, bancos y hasta de sus propios directivos. Por ello, "apelan" al Consejo de Administración para que adopte las medidas necesarias para garantizar el futuro de Duro Felguera.
La situación llega hasta el punto de que en la última carta del Comité de Empresa se habla ya de "pedir de forma directa y transparente la dimisión del CEO" para y por el bien de Duro Felguera.