Desde Gran Bretaña hasta Italia, Austria o Bulgaria, los europeos están sufriendo temperaturas de alrededor de 40ºC esta semana. Es una ola de calor sin precedentes registrada en todo el continente. Londres vivió el viernes pasado su día más caluroso de la historia desde que se llevan registros, con una temperatura de casi 38ºC y en París se registraron temperaturas similares.
Y parece ser que también está ocurriendo lo mismo al otro lado del Atlántico. Según Carsten Menke, Jefe de Investigación de Próxima Generación de Julius Baer, después de luchar durante la mayor parte de este año, parece que el mercado del gas natural está recibiendo la ayuda muy necesaria del clima.
En su análisis señala que "las previsiones de una ola de calor continua en EEUU y los signos de un repunte en la demanda de exportaciones hicieron subir los precios de futuros negociados en el mercado de valores estadounidense negociados en casi un 17%. Dada la perspectiva de los suministros limitados y la demanda de rebote, nos atenemos a nuestros puntos de vista alcistas sobre el gas natural y vemos más alza a mediano plazo para los precios de EEUU y Europa".
Durante la mayor parte de este año, los precios del gas natural han estado luchando en ambos lados del Atlántico. Los suministros han sido amplios y la crisis de la Covid19 ha frenado la demanda, a pesar de que el gas natural es mucho menos cíclico que otros productos básicos, lo que resulta en inventarios superiores al promedio, añade el experto.
Ahora parece que el mercado está recibiendo la ayuda que tanto necesita el clima. Las temperaturas en EEUU han sido mucho más cálidas de lo habitual durante las últimas semanas y se prevé que aumenten aún más este mes.
A más calor, más aire acondicionado
Para el experto de Julius Baer, además de la demanda de electricidad para el uso de aire acondicionado, hay indicios de que las exportaciones de gas natural licuado de EEUU volverán a repuntar este mes, lo que se indica por un aumento en los flujos de gasoductos hacia las plantas.
Mientras tanto, la producción de gas asociada de los campos de petróleo de esquisto bituminoso debería seguir siendo limitada.
En Europa, los bajos precios y los elevados costes del carbono estipulan el cambio de carbón a gas entre los productores de energía. Dada la perspectiva de los suministros limitados y la demanda de rebote, "nos atenemos a nuestros puntos de vista alcistas sobre el gas natural y vemos más alza a mediano plazo, incluso después del repunte de ayer en los precios estadounidenses y europeos", concluye.
Mercado europeo de CO2, al alza
Los precios del mercado de derechos de emisión de la UE han experimentado un movimiento contrario al resto del mix energético europeo, según explica Vertis Environmental Finance, consultora especializada en mercados de CO2.
Los precios han subido ligeramente, entre otras razones, por el movimiento a lo largo de la curva apoyado por la menor producción eólica, mayores temperaturas y precios alcistas del gas.
El gas europeo tuvo un desempeño sólido en medio del aumento de los precios del gas en Estados Unidos, los flujos rusos más bajos, la inyección más lenta en los almacenes europeos y la menor oferta de la plataforma noruega, concluye la consultora.
La demanda en España, estancada
"El problema viene de atrás", señala por su parte a Invertia Javier García Breva, experto en el sector energético y presidente de N2E, "la demanda, al menos en España, antes de que llegara la pandemia era la misma que hace 10 años, la de 2009".
"La demanda no tira como desearía el sector gasista o eléctrico, por eso la gestión de la demanda y la eficiencia energética les da urticaria", añade, "aunque en realidad todo lo que está ocurriendo este año tiene una lectura: todos los negocios que se basan en la demanda no solo están en crisis sino también en riesgo, y eso significa que si la demanda está atascada, y como dice el último informe de PwC, el 70% de los ciclos combinados no son rentables, se puede entender que Sedigás pida que el Gobierno apruebe los pagos por capacidad".
"Sin embargo, eso no depende del Gobierno, es una decisión que viene de la Comisión Europea, que impondrá sus exigencias para que reciban un dinero que pagan todos los consumidores por tener sus centrales cerradas", concluye.