La nueva gama de baterías compactas para aplicaciones industriales y con tecnología de níquel sin mantenimiento de Saft, se puede instalar en el mismo espacio y compartir protocolos de carga con las baterías de plomo-ácido.
Como resultado, los operadores pueden actualizar a la tecnología de níquel en sus equipos existentes y mejorar de inmediato el coste total de propiedad (TCO).
Normalmente, las baterías de níquel requieren una carga de refuerzo para alcanzar un estado de carga completa. Sin embargo, la nueva gama de baterías compactas requiere solo un voltaje de carga de un solo paso de 1,39 voltios por celda.
Esto hace posible su uso como reemplazo directo de las baterías VRLA existentes. Este desarrollo se basa en la exitosa incorporación de las características innovadoras de las baterías Uptimax de Saft.
Olivier Amiel, director global de marketing de baterías industriales, ha dicho que "las baterías de níquel cadmio compactas de Saft solo necesitan un voltaje de carga de un solo paso, por lo que los operadores industriales pueden actualizar sus baterías de respaldo de VRLA a tecnología de níquel 'plug and play' sin actualizar su cargador de batería y manteniendo la misma huella. Además de reducir el coste de mantenimiento".
Las baterías de níquel compactas libres de mantenimiento están diseñadas para soportar sistemas de control y otros equipos críticos en ubicaciones remotas y de difícil acceso, así como en instalaciones de petróleo y gas en alta mar, servicios públicos, Industrias y ferrocarril.
Fabricadas en Valdosta, GA (EEUU), las baterías compactas ocupan menos espacio y son hasta un 30% más ligeras que las VRLA debido a su densidad de energía de 100 vatios-hora por litro (Wh/L). Además, están disponibles en capacidades de 83 a 185 Amperios-hora (Ah), y operan en temperaturas de -20 a + 50°C y toleran -50°C a + 70°C.
Está comprobado que la electroquímica del níquel ayuda a los operadores a lograr el menor coste total de propiedad (TCO) posible. Esto se debe a una vida útil de 20 años o más, un gran rendimiento y una alta fiabilidad.
Las baterías de plomo-ácido son más caras a largo plazo debido a los costes de reemplazo y mantenimiento. Además, necesitan pruebas periódicas y adolecen de una baja fiabilidad debido al efecto de "muerte súbita", en la que pueden perder toda la batería de forma inesperada.
Por el contrario, la tecnología de baterías de níquel de Saft garantiza una vida útil prolongada, sostenible y totalmente predecible que permite a los operadores concentrarse en el funcionamiento de sus instalaciones.