La Comisión Europea incluye como uno de sus principales elementos del Pacto Verde Europeo un plan de acción para la economía circular. Se trata de asegurar que los recursos utilizados se mantengan en la economía durante el mayor tiempo posible.
Y es un objetivo posible. Muchos centros de investigación del sector energético están buscando opciones para generar energía a partir de toda clase de residuos, y algunos de ellos, aunque están en proceso piloto, tienen grandes posibilidades de ser una realidad, por el bajo coste de su producción.
La Comisión Europea ha asegurado que velará por que la transición hacia una economía circular brinde oportunidades para todos, sin dejar a nadie atrás. Y ahora, en plena crisis por la pandemia, estas ideas innovadoras tienen una oportunidad para acceder a las ayudas de reconstrucción verde, ya que se condicionan al cambio ecológico.
Plasma térmico
La depuracion de aguas residuales por plasma térmico es un proceso sostenible que pemite conseguir agua limpia aportando únicamente una parte de la energía que se libera en el proceso. Según la compañía que desarrolla el proyecto, Indurbiogas, "de todo ello se obtiene un gas no contaminante y de múltiples aplicaciones".
El plasma térmico consiste en generar elevadas temperaturas en un arco eléctrico de tal forma que permita la proyección de alta temperatura de fusión. "El concepto de plasma se utilizó por primera vez en 1927 y de lo que habla es de un fluido electrificado que transporta electrones, moléculas e iones".
La idea que propone esta empresa de investigación ubicada en la Universidad de Vigo es calentar el plasma para que se ionicen los átomos. Después se sumerge en las aguas residuales, por ejemplo, de una depuradora de aguas de cualquier ciudad, y se hace fluir el agua contaminada a través de un arco eléctrico que alcanza temperaturas de más de 6.000ºC.
A partir de ahí se produce una combustión, y sus residuos gaseosos son en un 60% vapor de agua, un 15% de oxígeno y un 5% de CO2. Con eso se consigue reciclar las aguas residuales y generar gases no contaminantes que pueden ser utilizados para la generación de energía.
Tecnología de membranas
Por su parte, la empresa Bright Biomethane ofrece sistemas eficaces para convertir biogás en biometano mediante una tecnología de membranas. Su responsable en España, Luis Puchades, así lo defendió durante el Green Gas Mobility Event de Gasnam, la asociación de que fomenta el uso del gas natural y renovable en la movilidad.
"La idea es utilizar esta tecnología en los grandes grupos de donde se puede obtener biogás, de los vertederos, del tratamiento de residuos urbanos, de la industria agroalimentaria, especialmente de los purines, y de las depuradoras de aguas", aseguró durante su exposición.
Es el modelo perfecto de economía circular que ya es una realidad en otros países de Europa. "Hasta ahora no se hablaba de ello en España, pero las perspectivas de desarrollo de este negocio se presentan bastante buenas para los próximos años".
Esta empresa aplica membranas de alta eficacia, para separar el metano del biogás. De esta manera puede alcanzar una eficiencia de más del 99,5% y hacer que el biometano sea adecuado para su inyección en la red nacional o su compresión a CNG o LNG. Es decir, que se puede producir a partir de residuos, combustible para vehículos.
"No solo es una cuestión de costes, sino también de valor añadido, el efecto de la captura de metano hay que tenerlo en cuenta a la hora de echar cuentas", dijo.
Economía circular
En el marco del proyecto BIOCOMEM, TECNALIA está trabajando en el desarrollo de nuevos copolímeros bio-basados para membranas de separación de gases que reducen el consumo de energía en este tipo de procesos.
Estas membranas, de base biológica, son más funcionales que las basadas en combustibles fósiles: tienen una mayor procesabilidad en membranas monolíticas de fibra hueca, muestran un mayor rendimiento en la separación de gases, y una mayor resistencia al ataque químico (envejecimiento).
Estos proyectos de innovación y de economía circular no son los únicos. Para seguir avanzando y llegar un modelo de gestión más circular, las tecnologías actuales no son suficientes, y es preciso desarrollar tecnologías innovadoras e implementar estas en los procesos actuales.
Bioestimulantes, biofertilizadores e, incluso, biocombustibles que compitan en costes no solo con el gas natural sino con los bioetanol de segunda generación, son ahora el reto al que se enfrentan los nuevos productos que buscan hacerse con un hueco en el mercado.
Es el momento de buscar alternativas que permitan un nuevo modelo energético más sostenible, y el abanico de opciones es cada vez más amplio.