Arranca 2021 y con él una década en la que Europa ha puesto toda la carne en el asador para la descarbonización y la electrificación de la economía. La reconstrucción verde se llevará parte de los fondos de recuperación europeos. Y España, en concreto, obtendrá financiación por valor de hasta 140.000 millones (72.000 millones en forma de transferencias y el resto a través de préstamos).
Ese año que acaba de nacer comienza con la reciente aprobación del Real Decreto de Acceso y Conexión, después de más de dos años de espera. Una normativa necesaria para el crecimiento ordenador de las renovables en España.
Este marco regula los criterios y el procedimiento para la concesión de los permisos de acceso y conexión tanto para productores como para consumidores.
Subastas renovables
También este será el año de las subastas renovables, después de tres años de sequía. El próximo 26 de enero se celebrarán las primeras de la era 'Ribera' porque se ha prometido un calendario para los próximos cinco años.
Se establece un cupo objetivo de 3.000 MW, de los cuales al menos 1.000 MW se destinarán a tecnología fotovoltaica y otros 1.000 MW a eólica terrestres, quedando el resto de potencia a subastar sin restricción tecnológica.
Se culmina así el proceso normativo para ofrecer un marco estable que atraiga la inversión y fomente la actividad económica en toda la cadena de valor de las energías renovables del país en un escenario de recuperación tras la crisis sanitaria.
Ley de Cambio Climático
Otro de los asuntos que se espera para el primer trimestre de este año es la ya tan esperada Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Hace ya un año que se presentó su borrador y todavía no ha visto la luz.
La Proposición de Ley se aprobó en Consejo de Ministros, después pasó al Pleno del Congreso y a partir de ahí, a la Comisión de Transición Ecológica, pero de momento se ha quedado esperando la incorporación de enmiendas.
Una Ley que podría cambiar algunos objetivos como pasar del 70% al 74% la participación de las renovables en el consumo de electricidad para 2030 o del 35% a 42% la participación de las energías limpias en el consumo final de energía para 2030. Todo ello supondría elevar desde el 35% al 39,5% la reducción de energía primaria.
Factura de la luz
También sufrirán algunos cambios la factura de la luz, y muy probablemente para beneficio de los consumidores.
La parte regulada del recibo se prorrogará hasta el 1 de abril, fecha en que está previsto que entre en vigor la nueva estructura del recibo diseñada por la CNMC. Una estructura que introduce la discriminación horaria en todos los peajes y supone una revisión y simplificación de los periodos horarios.
Pero el ahorro podría venir sobre todo si sale adelante la propuesta del Gobierno de aprobar el Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (FNSSE). Se pretende que dejen de formar parte del recibo de la luz los costes asociados al régimen retributivo específico de las renovables, cogeneración y residuos, eminentemente fijos. Pasarían a ser costeados por las aportaciones de todas las empresas suministradoras de energía para rebajar la factura doméstica al menos un 13% en 5 años.
Pero esto podría traer como consecuencia que los precios de los carburantes pudieran subir a lo largo del próximo año. Pese a que están en mínimos de los úlitmos cinco años, la decisión de que petroleras y gasistas también tengan que aportar al FNSSE podría traducirse en un aumento del coste final para el consumidor.
Otras normativas pendientes
El Gobierno todavía tiene en cola algunas normativas de las que ya presentó sus borradores a consulta pública o que solicitó propuestas de los distintos agentes. Es el caso de la nueva legislación sobre comunidades energéticas, que finalizó el plazo de consultas el pasado 2 de diciembre, la estrategia de explotación ambiental de litio o la mejora normativa del autoconsumo colectivo.
También, según ha anunciado en numerosas ocasiones el Ministerio para la Transición Energética, falta por aprobarse un Real Decreto que legisle el acceso al dato, es decir, que determine qué información y cómo se puede manejar de los contadores digitales.
También falta la Planificación de Red 2021-2026, que debe contar con la aprobación de Red Eléctrica de España (REE), una estrategia de almacenamiento energético y otra de renovables innovadoras, entre las que se incluye la eólica marina, las energías del mar y el biogas.
Por último una estrategia para convertir a las islas 100% renovables antes del plazo marcado para la península. En definitiva, es la necesidad de avanzar hacia una economía baja en carbono implica una transformación drástica de la industria y de la actual forma de producir en general.
Y todo ello bajo el paraguas del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía anunciado por el Gobierno. De los 72.000 millones de euros que España va a recibir de Europa, el 37% irán destinados a la transición ecológica, un abanico enorme de sectores que van desde la protección a la biodiversidad hasta una transformación del sector industrial.