Hace 10.000 años que el ser humano comenzó a utilizar las piedras para hacer herramientas, una revolución que marcó la historia. Ahora, la transición energética quiere hacer algo parecido, salvando las distancias, pero con una veintena de minerales. Algunos de ellos serán tan imprescindibles, como el grafito, el litio y el cobalto. Según el Banco Mundial, su producción debería aumentar en un 500% para 2050 para satisfacer la creciente demanda de tecnologías de energía limpia. Así, los retos energéticos obligan a la Unión Europea y a España a afrontar una nueva 'edad de piedra'.
De hecho, más de 3.000 millones de toneladas de minerales y metales serán necesarios para desplegar las tecnologías limpias, como la eólica, la solar fotovoltaica y térmica, la geotérmica o el almacenamiento de energía, ya sea en baterías de litio o en cualquier otro formato.
"Por ejemplo, en una instalación fotovoltaica el 88% del material que se necesita es aluminio, un 11,2% el cobre, pero en el 0,8% restante se incluye níquel, planta, zinc, plomo o indio". Estas palabras son de Vicente Gutiérrez Peinador, presidente de Confederación Nacional de Empresarios de la Minería y de la Metalurgia (Cofedem) y secretario general de Confederación Española de las Industrias de las Materias Primas Minerales (Primigea), en el webinar 'La Industria Sostenible de las Materias Primas Minerales' organizado por el Club Español del Medio Ambiente (CEMA).
"De hecho, en el último año se ha doblado el precio del aluminio en el London Metal Exchange, y esto es solo el principio", añade.
"El precio del hierro se mantiene alto en los últimos años y, el cobre se ha multiplicado por dos o por tres en el último año, un material esencial por ejemplo, para las centrales termosolares". Por su parte, las turbinas eólicas exigen enormes cantidades de cobalto, zinc, molibdeno, aluminio, cromo, entre otros metales.
Consecuencias geopolíticas
La economía europea primero ha dependido del carbón y luego del petróleo, y ahora, en su transición a las energías renovables, se verá limitada en el futuro por la disponibilidad de metales raros.
El papel central de los metales raros en la tecnología ecológica y digital tiene importantes consecuencias no solo para la transición medioambiental, sino también para la geopolítica y la política industrial en Europa y en todo el mundo. Así lo indicó Guillaume Pitron, periodista de investigación y realizador de documentales, durante el webinar "Los metales en la transición energética y digital" organizada por la Fundación Transición Verde.
Porque la extracción plantea cuestiones geopolíticas y ecológicas.
La Unión Europea extrae o produce menos del 5% de los recursos críticos mundiales, mientras que alrededor del 20% del consumo mundial de estos recursos corresponde a las industrias de la UE. Un suministro seguro de materias primas críticas es vital para las industrias europeas, como la industria del automóvil, las electrointensivas o la salud, entre otras.
Por eso, el objetivo es buscar la manera de obtener esas materias primas de manera segura y sostenible dentro del territorio europeo. La capacidad de la UE para conseguir las tierras raras y minerales críticos necesarios para la transición es un asunto espinoso.
El Plan de acción para las materias primas críticas presentado por la Comisión Europea en septiembre de 2020, sujeto a dictamen, señala la necesidad de abordar la excesiva dependencia de la UE de países no europeos. En 2020 se clasificaron como críticas 30 materias primas, incluidas varias que cobran cada vez más importancia en el sector energético, como el litio, que se considera así por primera vez, y el cobalto.
Entre las medidas que se proponen se incluye la capacidad de reciclado dentro de la UE y una extracción en territorio comunitario que pueda recibir apoyo político y financiero.
Minería vs. medio ambiente
Según Gutiérrez Peinador, "en el subsuelo de nuestro país se encuentran más de 70 materias primas, prácticamente todas las que Europa considera críticas, y la industria extractiva cumple rigurosamente, sin saltarse una coma, la legislación ambiental". En su opinión, "es muy exigente pero España aún lo es más, porque cada comunidad autónoma añade alguna condición más".
Pero la sostenibilidad no solo es proteger el medio ambiente. Tiene que incluir a toda la cadena de valor, y la economía circular es la clave. "La minería en España es sostenible, incluso la convivencia de una industria extractiva en el medio natural le ha beneficiado, como se puede observar en la rehabilitación de As Pontes o Corta Emma, la mina a cielo abierto de Puertollano", añade el responsable de Confedem.
Tierras raras, magnesio, antimonio, grafito, fosfatos, platino, litio, silicio, cobalto, berilio, volframio, niobio, cobre, vanadio, hierro... España es la zona más mineralizada de Europa, lo podría colocarla en el podio del liderazgo de la transición energética e industrial de Europa.
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