A la fábrica de aluminio de Alcoa en San Cibrao (Lugo) le han salido muchos novios. Hace poco más de seis meses se conoció un posible comprador, su mayor competidor en Europa, la británica Liberty House. Sin embargo, se ha dilatado tanto en el tiempo el posible acuerdo, que ahora han surgido cinco empresas más. "Si le han salido tantas ofertas de compra a Alcoa es porque su negocio tiene futuro", explican fuentes del sector a Invertia.
Pero ¿a qué están esperando para decidirse? "El acuerdo de Alcoa con el Ministerio de Industria fue que la fábrica se la quedara la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) y después la vendiera al mejor postor, pero la SEPI brilla por su ausencia", señalan fuentes cercanas a los compradores.
"Es cierto que Alcoa tiene que estar en la negociación, pero también el Ministerio de Industria, a través de la SEPI. De hecho, tiene que ser el que impulse el fin de este largo y tedioso proceso, pero no está haciendo nada", añaden.
"El Ministerio de Industria parece que está de espectador, es de un inmovilismo casi enfermizo", explican fuentes sindicales a Invertia. "Y la Xunta de Galicia también, está de perfil, y tiene competencias para tomar decisiones, pero ambas administraciones están acobardadas, no quieren arriesgar políticamente o tener luego problemas legales".
Aluminio verde para la transición
"El aluminio es un metal totalmente necesario para la transición energética", señalan las fuentes del sector. "Y si encima la producción se hace de manera sostenible más todavía. Incluso tiene futuro toda la cadena de valor que se genera en torno a esta industria".
Pero Alcoa, que tiene el control del 50% del mercado del aluminio del mundo, quiere seguir siéndolo pero produciendo en las plantas que tiene en países con mano de obra más barata. "Y si viene un industrial con un sistema de producción más sostenible o con un plan de economía circular le echa del muy rentable mercado europeo", reconocen estas fuentes a Invertia.
Liberty House presentó un plan industrial al que llamó "aluminio verde". Su propuesta encaja con los objetivos de sostenibilidad que imperan en la Unión Europea: producir aluminio verde no significa que sea de color verde, sino que la generación de la electricidad para hacer funcionar a la fábrica es de origen renovable.
Además, incluía la instalación de paneles solares en el complejo industrial, la producción de hidrógeno, que en este caso sería verde porque para la electrólisis se utilizaría la electricidad fotovoltaica generada, y una planta de cogeneración, es decir, aprovechar el calor residual de la fábrica para generar electricidad.
Otras propuestas
De los otros cinco nombres que planean comprar la planta de Alcoa, dos son industriales y otros tres son fondos de inversión. Además de Alvance (Liberty House), podrían estar Alibérico, del gallego Clemente González Soler, que ya mostró interés en las plantas de A Coruña y Avilés, y Aludium, grupo que nació en enero de 2015 tras comprar las fábricas del gigante norteamericano en Alicante y Amorebieta, además de la planta de Castelsarrasin, en Francia.
Las otras tres candidatas son fondos de inversión que ven interesante invertir en la producción de aluminio, pero a los trabajadores no les terminan de convencer. "Es mucho mejor un grupo industrial que conozca el sector", añaden los sindicatos.
De momento, no se han producido ofertas en firme, sino llamadas de interés, por lo que hay margen de negociación. Un margen que está provocando la indignación de trabajadores, compradores e incluso la propia Alcoa ante la inacción de los Gobiernos. "Están esperando a que sea la Justicia la que tome la decisión por ellos, no quieren arriesgar", puntualizan los sindicatos.
Por esto los representantes de los trabajadores están organizando una movilización, ya que el próximo día 28 se cumplirá un año del ERE que presentó Alcoa para unos 500 trabajadores de esta planta de aluminio.