Aumenta la importación de carbón en Europa por el alza histórica del precio del gas
La lucha climática en Europa se enfrenta a una paradoja: el precio del gas es tan elevado que compensa comprar carbón, pese a pagar más por el CO2.
12 agosto, 2021 02:34Noticias relacionadas
El proceso de descarbonización del sistema energético europeo podría revertirse con la escalada de los precios internacionales del gas. De hecho, la asociación de importadores de carbón alemán VDKi ya ha anunciado que cambia sus previsiones para 2021, y donde se esperaba reducir la llegada de carbón para sus centrales térmicas, ahora podría aumentar a 35-36 millones de toneladas.
La factura de la luz escala precios históricos, entre otras razones, por el precio del gas. De hecho, ya es cinco veces superior al de hace un año en el mercado ibérico, Mibgas, y el de referencia holandés en el noroeste de Europa ha subido un 80% en los últimos tres meses debido a las limitaciones del suministro ruso y la presión de China por comprar más.
Según explican los analistas de la consultora Vertis, especializada en el mercado europeo de CO2, el mix energético europeo alcanzó niveles récord tras conocerse que una de las principales plantas de procesamiento de Gazprom, el gigante ruso que suministra de gas a Europa, se incendiara sin una evaluación aún disponible sobre el impacto o la duración esperada de la interrupción.
También ha influido la interrupción en la plataforma noruega con cortes de mantenimiento y la presión de la demanda de gas por parte de China, que está también inmersa en su proceso de descarbonización.
Más carbón
En enero, VDKi había pronosticado que las importaciones de carbón caerían a 26,7 millones de toneladas este año en Alemania, el mayor importador de carbón de Europa. También habría un menor uso de carbón por parte de las acerías durante la crisis de la pandemia.
Sin embargo, la quema de carbón para electricidad ha aumentado en lo que llevamos de año un 35,6% interanual, ya que el frío de meses atrás empujó a usar las centrales térmicas para cubrir la escasez de energía eólica. Ahora, es el excesivo calor el que también activa las centrales que más causan el cambio climático.
Si finalmente se cumplen los pronósticos, se rompería un patrón de cinco años de caídas anuales consecutivas, pese al objetivo europeo de sacar el carbón de la generación de energía.
No solo ocurre en Europa. Según la Administración de Información de Energía de EEUU (EIA), se espera que por los precios más altos del gas natural se producirá un aumento en las emisiones de dióxido de carbono del sector energético a medida que aumenta el consumo de carbón.
El gas más limpio
El gas es mucho más limpio que el carbón: produce aproximadamente la mitad de CO2 cuando se usa para generar electricidad. Sin embargo, a los generadores de electricidad les salen las cuentas con un carbón barato pese a un precio del CO2 en el mercado europeo (EUAs) que ya roza los históricos 58 euros/Tn.
Sin expectativas de que disminuya el rebote en los precios del gas natural en Europa, y con la continuación de la reducción a la mitad del volumen subastado durante todo el mes de agosto, "prevemos que la presión alcista sobre los EUAs continúe", añade la consultora Vertis.
Se prevé que las temperaturas superiores a la media en el norte y en el sur europeo se expandan por todo el continente esta semana con un potencial de generación solar y eólico alto, pero insuficiente para eliminar el hueco térmico.
El empuje de China
China continúa priorizando sus objetivos de neutralidad de carbono, con planes para un enfoque más coordinado y menos disruptivo para reducir las emisiones de carbono, explica Esther Yong, CFA Fixed Income Research Asia del banco suizo Julius Baer.
La protección del medio ambiente pasó a un lugar destacado en la agenda política después de que el presidente Xi Jinping se comprometiera el año pasado a alcanzar el pico de emisiones de carbono para 2030 y la neutralidad de carbono para 2060.
Eso supone que ya algunos los gobiernos locales hayan cortado el suministro de energía o eliminado de manera agresiva las operaciones de extracción de carbón, y que su demanda de GNL (gas natural licuado) se dispare significativamente.