Visita sorpresa de Ursula von der Leyen a Budapest para redoblar la presión sobre Viktor Orbán. Sin cita previa, la presidenta de la Comisión se ha reunido este mismo lunes con el primer ministro húngaro en un intento de doblarle el brazo para que acepte el embargo petrolero que la UE quiere imponer a Rusia por su guerra contra Ucrania. Orbán bloquea en solitario esta medida con el argumento de que equivale a una "bomba atómica" para la economía húngara.
De momento, la ofensiva de Von der Leyen se ha saldado con un fracaso, ya que su viaje relámpago no ha logrado hacer cambiar de opinión al primer ministro húngaro. "Hemos realizado progresos, pero se necesita más trabajo", ha admitido la presidenta en su cuenta de Twitter.
En un último intento de desbloquear la negociación, Von der Leyen ha anunciado la próxima convocatoria de una videconferencia con los dirigentes de la Europa Central y del Este. El objetivo, ha dicho, es "reforzar la cooperación regional en materia de infraestructuras petroleras".
El embargo total al petróleo ruso es el pilar central del sexto paquete de sanciones de la UE contra el Kremlin, que la propia Von der Leyen presentó en la Eurocámara el miércoles de la semana pasada. Los embajadores de los Veintisiete volvieron a debatir esta medida durante una reunión extraordinaria celebrada este domingo, que concluyó sin acuerdo por el veto de Hungría. Las sanciones contra Moscú requieren unanimidad para salir adelante.
Bruselas ha propuesto un largo periodo de transición (de seis meses para el petróleo crudo y hasta finales de año para los productos refinados) con el objetivo de amortiguar el impacto en los mercados mundiales. Además, ha concedido dos años extra a Hungría y Eslovaquia (hasta finales de 2024) y año y medio para República Checa (junio de 2024). Estos países reciben el petróleo directamente desde Rusia a través del oleoducto Druzhba y por tanto tienen mucho más difícil encontrar alternativas.
Pero ni siquiera esta prórroga extraordinaria ha servido para convencer a Orbán de que levante su veto. "Hungría no votará a favor de la propuesta de la Comisión sobre sanciones contra Rusia porque plantea un problema para Hungría y no contiene una propuesta de solución. La propuesta es como una bomba atómica para la economía húngara y destruiría nuestro suministro energético estable", ha dicho este lunes su ministro de Exteriores, Péter Szijjártó.
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