Vivir en un pueblo de la 'España vaciada' tiene una ventaja respecto a vivir en las grandes ciudades. Los paneles solares se pueden instalar no solo en las casas unifamiliares, sino también en terrenos vacíos de los alrededores. Por eso, se está extendiendo un modelo que supera a las restrictivas 'comunidades energéticas': el autoconsumo rural colectivo.
Desde que se eliminó el 'impuesto al sol', el autoconsumo se está disparando en España. Cada año se dobla la capacidad instalada, y según explica a EL ESPAÑOL-Invertia, José María González Vélez, presidente de Gesternova, comercializadora de electricidad de origen cien por cien renovable, "los alcaldes de pequeños y medianos municipios se ponen en contacto con nosotros porque están buscando soluciones que les permita bajar la factura de la luz de sus ciudadanos".
La opción de las comunidades energéticas es muy restrictiva. "No tiene sentido que el autoconsumo colectivo ponga un límite de una distancia máxima de 500 metros entre la planta fotovoltaica y cada uno de los autoconsumidores", explica González Vélez. Y asegura que "tampoco lo tiene que no se cuente con un coeficiente de reparto dinámico, es decir, que si un día yo no quiero consumir pueda hacerlo otro sin problemas".
Autoconsumo rural
"Hay un sistema mucho más barato y eficiente que está tomando el relevo de las comunidades energéticas, que pese a que hay muchas iniciativas por todo el territorio, no están despegando como deberían", añade el presidente de Gesternova. Es el autoconsumo rural colectivo, "un autoconsumo sin barreras, sin altos costes y con muchas ventajas".
Contigo Energía es la marca del Grupo Gesternova especializada en el desarrollo de este nuevo nicho de negocio, y Vélez asegura que se ha demostrado que tiene muchas ventajas. Por ejemplo, “consolida y atrae población, y evita que las generaciones jóvenes se vayan del pueblo en busca de oportunidades laborales a núcleos urbanos”.
Y esto es porque se genera actividad económica, “el cambio de modelo con producción de electricidad distribuida es uno de los pilares de creación de valor en el entorno rural”, asegura.
Además, “se suministra electricidad a menor precio porque se aprovecha el recurso energético autóctono, el sol, se genera sin contaminar y los modelos que existen en el mercado permiten que no se tenga que desembolsar inicialmente ni un euro”.
La solar mira a los pueblos
El modelo de Gesternova no es el único. Otras empresas presentan ofertas similares. Esto es, que la inversión inicial la asumen los instaladores a cambio de una cuota en las facturas de la luz hasta pagar el coste total o un alquiler permanente.
Es el caso de Holaluz y su "revolución de los tejados". Su propuesta combina la generación centralizada con distribuida, comprando la energía sobrante de unos clientes para abastecer a otros, conectando así a personas que producen energía renovable aprovechando sus tejados con aquellas que todavía no puedan hacerlo.
"El autoconsumo colectivo tiene mucho recorrido en España. Estamos hablando de un mercado potencial de 10 millones de tejados viables que pertenecen a clientes residenciales, 8 millones de los cuales son casas pareadas o unifamiliares y 2 millones son edificios multivivienda. Estos 10 millones de tejados son nuestro mercado potencial, solamente tenemos 6.000 de estos 10 millones", decía hace unas semanas a este diario Carlota Pi, cofundadora y CEO de la compañía.
Otra propuesta es la de Barter Energy, una compañía que propone crear comunidades solares de la mano del emprendedor argentino Martin Varsavsky, y la ex-CEO de la comercializadora de electricidad Feníe Energía, Isabel Reija.
El objetivo es crear una red de estrellas, tejados con paneles solares que generen electricidad, y que la compartan con los planetas, consumidores cerca de ellas que quieran ahorrar en la factura de la luz, y que además no paguen ni cuotas ni tengan que hacer ninguna inversión inicial", explicaba también a este diario Isabel Reija.
Para ello, lo primero es convencer a grandes superficies, como centros comerciales, colegios, naves industriales, complejos hoteleros, edificios públicos, almacenes, etc., que alquilen sus tejados para que una instalación fotovoltaica pueda generar suficiente electricidad no solo para ellos, sino para compartirla con consumidores cercanos.
Las grandes eléctricas también se están sumando a este fenómeno que cada día gana más adeptos. Es el caso de EDPR y sus barrios solares. Su proyecto estrella está en Zaragoza, pero ya tiene desarrollos por diferentes capitales de provincia.
También Naturgy, que acaba de lanzar su producto 'Naturgy Solar', una propuesta integral de energía fotovoltaica para clientes particulares, comunidades de propietarios, pymes y empresas. Asegura que esta opción permite al cliente ahorros de hasta un 40% con la instalación de las placas fotovoltaicas, y de hasta un 70% si se añaden baterías para el almacenamiento de energía.
O Repsol, que hace dos años puso en marcha Solmatch, con Roofers que son quienes disponen de un espacio en su tejado, en el que se instalan las placas solares de forma gratuita, y los Matchers, que pueden acceder a esta energía solar.
La lista sigue creciendo y los modelos de negocio para extender esta nueva opción de consumir electricidad son muy creativos y ajustados a las necesidades de cada uno. Solo hay que ver cuál es el que mejor se adapta a cada población.
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