Bruselas

La Unión Europea suaviza el sexto paquete de sanciones contra Rusia por invadir Ucrania con el fin de sortear el veto de la Hungría de Viktor Orbán. Los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete tienen previsto cerrar este lunes un "acuerdo político" sobre la nueva tanda de medidas de castigo contra el Kremlin, cuyo pilar central es un embargo al petróleo ruso. El objetivo final es cortar la financiación a la maquinaria de guerra de Vladímir Putin.

Sin embargo, el boicot -que no entrará en vigor hasta finales de año- afectará únicamente al crudo que llega a la Unión Europea por vía marítima, que supone alrededor de dos tercios del total. Quedará exento de las sanciones, al menos de momento, el petróleo procedente de oleoducto, tal y como había exigido el primer ministro húngaro, según han confirmado fuentes diplomáticas.

A su llegada al Consejo Europeo, Orbán ha asegurado que el acuerdo todavía no está completamente cerrado. "Excluir el petróleo de oleoducto es un buen enfoque, pero necesitamos garantías de que, si hay un accidente en la tubería a su paso por Ucrania, tendremos derecho a recibir petróleo ruso de otras fuentes. Si las logramos, estará bien", ha dicho el primer ministro húngaro.

Por su parte, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ha señalado que todavía no es seguro que el acuerdo pueda cerrarse durante la cumbre de líderes europeos, pero también ha dado por hecho que la solución está cerca. "Mi llamamiento a los Estados miembros es muy claro: Tenemos una clave para el éxito, que es la solidaridad con Ucrania y la unidad de la UE", ha resaltado.

El principio de acuerdo para excluir el petróleo de oleoducto se ha cerrado durante la reunión de embajadores de los Veintisiete celebrada antes del inicio del Consejo Europeo. Un compromiso de mínimos y de última hora con el que los países de la UE tratan de conjurar la imagen de creciente división frente a Moscú que han dado en los últimos días, justo cuando se cumplen tres meses del estallido de la guerra.

La nueva tanda de sanciones incluye además la desconexión del sistema internacional de mensajería financiera SWIFT del principal banco ruso, Sberbank, (que por sí solo representa el 37% del sector bancario del país). También se prohibirán las emisiones en territorio comunitario de tres cadenas estatales rusas, consideradas parte de la maquinaria de propaganda de guerra del Kremlin. Finalmente, la UE incluirá en su lista negra a los responsables de crímenes de guerra en ciudades como Bucha.

Durante casi un mes, Hungría ha bloqueado en solitario la aprobación del sexto paquete de sanciones. El Gobierno de Orbán argumentaba que el embargo al petróleo ruso equivaldría a una "bomba nuclear" lanzada contra su economía. Budapest recibe el petróleo directamente desde Rusia a través del oleoducto Druzhba y alega que tiene mucho más difícil encontrar alternativas porque carece de puertos para recibir el crudo por vía marítima. En una situación similar se encuentran Eslovaquia y República Checa.

En respuesta a estas preocupaciones, Bruselas había ofrecido a Hungría un largo periodo de transición de dos años y medio (hasta finales de 2024). Orbán lo consideró insuficiente y reclamaba excluir totalmente del embargo al petróleo de oleoducto, así como un importante paquete de ayudas europeas.

El primer reflejo de la Comisión fue efectivamente poner sobre la mesa un sobre extraordinario de fondos Next Generation. Alrededor de 2.000 millones de euros para refinerías y oleoductos en Hungría, República Checa y Eslovaquia. El problema es que Budapest tiene bloqueado desde hace meses el acceso a su plan de recuperación por vulnerar los valores democráticos europeos. Pagar ahora este dinero supondría hacer la vista gorda a la deriva autoritaria de Orbán.

Al final, la UE cederá a parte de las pretensiones de Hungría. El compromiso definitivo establece una distinción entre una prohibición total para las importaciones de petróleo ruso por vía marítima, y una exención para el crudo procedente del oleoducto Druzhba. Alemania y Polonia, que también reciben petróleo ruso de Druzhba, se comprometen pese a ello a cesar todas sus importaciones a finales de año.

Detalles técnicos

Este paquete ya estaba sobre la mesa de la reunión extraordinaria de embajadores celebrada este domingo por la noche. Pero allí no hubo fumata blanca. Hungría seguía considerándolo insuficiente. Y otros países (Italia, Bélgica, Holanda y los bálticos) denunciaban que daría una ventaja competitiva a Budapest, que seguiría recibiendo de forma indefinida petróleo barato ruso frente a los aumentos de precio en el resto de Estados miembros.

Sin embargo, la ruptura de la unidad europea frente a Vladímir Putin que tanto había costado de construir desde el inicio del conflicto ha generado alarma en Bruselas y ha hecho que todos los Estados miembros reconsideren su posición. Así, los líderes europeos darán este lunes luz verde al "acuerdo político", mientras que los "detalles técnicos" se cerrarán en las próximas semanas.

El más importante es si la exención para el petróleo de oleoducto será permanente o se fija algún límite temporal. El objetivo compartido, según las fuentes consultadas, es que las importaciones de petróleo ruso por Druzhba se prohíban también "lo antes posible".

"El embargo es un extraordinario logro para la UE, que está totalmente unida y comprometida a aumentar la presión sobre Rusia", asegura un alto diplomático europeo.

No es la única rebaja que los Estados miembros han aplicado al sexto paquete de sanciones contra Rusia. Tampoco habrá una prohibición total de transportar petróleo ruso con barcos comunitarios por la presión de países como Grecia. Y se aparca de momento el veto a la venta de viviendas europeas a ciudadanos rusos. En cambio, sí que impedirá a las empresas comunitarias prestar servicios de consultoría y asesoramiento al Kremlin.

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