Bruselas

La Eurocámara cuestiona que la nuclear y el gas sean considerados energías verdes. En una reunión conjunta celebrada este martes, los comités de Asuntos Económicos y Medio Ambiente han rechazado la propuesta de Bruselas de incluir en la lista de inversiones verdes de la UE (o taxonomía en jerga bruselense) la construcción y mantenimiento de centrales nucleares y de plantas de gas. La objeción se ha aprobado por 76 votos a favor, 62 en contra y 4 abstenciones.

La decisión de este martes todavía no es definitiva, aunque sí que envía una importante señal política. La resolución todavía debe ser debatida y votada durante el pleno del Parlamento Europeo que se celebrará entre el 4 y el 7 de julio. Una votación que sí será decisiva: si una mayoría absoluta de eurodiputados (353 de los 705) se opone al plan de la Comisión Europea, ésta deberá retirarlo o modificarlo. Pero el equilibrio de fuerzas todavía puede cambiar en las próximas semanas.

"Puede que el gas y la nuclear sigan siendo necesarios para satisfacer las necesidades energéticas y resulten útiles en la transición hacia una UE climáticamente neutra. No obstante, el gas y la energía nuclear no sin ni verdes ni sostenibles. Por lo tanto, no hemos tenido más remedio que votar en contra de incluirlos en la taxonomía", ha dicho el grupo socialista en la Eurocámara.

"Vemos con preocupación cómo la derecha en el Parlamento Europeo tiene una agenda de retroceso de las normas ambientales de la UE. En este caso, tampoco la Comisión Europea ha estado a la altura. Es el momento de impulsar la ambición ambiental para cumplir con los objetivos del acuerdo de París y evitar el desastre climático, tal y como nos advierte la ciencia", ha dicho el eurodiputado de Catalunya en Comú, Ernest Urtasun, que está adscrito al grupo de los Verdes. 

La Comisión de Ursula von der Leyen decidió el pasado febrero conceder a la energía nuclear y al gas la etiqueta de energías verdes. Bruselas argumenta que ambas son imprescindibles para la transición hacia la neutralidad climática -que la Unión se ha comprometido a alcanzar de aquí a 2050- y por ello deben beneficiarse de inversiones públicas y privadas en condiciones favorables

El plan del Ejecutivo comunitario ha generado una enorme controversia, pero se daba por descontado que saldría adelante. Al tratarse de un acto delegado, para tumbar la etiqueta 'verde' a la nuclear y el gas aprobada se requiere una 'supermayoría' de Estados miembros (al menos 20 de los 27 que representen como mínimo al 65% de la población de la Unión). O una mayoría de eurodiputados (al menos 353) en contra en el pleno.

Unas cifras que ahora mismo son muy difíciles de lograr. Pero la votación de este martes en los comités de Asuntos Económicos y Medio Ambiente podría provocar un vuelco inesperado.

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