Al final, la intensa presión de sus socios europeos ha surtido efecto y el canciller Olaf Scholz ha dado su brazo a torcer. Tras una reunión maratoniana de más de 11 horas, los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete han alcanzado un acuerdo de mínimos para avanzar urgentemente en la intervención del mercado del gas con el fin de rebajar los precios. Alemania, que se oponía a esta intervención, se ha acabado sumando al pacto unánime.
La "hoja de ruta" aprobada por el Consejo Europeo incluye el tope temporal y flexible al precio del gas importado con el fin de "evitar episodios de precios excesivos", así como la extensión a toda la UE de la 'excepción ibérica' que aplican España y Portugal para abaratar la factura de la luz. Dos medidas que rechazaban hasta ahora tanto Alemania como Holanda.
Los líderes europeos han dado además luz verde a las compras conjuntas obligatorias de al menos el 15% de los volúmenes necesarios para rellenar los depósitos de gas la próxima primavera. Se trata de reforzar el poder de negociación de la UE en el mercado internacional y evitar que los Estados miembros compitan entre sí y disparen más los precios, como ocurrió durante el mes de agosto.
El truco está en que los países reticentes todavía tienen escapatoria. Los líderes han dejado totalmente abiertos los detalles de estas medidas y exigen además a la Comisión un análisis de impacto como condición previa. Una vez que el Ejecutivo comunitario haya presentado todos los datos y propuestas legislativas, serán los ministros de Energía de la UE los que decidan. Es decir, Alemania y Holanda tendrán una nueva oportunidad de bloquearlas.
Los jefes de Estado y de Gobierno han acordado además movilizar más fondos europeos para ayudar a los hogares y empresas más golpeados por la crisis energética, así como garantizar la igualdad de condiciones entre los Estados miembros y proteger el mercado interior. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ha dicho que las nuevas ayudas podrían llegar hasta 300.000 millones de euros.
Pero también en este caso se trata de un acuerdo genérico, ya que los líderes no han concretado ni la cantidad ni los instrumentos. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha vuelto a reclamar un fondo anticrisis que funcione a base de créditos blandos, como el instrumento Sure que se utilizó durante la pandemia para financiar los ERTE. Pero Alemania y Holanda se han opuesto hasta ahora a una solución de este tipo.
"No hay tabúes. Eso no quiere decir que haya un acuerdo detallado sobre cada una de las opciones. Hay sensibilidades diferentes sobre esta cuestión (de los fondos), no es una sorpresa. Pero hay una voluntad de tratar este tema a nivel europeo", asegura el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
Según Michel, todos los líderes europeos están determinados a actuar juntos para lograr tres objetivos: hacer bajar los precios, garantizar la seguridad de suministro y reducir el consumo de gas.
A diferencia del resto de jefes de Estado y de Gobierno, Pedro Sánchez no ha comparecido ante la prensa al término de la primera jornada del Consejo Europeo. Su equipo ha señalado que el acuerdo en materia de energía es un paso positivo, pero a la vez reclama una mayor ambición.
En contraste, Macron se ha declarado totalmente satisfecho con el resultado. "El primer objetivo es rebajar los precios del gas, y para ello lo más importante son los corredores y los topes al precio del gas para proteger a hogares y empresas", ha destacado.
No obstante, admite que la 'europeización' del modelo ibérico costará más tiempo porque "es más técnico y mucho más complejo", aunque no le importa este retraso. "Si conseguimos el primer objetivo (de topar el gas importado), los precios de la electricidad bajarán mecánicamente", sostiene el presidente francés.
A su juicio, tanto el tope al precio del gas importado como el nuevo mecanismo de solidaridad financiera podrían estar operativos a finales de octubre o principios de noviembre. De hecho, el primer debate a nivel de ministros de Energía tendrá lugar el próximo 25 de octubre. Pero Macron considera que el acuerdo del Consejo Europeo ya "envía una señal muy clara a los mercados de nuestra determinación y unidad y de nuestra voluntad de luchar contra toda forma de especulación".
Al inicio de la reunión, tanto el presidente francés como el primer ministro italiano, Mario Draghi, habían acusado a Alemania de actuar de forma egoísta por su plan nacional de 200.000 millones de euros para salir al rescate de sus empresas, a expensas de sus rivales comunitarios. Para el canciller Olaf Scholz, el pacto alcanzado en el Consejo Europeo es "un buen signo de solidaridad".
¿Ha dejado Alemania de estar aislada?, le han preguntado a Macron al término del encuentro. "Hemos encontrado un acuerdo unánime. Hemos conseguido sumar a los que se más se oponían, lo que es bueno. Es así como Europa debe avanzar", responde el presidente francés.
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