La UE aprueba fijar en 60 dólares por barril el tope al petróleo ruso tras superar las reservas de Polonia
El compromiso en Bruselas despeja el camino para que el G7 pueda aplicar este precio máximo a partir de la semana que viene.
2 diciembre, 2022 18:14Los países de la Unión Europea han aprobado este viernes fijar en 60 dólares por barril el tope de precio al petróleo ruso transportado por mar tras superar las reservas de Polonia, que defendía un umbral más bajo para maximizar el daño al Kremlin.
Varsovia ha dado finalmente luz verde tras lograr un mecanismo para revisar el tope cada dos meses. El objetivo es que este precio máximo para Rusia se mantenga al menos 5 dólares por debajo del precio de mercado, según han informado fuentes diplomáticas.
El acuerdo en Bruselas despeja el camino para que el G7 pueda poner en marcha esta medida a partir de la semana que viene. Una iniciativa que tiene un doble objetivo: por un lado, recortar los ingresos de Moscú, que el régimen de Vladímir Putin utiliza para financiar la guerra en Ucrania; y al mismo tiempo mantener la estabilidad en el mercado internacional del crudo.
The EU agreement on an oil price cap, coordinated with G7 and others, will reduce Russia’s revenues significantly.
— Ursula von der Leyen (@vonderleyen) December 2, 2022
It will help us stabilise global energy prices, benefitting emerging economies around the world. pic.twitter.com/3WmIalIe5y
La UE ya había aprobado un embargo parcial al petróleo ruso (excluyendo al que llega por tubería) que entra en vigor el próximo lunes 5 de diciembre. También Estados Unidos, Reino Unido y Canadá han dejado de comprar petróleo ruso, así que el nuevo precio máximo afectará a los países extracomunitarios y de fuera del G7.
¿Cómo garantizará el G7 que este tope se aplique? La medida incluye la prohibición del transporte marítimo de petróleo ruso a terceros países -así como de los servicios de aseguramiento asociados- si se ha pagado a un precio por encima de estos 60 dólares. Los principales transportistas de crudo son europeos, mientras que los seguros se prestan en Londres y en la UE.
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Por eso, la medida chocó inicialmente con la oposición de los Estados miembros que tienen una gran industria naviera: Grecia, Chipre y Malta. Al final, los tres países levantaron sus reservas tras recibir garantías de que serán compensados.
El escollo final lo plantearon Polonia y los países bálticos, que reclamaban un tope más bajo para hacer más daño al Kremlin. La propuesta inicial era situar el tope entre 65-70 dólares por barril, después se redujo a 62 dólares y el acuerdo final ha sido situarlo en 60 dólares.
El objetivo es reducir los ingresos de Rusia y al mismo tiempo mantener estable el mercado energético y permitir que los países en desarrollo puedan comprar petróleo ruso a precios bajos. Incluso si India y China deciden no sumarse al tope del G7, Bruselas confía en que ambos países podrán imponer fuertes descuentos a Moscú gracias a esta medida.
"Tenemos que garantizar que los países emergentes y en vías de desarrollo continúen teniendo acceso al petróleo ruso a precios limitados", ha explicado la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, en un comunicado.
Esta iniciativa sin precedentes pretende además forzar una rebaja de los precios mundiales de la energía y combatir así la inflación récord que sufren tanto Estados Unidos como Europa debido al chantaje energético de Vladímir Putin.
"Este tope de precio tiene tres objetivos. En primer lugar, refuerza los efectos de nuestras sanciones. Además, reducirá todavía más los ingresos de Rusia. Y al mismo tiempo estabilizará los mercados internacionales de la energía porque permite que una parte del petróleo ruso sea comercializado, negociado y transportado por operadores europeos a terceros países, siempre que se venda por debajo del tope", ha relatado Von der Leyen.
De hecho, Estados Unidos es el principal promotor del tope al petróleo ruso. La Casa Blanca de Joe Biden temía que el embargo parcial aprobado por la UE desencadenara una lucha por suministros alternativos, que según sus cálculos podría disparar los precios mundiales más allá de los 140 dólares por barril. De ahí su insistencia el tope de precios como una forma de mantener cierto flujo de crudo ruso en los mercados internacionales a fuertes descuentos.
"Este tope de precio beneficiará directamente a las economías emergentes y en vías de desarrollo y podrá ajustarse a lo largo del tiempo de forma que podamos reaccionar a la evolución de los mercados. Junto a nuestros socios, nos mantenemos unidos y firmes en nuestra oposición a la atroz guerra de Rusia", resalta la presidenta.