Se detiene el rally alcista del petróleo, pero gasolina y diesel seguirán subiendo durante las vacaciones de verano

Pero esta evolución en los precios del petróleo no tiene una correlación directa con el precio de los combustibles en las estaciones de servicio. Así, mientras los futuros del crudo Brent cayeron este miércoles un 1,7%, hasta los 83,45 dólares/barril, el precio medio de los carburantes encadena en España su sexta semana consecutiva de subidas de hasta el 10,3%.

"La subida de los precios del petróleo puede 'autocorregirse' al desencadenar temores de desaceleración de la demanda impulsados por la macroeconomía mundial, mientras que la subida de los precios también pondrá a prueba la determinación de la OPEP de recortar la oferta", confirma en un análisis Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma de inversión en multiactivos eToro.

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"Preocupa que la economía alemana sigue estancada, mientras que Italia registra una caída del 0,5%. Por su parte, España frena hasta el 0,4% y Francia crece un 0,5%. Es decir, son cifras de crecimiento muy suaves", añade por su parte Javier Molina, analista senior de mercados para eToro, sobre el PIB zona euro.

"Eso nos hace pensar que vamos a ver un ejercicio de 2023 en el que esa sea la dinámica y en la que impacto de la subida de tipos de interés está provocando una reducción de la inflación", apunta.

Subidas en las vacaciones

En España, en lo que va de verano, el precio de la gasolina se consolida en sus niveles máximos en lo que va de 2023, coincidiendo con la operación especial por el puente de agosto, en la que la DGT estimaba unos 8,5 millones de desplazamientos por carretera.

En concreto, la gasolina se ha encarecido esta semana un 0,71% con respecto a hace siete días, para situarse en los 1,692 euros por litro, su valor más alto desde finales de noviembre. Entonces estaba vigente la subvención de 20 céntimos por litro implantada por el Gobierno por la crisis por la guerra en Ucrania.

Además, este nivel de 1,692 euros por litro se alcanza tras haber registrado un incremento del 6,28% desde los niveles de principios de julio.

Por su parte, el precio medio del diésel también encadena su sexta semana consecutiva de subidas (+2,19%) para alcanzar los 1,586 euros el litro, un nivel que no marcaba desde mediados del pasado mes de marzo, según datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea.

Desde inicios del pasado mes de julio, cuando arrancó esta nueva espiral alcista en los precios de los carburantes, el precio medio del litro de gasóleo acumula un encarecimiento del 10,3%.

Con estos nuevos repuntes, el precio de ambos carburantes se consolida ampliamente por encima de los niveles a los que ascendían antes del estallido de la guerra de Ucrania el 24 de febrero de 2022. En el caso del diésel, era de 1,479 euros por litro, y, para la gasolina, de 1,594 euros por litro.

No obstante, ambos carburantes se mantienen lejos de los máximos que tocaron hace más de un año, cuando en julio la gasolina alcanzó los 2,141 euros y el gasóleo los 2,1 euros.

Efecto pluma y cohete

Esta diferencia entre los precios del petróleo crudo y los de los carburantes se conoce como efecto pluma y efecto cohete. Así es como lo ha denominado en varias ocasiones la propia CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) refiriéndose a que los precios de los carburantes suben como cohetes pero, cuando baja el precio internacional del petróleo, descienden con la lentitud de una pluma.

Según la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), esto es porque la materia prima, es decir, el petróleo, supone 17 de cada 50 euros del precio final del carburante. El resto son impuestos.

También es porque el mercado del petróleo y el de la gasolina/diésel se comportan de manera diferente. De hecho, su cotización no está vinculada. Mientras que en el del petróleo se vende crudo, para la gasolina/diésel se requiere un refinamiento que encarece y alarga el proceso.

Además, en pleno periodo estival, con millones de desplazamiento en coche, la demanda de la gasolina se dispara y se ha comprobado que es muy inelástica. Es decir, que, pese a que se encarezca su precio, apenas tiene un efecto en la reducción del consumo. El plan de las vacaciones de los españoles que deciden irse con su propio vehículo no se suspende aunque el precio siga por las nubes, y por tanto, aumentan los márgenes y la rentabilidad del negocio a las compañías del sector.