Hidrógeno y litio, dos de principales vectores de la transición energética.

Hidrógeno y litio, dos de principales vectores de la transición energética. Invertia

Observatorio de la Energía

Así es la trama empresarial del hidrógeno verde y de litio que ha hecho caer al primer ministro luso António Costa

EDP, entre otras portuguesas, han figurado en la lista de empresas que formaron los consorcios objeto de investigación.

8 noviembre, 2023 02:28

Las dos piezas clave para alcanzar los objetivos de descarbonización en Portugal han dinamitado el Gobierno luso: el hidrógeno verde y el litio. La investigación por posible trato de favor de proyectos para desarrollar una industria de hidrógeno verde en el puerto de Sines y para la extracción de litio en Montalegre ha acabado con el Gobierno de António Costa.

Las sospechas se remontan a 2019, tanto en el expediente del litio como en el del hidrógeno. En el caso del litio, está en juego la adjudicación de la concesión de exploración de litio en Montalegre (cerca de la frontera con Orense) a la empresa Lusorecursos. Una compañía que cuenta con una veintena de socios, entre los que figuran EDP o Siemens.

En el hidrógeno, el punto central de sospecha es el papel del Gobierno en el desarrollo de uno de los mayores proyectos del país, que se pretendía desarrollar en Sines: GreenH2Atlantic (antes H2Sines). EDP, Galp, Engie, Bondalti, Martifer, Vestas, McPhy y Efacec son algunas de las entidades que están en este megaconsorcio.

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En paralelo, desde el proyecto inicial H2Sines, surgió otro, el Flamingo Verde, porque su impulsor, Marc Rechter, un holandés afincado en Portugal, no fue aceptado por las grandes compañías del megaconsorcio y tuvo que abandonar en 2020. Por tanto, este empresario formó este consorcio competidor, que incluía a las empresas Tag Energy, Proton Ventures, Acciona, entre otras, según mencionan medios portugueses.

Sin embargo, fuentes conocedoras han confirmado a EL ESPAÑOL-Invertia que Acciona nunca ha tenido nada que ver con este proyecto. Hubo una oferta preliminar del empresario Rechter, pero una vez realizada la 'Expresión de Interés (EoI)', fue rechazada de inmediato. De hecho, no participa en ningún otro proyecto de hidrógeno verde en Portugal.

También fuentes cercanas a EDP señalan a este diario que no están involucrados en ninguna trama de escuchas ilegales y que salieron de este proyecto de hidrógeno en 2020.

De Portugal a Países Bajos

El nombre de Marc Rechter aparece de manera recurrente en la cronología de los hechos. En el verano de 2019, presentó al entonces secretario de Estado de Energía, João Galamba, el primer proyecto de producción de hidrógeno verde a gran escala, con el objetivo de exportarlo a Países Bajos.

El plan, que contó inicialmente con el apoyo de EDP y Galp, se presentó a la Comisión Europea a principios de 2020, para solicitar el estatus IPCEI (Proyecto de Interés Común). El plan preveía una inversión inicial de 1.500 millones y la creación de mil puestos de trabajo.

Sin embargo, fue en julio de 2020 cuando las empresas decidieron presentar su propio consorcio para el hidrógeno verde, excluyendo a Rechter y a su empresa Resilient Group, y por eso, creó Flamingo Verde. El periódico luso Expresso dice que esta empresa es una firma sin facturación, sin empleados y que tiene un socio en la lista negra del fisco. Pero fue Rechter quien presentó al Gobierno la idea original de un megaproyecto de hidrógeno en Sines y después se quedó fuera. Incluso después de contratar a un exdiputado de la oficina de João Galamba.

Ya en noviembre de 2020, la revista Sábado publicaba que estaba en marcha una investigación del Ministerio Público sobre los proyectos de hidrógeno verde, apuntando favoritismo del Gobierno a los intereses de empresas como EDP, Galp y REN. Pero esa información chocaba con la relación ya inexistente por entonces de estas empresas energéticas con el empresario luso-holandés.

El litio portugués

Otro de los asuntos que también ha derrocado al primer ministro Costa tiene que ver con acelerar las concesiones para explotar minas de litio en territorio luso.

También todo comenzó en 2019 y también con el entonces secretario de Estado de Energía, João Galamba. En marzo de ese año, concedió a Lusorecursos Portugal Lithium la autorización para explorar litio en Montalegro, pero se le acusó de haber aprobado el contrato de operación sin haber cumplido con los plazos de la legislación vigente.

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El Gobierno de António Costa ha estado luchando para que Portugal lidere una cadena de valor en la industria del litio, desde la extracción del recurso hasta su procesamiento y uso. En 2021, Galp y la empresa sueca Northvolt anunciaron su intención de invertir en una fábrica de procesamiento de litio, que quería ser la más grande de Europa. Se necesitaba hacer todo lo posible para que saliera adelante.

Hace poco más de dos meses, Lusorecursos consiguió una declaración de impacto ambiental favorable, pero la Agencia Portuguesa de Medio Ambiente (APA) le obligó a reformular el proyecto inicial. La inversión se estima en 650 millones de euros, en una superficie de 637 hectáreas, 30 de las cuales son a cielo abierto y el resto en zonas subterráneas.

Hay otros proyectos de litio en desarrollo en Portugal. No en vano el país tiene las mayores reservas de litio de Europa y es la octava mayor del mundo. Ahora, con la dimisión de António Costa todos estos proyectos energéticos se quedan en el limbo esperando conocer cómo se va a solucionar el problema político.