Así lo ha anunciado el presidente en funciones en su discurso de investidura pronunciado este miércoles ante el Congreso de los Diputados: "Quiero anunciarles que vamos a restablecer la Comisión Nacional de la Energía suprimida por el Gobierno del Partido Popular, que va a ser clave para garantizar y mejorar el funcionamiento del sector energético y la diversificación de sus operadores".

"El desafío de la transición energética requiere también de un regulador independiente y especializado y los recursos técnicos adecuados para preparar el sistema energético para lograr este objetivo ambicioso que tenemos de neutralidad climática", ha afirmado.

[Ribera presiona para que las energéticas dejen de estar bajo la 'protectora' vigilancia de la CNMC de Cani Fernández]

Se da así cumplimiento al plan presentado el pasado mes de octubre por el PSOE y Sumar para la formación de un Gobierno de coalición entre ambas formaciones políticas.

Pero ¿qué se pretende conseguir con esta decisión? "En los tres años que lleva Cani Fernández al frente de la CNMC, ha habido muchas desavenencias con el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO), y eso ha molestado especialmente a la titular de su cartera, Teresa Ribera", explican fuentes del sector eléctrico a EL ESPAÑOL-Invertia, muy cercanas en el pasado a la CNMC.

"No es un secreto la falta de sintonía entre el organismo que preside Fernández y la vicepresidenta Ribera", explican otras fuentes del sector energético a este diario. "Si se crea una Comisión de Energía, independiente de la CNMC, es posible que se destense la relación entre ambas lideresas, que ya no chocarán por el conflicto de intereses", añaden.

"Ha habido algunos temas que ha enfrentado a la CNMC con el MITECO. El último ha sido el tema de los permisos retroactivos a los proyectos renovables que no llegaron a tiempo para cumplir con los hitos marcados por Transición Ecológica para conservar los puntos de accesos y conexión".

Pero no todo es negro o blanco. La creación de una Comisión de Energía independiente de la CNMC tiene aspectos positivos que ya ha defendido no solo el presidente Sánchez, sino el exconsejero de la sala de supervisión del regulador Mariano Bacigalupo.

Luces de una nueva CNE

"Los modelos integrados con 'sesgo hegemónico' de los ámbitos integrados propenden a desdibujar y debilitar las áreas 'minorizadas' y no suelen dar muy buenos resultados", decía Bacigalupo a finales de octubre en una publicación en la red social LinkedIn.

"En la UE, tres de 27 Estados miembros han optado por autoridades integradas de regulación y competencia", y por tanto, sostenía que "no toda autoridad integrada lo es real o materialmente (en ocasiones se trata más bien de una agregación o yuxtaposición de autoridades diferenciadas)".

Declaraciones que van muy en línea con lo que ha dicho Pedro Sánchez ante el Congreso de los Diputados este miércoles.

Otras fuentes del sector señalan a este diario que "al crear una comisión específica de energía, se le tiene que dotar de recursos humanos y sobre todo materiales". En su opinión, "eso es muy necesario, porque el equipo actual está sobrepasado con toda la normativa legislativa, tanto nacional como europea, y los propios cambios que estamos experimentando con la transición energética".

Sombras de ser independiente

Pero no todo es positivo. El anuncio de esta nueva Comisión ha generado muchas críticas que señalan la posibilidad de "crear una CNE ad hoc para los intereses del MITECO, con nombramientos de consejeros y técnicos afines a las políticas de Ribera".

"Y también hay que tener en cuenta el incremento que supondrá de presupuesto público para crear un nuevo organismo con su propia sede y sus oficinas", añaden.

Sin embargo, "los dos modelos pueden funcionar. Pero, claro, dependerá de si el motivo de fusionar o separar es mover a los consejeros para controlar más la comisión … si esas fueran las intenciones no podría salir nada bueno", concluyen las fuentes.

La vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, durante la rueda de prensa en Luxemburgo en octubre. UE

El organismo tendría sobre sus manos el funcionamiento del mercado eléctrico, tanto mayorista como minorista, y la operación del sistema. De hecho, este organismo tiene las competencias en gestión de peajes de transporte y distribución eléctrica, un coste que supone más de un tercio de la factura de la luz de los consumidores finales.

En paralelo, también supervisará el mercado del gas y el de los carburantes, así como la competencia entre comercializadoras de luz y gas, actualizando el comparador de tarifas o los cambios de suministrador.

La futura nueva Comisión Nacional de Energía se involucará activamente en Europa al participar en la regulación del mercado europeo de la energía, a través de los organismos CEER y ACER.

La CNMC se creó hace diez años, precisamente al integrar todos los organismos que existían de los sectores regulados. Esto es, los de energía, telecomunicaciones, sector postal, medios audiovisuales y transporte ferroviario y aeroportuario. En breve, el primero de ellos podría descolgarse del resto.