Planta de biometano.

Planta de biometano. Cepsa

Observatorio de la Energía

La burocracia frena al biogás y amenaza el objetivo nacional: los plazos para nuevas plantas deben reducirse a la mitad

El aumento de instalaciones sobrecarga el sistema. El tiempo de desarrollo de proyectos, que alcanza los 4 años, debe situarse en dos, según McKinsey.

8 septiembre, 2024 02:32

El despliegue del biogás en España tiene un gran enemigo: la excesiva burocracia. Para alcanzar la meta de producción de 20 teravatios hora al año (TWh/año) en 2030, desarrollar una planta debe reducirse a la mitad, hasta los dos años, advierte un reciente análisis de McKinsey & Company. 

Se trata de unos plazos que están muy lejos de los actuales. "Desarrollar una planta de biometano en España puede ser un proceso prolongado que puede tardar hasta cuatro años, principalmente debido a los extensos plazos de concesión de permisos", recalca el estudio.

Nuestro país cuenta con unos 1,2 TWh en construcción y otros 11,8 TWh en desarrollo. Con los plazos actuales de cuatro años, los expertos anticipan que la producción de biogás en nuestro país será de 13,6 TWh en 2023, un 32% por debajo del objetivo de 20 TWh (equivalente en términos de biometano a menos de un 2% de la demanda de gas natural). 

Si se reduce el tiempo de desarrollo a dos años, España alcanzaría los 19,4 TWh en 2030, casi la totalidad de sus metas, tal y como se muestra en el gráfico anterior.

"Si se desea alcanzar completamente el objetivo de 20 TWh/año de España con biometano, sería necesario un aumento sustancial en la capacidad de producción, de aproximadamente un 70% anual hasta 2030", asegura el informe de McKinsey.

Esto implicaría materializar la capacidad en construcción (1,2 TWh/año), iniciar alrededor de 3 TWh/año (llegando a 12 TWh/año para 2030 con los plazos de desarrollo actuales) y reducir a la mitad los tiempos de desarrollo a partir de 2024 o 2025 para nuevos proyectos, "lo que requeriría acelerar significativamente los plazos de concesión de permisos y podría añadir alrededor de 6 TWh/año en capacidad de producción", añade.

Los expertos ponen a otros países —Dinamarca, Francia e Italia— como ejemplo. Su producción de biometano ha crecido entre un 60% y un 80% anual, "demostrando que es posible para España alcanzar la velocidad necesaria para cumplir con el objetivo".

Según alerta el informe de McKinsey, el aumento en los anuncios de nuevas plantas ha sobrecargado el sistema, lo que podría alargar aún más los procesos.

Los desarrolladores españoles deben cumplir con varias directivas a nivel de la Unión Europea, mientras que, a nivel nacional, cada administración local aplica sus propios criterios y plazos para la evaluación de permisos.

Propuestas

Los analistas abogan por priorizar la aprobación de proyectos considerados "estratégicos" y reducir el tiempo necesario para su autorización. Por ejemplo, Dinamarca y Francia han implementado un "enfoque de zonificación" donde el proceso de permisos se simplifica en áreas clave, basándose en la disponibilidad de materias primas sostenibles y la infraestructura de la red de gas.

En España, algunas comunidades autónomas, como Galicia y Castilla-La Mancha, ya están facilitando el desarrollo acelerado de ciertos proyectos clave. De hecho, esta última aprobó una ley en 2020 con el objetivo de establecer un marco para el tratamiento preferencial y la agilización de la concesión de permisos administrativos.

Desde la consultora también proponen aumentar los recursos administrativos dedicados a la aprobación de proyectos, como ha hecho Castilla y León. La creación de directrices específicas por parte del gobierno central para promover criterios, documentación y plazos consistentes entre las distintas regiones también permitiría reducir los cuellos de botella.

Otra medida "efectiva y fácil de implementar" [...] es ofrecer líneas de apoyo público-privadas para ayudar a los desarrolladores con los requisitos de la lista de verificación y la presentación de permisos. "Austria e Italia han implementado mesas de ayuda dedicadas, establecidas por asociaciones industriales, para asistir a los desarrolladores en la comprensión de la documentación y la preparación de las solicitudes de permisos", ejemplifica el estudio.

Materias primas y red

Más allá de la burocracia, el biometano se enfrenta a otros grades retos: el acceso a las materias primas y a la red.

El biometano aún no ha logrado captar una atención o reconocimiento significativo por parte del público en España, especialmente entre los agricultores y las comunidades rurales.

Con frecuencia, estos grupos son reacios al desarrollo de complejos industriales cerca de sus entornos rurales y, en el caso del biometano, a menudo desconocen el considerable impacto positivo que puede tener el desarrollo de plantas de biometano. Según el estudio de McKinsey, esta falta de conocimiento podría retrasar el avance de ciertos proyectos.

Por su parte, los expertos aseguran que el potencial de biometano de España a una distancia factible de la red asciende a alrededor de 40 a 45 TWh. Para aprovechar plenamente este potencial, España debe seguir abordando ciertos desafíos como el apoyo para la conexión por parte de los operadores de la red o la visibilidad sobre las redes de distribución y puntos de inyección.