Buenas noticias para Telefónica. El Tribunal General de la Unión Europea anuló este jueves la decisión de la Comisión Europea de vetar la compra de la filial británica de Telefónica, O2, por Hutchison, del grupo Three, un inesperado espaldarazo para los planes de integración de la operadora en Reino Unido.
En mayo de 2016, la comisaria de Competencia y actual vicepresidenta del Ejecutivo comunitario, Margrethe Vestager, impidió la operación al considerar que provocaría una subida de precios, perjudicaría la innovación en el sector de las comunicaciones móviles y afectaría a las posibilidades de elección de los consumidores de Reino Unido.
El TUE concluye que los efectos de la operación sobre los precios y sobre la calidad de los servicios a los consumidores no han quedado demostrados conforme a Derecho y según los requisitos de prueba exigibles.
Este dictamen no tiene realmente ningún efecto práctico en la actualidad, ya que esta operación está completamente abortada desde hace cuatro años, pero sienta un buen precedente para la fusión anunciada hace unas semanas entre O2 y Liberty para formar uno de los primeros operador de telecomunicaciones de las Islas.
Precisamente, una de las grandes interrogantes de la operación era el camino regulatorio que seguiría. Frente a esta situación, el rechazo de la compra de Hutchison en 2016 era un lastre para el nuevo acuerdo.
Reticencia de Vestager
En especial si se considera la histórica reticencia de Vestager de aprobar este tipo de fusiones entre empresas de telecomunicaciones. La Comisión siempre ha defendido que existan cuatro operadores en cada país para garantizar competitividad, buenos servicios y precios bajos para los ciudadanos.
Es por ello que el rechazo del TUE al fallo de 2016, prohibiendo la fusión con Hutchison, es un buen precedente que sienta jurisprudencia en este tipo de procedimientos y máxime si la actual fusión está próxima a llegar a los organismos de competencia de Bruselas.
Al presentar el acuerdo a comienzos de mayo, el CEO de Telefónica, Ángel Vila, se mostró confiado en que el movimiento sea aprobado por Bruselas y Reino Unido, ya que estamos ante una consolidación de dos mercados complementarios como son el móvil y el fijo.
"Todas las operaciones de este estilo han sido aprobadas en los últimos años en Europa. Los inversores confían en las sinergias que generaremos. Creemos que se aprobará sin problemas y sin remedios (condiciones) y que además se hará con bastante rapidez. La anterior operación de este estilo que se produjo fue la de BT y EE en 2015 y fue aprobada por el regulador británico sin condiciones", indica.
Respecto a los plazos, el presidente de la compañía, José María Álvarez Pallete, señaló que el camino debe comenzar con Bruselas y que es posible que la UE lo derive a la autoridad británica. Dependiendo de la rapidez con la que se produzcan estos pasos, la operación podría estar aprobada en el primer trimestre del próximo año, como tarde antes del verano de 2021.
Cierre de la operación
El fallo conocido este jueves allana la situación. La operación con Hutchison era la única a la que la UE podía agarrarse para vetar la fusión con Liberty pero, después de que la justicia europea la haya puesto en cuestión, desaparece la única posible traba para una integración que se da por hecho en el mundo financiero.
El pasado 7 de mayo Telefónica y Liberty anunciaron la creación de una joint venture participada al 50% por ambas compañías que dará lugar a un proveedor de telecomunicaciones con más de 46 millones de clientes y unos ingresos de aproximadamente 12.500 millones de euros.
La combinación dará lugar a un proveedor integrado de servicios fijos y móviles más fuerte en el mercado británico, que impulsará la expansión de la red de alta velocidad de Virgin Media y el despliegue de red 5G de O2. La nueva empresa de O2 y Virgin prácticamente igualará la cuota de mercado del líder BT.
La operación valora a O2 en 14.500 millones de euros y a Virgin Media en 21.300 millones de euros, ambos en términos de valor total de empresa. O2 aportará una compañía libre de deuda, mientras que Virgin Media aportará sus activos y 12.900 millones de deuda neta.