Cataluña y la Comunidad de Madrid ultiman su incorporación a la app de rastreo del coronavirus Radar COVID. Las informaciones confirmadas por Invertia con fuentes de la administración autonómica y central indican que la primera se sumará formalmente al proyecto en las próximas horas y la segunda lo hará "en días".
En ambas regiones, su ingreso será en pruebas -como las siete autonomías que ya la están utilizando- y en el caso de Madrid lo hará primero de manera selectiva, probablemente en los barrios y zonas más afectadas por los contagios de coronavirus.
El pasado jueves las primeras autonomías en integrar sus sistemas sanitarios con Radar COVID fueron Andalucía, Cantabria, Aragón, Canarias, Extremadura y Castilla y León y este lunes se sumó Baleares. Se estima que a más tardar a mediados de semana lo haga Cataluña y que Madrid lo haga antes de final de mes.
La entrada de estas dos últimas es el primer gran paso que esperaba el Ministerio de Asuntos Económicos para dar el empujón definitivo a la app que rastrea los positivos y avisa a quienes han estado en contacto con algún contagiado.
Estas regiones no solo son dos de las más pobladas de España -concentrando el 30% de toda la población- sino que además son las que actualmente presentan un mayor número de contagios. Esto hace que su ingreso sea clave en Radar COVID, que mientras más descargas y usuarios activos tenga y mayor territorio cubra, tendrá mejores resultados.
Trabas burocráticas
El ingreso de Cataluña y Madrid también es un pequeño triunfo para la Secretaría de Estado de Digitalización que el pasado 10 de agosto lanzó la aplicación, pero sin ninguna autonomía incorporada en el sistema. Han sido semanas de intensa labor pedagógica para que todos los sistemas sanitarios españoles se sumaran al proyecto y superasen las trabas burocráticas.
Se han producido más de dos millones de descargas, pero hasta el pasado jueves sin utilidad ya que ninguna comunidad autónoma había integrado sus sistemas con la aplicación. Durante casi dos semanas la app solo rastreaba contactos, pero tras el ingreso de las regiones, se pueden reportar positivos -y hacer el seguimiento- en las respectivas autonomías.
La prueba piloto realizada en La Gomera a comienzos de julio demostró que la app es el doble de eficaz en registrar y detectar contactos que los rastreadores manuales. En momentos en que los contagios están descontrolados y hacen falta rastreadores, esta herramienta tecnológica podría convertirse en un importante complemento para contener los positivos.
Es por ello que es vital su utilización masiva. Después de que se integren Cataluña y Madrid, solo restarían ocho autonomías y dos ciudades autónomas para completar la integración de todo el territorio. Lo que significa que ahora debe cumplirse la segunda fase de implantación del proyecto y que esté en el móvil de todos los españoles.
Como decíamos, más de dos millones de personas se la han descargado en sus teléfonos móviles. Una cifra que, sin embargo, es todavía insuficiente y que está muy lejos del 25% de penetración con la que el Gobierno cree que será útil y del 60% (28 millones de españoles) que consideran los expertos como viable.
¿Cómo funciona la aplicación?
En cualquier caso, estamos hablando de usuarios activos y no solamente descargas. Es decir, personas que tengan Radar COVID instalada en sus móviles, pero además activa, con el Bluetooth funcionando -para identificar los contactos de manera anónima- y que siempre lleven consigo el móvil.
La aplicación funciona mejor cuando se rastrea la mayor cantidad de gente posible y para ellos todos deben tener la app funcionando con máxima fiabilidad. Es por ello que los expertos advierten que para que cumpla sus objetivos debe existir el máximo número posible de descargas.
La aplicación utiliza la conexión Bluetooth del terminal, a través de la cual los móviles emiten y observan identificadores anónimos de otros teléfonos que cambian periódicamente. Cuando dos terminales han estado próximos durante quince minutos o más a dos metros o menos de distancia ambos guardan el identificador anónimo emitido por el otro.
Si algún usuario fuera diagnosticado positivo de la Covid-19 tras realizarse un test PCR, decidiría si dar su consentimiento para que, a través del sistema de salud, se pueda enviar una notificación anónima. De esta forma, los móviles que hubieran estado en contacto con el paciente recibirían un aviso sobre el riesgo de posible contagio y se facilitarían instrucciones sobre cómo proceder. Al no solicitarse datos de ningún tipo, es imposible identificar o localizar de forma alguna a ningún usuario.