Telefónica sigue inmersa en negociaciones con diferentes inversores para monetizar sus activos de Latinoamérica. Como ya contó este diario, hay varias conversaciones en marcha, a diferentes velocidades y bajo diversas fórmulas de colaboración, aunque fuentes de la operadora advierten que no hay prisas para cerrar estos procesos.
De esta manera, la prioridad es sacar la máxima rentabilidad de cada uno de sus activos y filiales y no malvender ninguna de ellas. No hay plazos para concluir estas conversaciones.
Es por ello por lo que, pese a que se sigue trabajando y ninguna negociación se ha paralizado, no se está forzando cerrar ningún acuerdo a la espera de que el mercado mejore las condiciones.
Este punto es muy sensible ya que pese a que Telefónica ha cerrado muchas operaciones durante la pandemia, todas han sido en sus mercados estratégicos (España, Reino Unido, Alemania y Brasil) y solo una -la compra de Oi- se ha realizado fuera del continente europeo.
En medio del confinamiento cerraron la fusión con Liberty para crear la mayor operadora de Reino Unido; a finales del año pasado cerraron la compra de la brasileña Oi y esta semana anunciaron la venta de sus torres de Telxius a American Tower. Todas con importantes plusvalías para la compañía.
Interrogantes políticas
El hecho de que la mayoría de estas operaciones se hayan realizado dentro de las fronteras comunitarias y Reino Unido no es casual, ya que todas han contado con el respaldo de una economía europea que ya comienza a recuperarse.
Diferente es el caso de Latinoamérica donde a la situación de la Covid, que está dejando serios daños económicos en los países donde Telefónica tiene filiales, se suman las interrogantes políticas e institucionales que aconsejan no apresurarse en cerrar acuerdos.
En este sentido, vender ahora mismo o en las próximas semanas no se traduciría en lograr la máxima rentabilidad potencial que el mercado podría entregar. Desde Telefónica advierten que en estos mercados mantienen una buena posición de liquidez y una buena cartera de clientes que les permite mantener la marcha del negocio sin problemas y esperar la mejor oferta posible.
En este contexto encaja además la reducción de la deuda de la compañía, uno de los principales objetivos que Telefónica para la monetización de sus filiales en Latinoamérica. Si se malvenden estos activos en el continente el efecto en la reducción de la deuda sería muy bajo o nulo.
La hoja de ruta aconseja esperar un mejor contexto pese a que hay ofertas por Chile, Colombia o Ecuador. El modelo está claro y pasa por la reciente venta de Telxius a American Tower por 7.700 millones de euros.
Diferentes realidades
Un negocio que generó una plusvalía de 3.900 millones para la operadora y que además le permitió seguir utilizando su infraestructura con ventajosas condiciones mayoristas.
Lo que sí está claro es que Telefónica busca una solución diferente y acorde con la realidad de cada país. Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú, Uruguay y Venezuela son las filiales en el continente agrupadas en Hispam -Brasil sigue siendo una unidad de gestión independiente- frente a las que están todas las opciones abiertas.
Frena a esta situación, la opción que tiene más adeptos es la de tener socios estratégicos con los que mantener el capital, pero que además puedan quedarse con la gestión del día a día de las respectivas filiales.
Los negocios de Telefónica en el continente han estado históricamente afectados por una endémica depreciación de sus monedas y afectados por recurrentes deterioros en activos lastrados por la inestabilidad política y económica del continente.
Según los últimos resultados de la operadora, Telefónica Hispam ingresó 5.988 millones de euros en los primeros nueve meses del año, lo que supone el 18,6% de su facturación global.
Cuentas en Latinoamérica
El problema es que los negocios en estos países solo representan el 5,3% de su Oibda (medida equivalente de la compañía para Ebitda), lo que demuestra que pese a sus ingresos son mucho menos rentables que los mercados estratégicos: España representa el 38%, Brasil el 24%, Alemania el 17%, Reino Unido el 16%.
Latinoamérica no es rentable y cada vez lo es menos. El último ejemplo se expuso precisamente en estas cuentas. En este tercer trimestre Telefónica registró unas pérdidas trimestrales de 160 millones de euros, lastradas por un deterioro de 785 millones de euros en sus activos en Argentina. Sin este impacto de extraordinarios entre junio y septiembre, las ganancias habrían sido de 734 millones.
La operadora española tuvo que aplicar este ajuste contable por la compleja situación que atraviesa el país latinoamericano -con un decreto que impide subir precios- con graves problemas económicos por la crisis del coronavirus.
Frente a este contexto los analistas consultados indican que el negocio de Telefónica en Latinoamérica podría estar valorado entre los 13.000 y los 10.000 millones de euros, aunque con la pandemia nuevamente descontrolada esta valoración se podría haber reducido.