El presidente y el resto de miembros del consejo de administración de Ericsson podrían tener que enfrentarse a acciones legales por el caso de corrupción en Irak, después de que los accionistas minoritarios de la compañía sueca hayan rechazado en la última junta eximirles de sus responsabilidades por sus actividades en el ejercicio 2021.
Hace aproximadamente un mes, la compañía confirmó que había investigado el comportamiento de empleados, vendedores y proveedores de Ericsson en Irak entre los años 2011 y 2019 ante las sospechas de varias prácticas de corrupción. Todo ello después de que este caso fuera hecho público por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ por sus siglas en inglés) y varios medios de comunicación.
El escándalo ha sido el protagonista de la junta general de accionistas celebrada por la compañía esta semana, en la que algunos accionistas minoritarios han mostrado su descontento con la gestión de esta crisis y han dejado abierta la posibilidad de que el consejo de administración pueda ser demandado por la gestión hecha en 2021 de esta crisis.
Esto es posible después de que los titulares de al menos un 10% de todas las acciones de Ericsson votaran en contra en la junta de eximir de responsabilidades al consejo de administración y su presidente por sus actividades en el año fiscal 2021.
Según contempla la legislación sueca, al superarse el 10% de votos en contra, los miembros del consejo de administración podrían enfrentarse a acciones legales presentadas por parte de la propia empresa o sus inversores por lo ocurrido en el ejercicio pasado.
Entre los accionistas que han votado en contra, según recoge la prensa sueca, se encuentra la gestora de fondos Swedbank Robur o la firma de inversión Cevian. Esta última ya anunció esta semana el signo de su voto al considerar que les faltaba información para hacer un juicio informado de lo que se hizo mal y determinar quién fue el responsable.
Pese a esta llamada de atención, los accionistas también han decidido dar un voto de confianza al consejo de administración y la junta ha votado a favor de todas las propuestas de reelección de cargos, incluida la del consejero delegado de Ericsson, Börje Ekholm, y el presidente del consejo, Ronnie Leten.
Compromiso por la transformación
Tras la junta, el consejero delegado de Ericsson, Börje Ekholm, ha admitido en un comunicado que entiende las preocupaciones planteadas por los accionistas en torno a los hechos ocurridos en Irak, ya que se trata de "asuntos importantes".
No obstante, ha manifestado su compromiso por seguir liderando Ericsson en el actual proceso de transformación de la compañía y de su cultura, así como en el fortalecimiento de su comportamiento ético y de cumplimiento de la legislación con el fin de garantizar que el cambio sea "duradero".
Por su parte, el presidente del consejo de administración, Ronnie Leten, ha remarcado que tanto Ekholm como el resto del equipo directivo cuentan con todo el apoyo de la junta. "Hemos avanzado mucho, pero aún queda mucho por hacer. Realizar negocios de forma responsable y con integridad es esencial para impulsar un cambio real y positivo", ha remarcado.
Asimismo, ha recordado que en los cinco años que lleva al frente de la compañía, Ekholm ha liderado el cambio en materia de ética y cumplimiento y ha ejecutado la transformación de la compañía en este ámbito. "El consejo de administración de Ericsson está comprometido a apoyar el continuo viaje de transformación que está realizando la empresa tanto en su negocio como en el desempeño de las medidas de ética y cumplimiento", ha incidido.
Corrupción en Irak
Ericsson reconoció el pasado 16 de diciembre que una investigación interna llevada a cabo desde el año 2019 ha revelado la existencia de varias prácticas de corrupción en su filial en Irak. Entre ellas, podrían incluirse pagos a organizaciones terroristas como el ISIS con el fin de poder utilizar los corredores de transporte que estaban bajo su control.
Asimismo, también se descubrió que se realizaron donaciones económicas sin beneficiarios claros, así como pagos a proveedores por trabajos no documentados, se utilizaron proveedores para realizar pagos en efectivo y se financiaron gastos y viajes inapropiados.
La compañía también detectó otras prácticas contrarias a su código ético como violaciones de sus controles financieros internos, conflictos de interés, incumplimiento de las leyes fiscales y obstrucción de la investigación.
Ericsson llegó a un acuerdo en diciembre de 2019 con el Departamento de Justicia de Estados Unidos sobre esta investigación. Sin embargo, tras hacerse publica la información en los medios, el organismo estadounidense comunicó a la compañía a primeros de marzo que la información que había aportado para ese acuerdo era "insuficiente" y que, por tanto, había incumplido el acuerdo alcanzado.
Tras esto, la tecnológica ha confirmado que está en contacto con el Departamento de Justicia de EEUU para aclarar lo ocurrido y se compromete a cooperar con el organismo para resolver el asunto. Además, ha fichado a un nuevo director legal, Scott Dresser, para llevar a cabo una revisión integral de lo ocurrido en Irak y cómo se abordó.