Magdalena Szuskiewicz, consejera delegada de Gorillas España, ha confirmado a EL ESPAÑOL-Invertia que la empresa mantiene en estos momentos un proceso de negociación con varias empresas con el objetivo de dar entrada en el capital de su filial en España por primera vez a un socio estratégico.

En concreto, ha detallado que la compañía está conversando con dos tipos de posibles socios: empresas de comercio minorista (retailers), sean actores tradicionales del sector o plataformas online, y start-ups que operan en los sectores de la entrega a domicilio (delivery) o la movilidad. 

Asimismo, ha apuntado que, aunque no es su opción principal, también están abiertos a dar entrada en su capital a fondos de inversión y alcanzar después por otro lado un acuerdo con algún socio estratégico. No obstante, ha insistido en que su prioridad pasa por tener un partner que aporte algo más que financiación. 

En este contexto, ha señalado que en estos momentos mantienen "muchísimas conversaciones" con posibles socios y siguen abiertos a nuevos contactos, aunque su intención es cerrar un acuerdo en próximas semanas para centrarse en hacer crecer el negocio y llevarlo a la rentabilidad "lo antes posible". 

"Tenemos muy buenas opciones ya sobre la mesa", ha incidido la consejera delegada de Gorillas España, quien ha recalcado que en la compañía tienen "muy claro" qué es lo que buscan y lo que quieren hacer, por lo que no prevén que el acuerdo se retrase a final de año. 

Preguntada por la posibilidad de dejar de prestar servicio en España, Szuskiewicz ha remarcado que no está entre sus opciones, pero que, evidentemente, todo puede pasar. "Lo que estamos priorizando es buscar un socio estratégico por el bien de la empresa y para agilizar el crecimiento en la región", ha insistido.

25 millones de inversión

La compañía cifra en 25 millones de euros la inversión necesaria que permita a Gorillas alcanzar sus objetivos de rentabilidad marcados. No obstante, Szuskiewicz ha señalado que alguno de los posibles socios con los que están negociando está dispuesto a realizar una inyección mayor de capital a cambio de una participación más elevada. Incluso no descartan una venta total de la filial española. 

Gorillas se ha marcado como objetivo alcanzar el umbral de rentabilidad o break-even en el resultado bruto de explotación (Ebitda) a finales del año 2024. Ese mismo ejercicio la compañía prevé alcanzar unos ingresos de 70 millones de euros, frente a los 20 millones de euros que factura actualmente. 

Dos trabajadores en uno de los almacenes de Gorillas.

Szuskiewicz destaca que la actividad de Gorillas en España supone una "gran oportunidad" para los posibles partners, dado que la empresa cuenta ya con una infraestructura de 20 almacenes que dan servicio a las tres grandes ciudades del país: Madrid, Barcelona y Valencia. 

Así, ha remarcado que ahora es el momento de escalar las operaciones que ya tienen en marcha en estas tres localidades y pasar de los alrededor de 350 pedidos que reciben de media al día en cada almacén a entre 500 y 700, que es cuando una instalación puede ser ya rentable. 

Estrategia internacional

Por otro lado, Szuskiewicz también ha incidido en que desde el pasado mes de marzo las condiciones de mercado han empeorado en todo el mundo y han cambiado el panorama para todas las empresas que están en pleno proceso de crecimiento y búsqueda de rentabilidad, como las compañías de quick commerce o entrega rápida de productos de supermercado. 

En este contexto, Gorillas, una empresa que se fundó hace apenas unos dos años en Alemania, ha puesto en marcha una estrategia para impulsar la rentabilidad de su negocio, que incluye también el despido de 300 empleados en sus oficinas globales.

En concreto, la compañía ha decidido enfocarse en sus cinco principales mercados, Alemania, Francia, Reino Unido, Países Bajos y Estados Unidos, que representan en la actualidad el 90% de los ingresos de la empresa y ya han entrado en una clara senda de rentabilidad. 

Por el contrario, para Italia, España, Dinamarca y Bélgica, los cuatro mercados en los que menos tiempo lleva operando, la compañía acaba de anunciar que está analizando todas las opciones estratégicas posibles para la marca Gorillas en función de la sostenibilidad del negocio en cada mercado.

Oportunidades en el mercado español

Por otro lado, Szuskiewicz ha remarcado que España es un mercado que ofrece grandes oportunidades en el quick commerce de productos de supermercado, no sólo por ser un negocio en una fase incipiente (Gorrillas fue el primer actor en dar este servicio hace alrededor de un año), sino por alguna de sus particularidades.

Por ejemplo, destaca que a diferencia de lo que ocurre en otros países, en la cultura española son muchas las personas que siguen cocinando con productos frescos. Además, también es un mercado con una importante penetración de las aplicaciones de delivery, lo que hace más fácil que los usuarios se abran al quick commerce en productos frescos. 

La tercera de sus fortalezas reside en las condiciones demográficas del país, ya que un 70% de los españoles reside en pisos, el porcentaje más alto de Europa. Para la compañía, cuanto mayor densidad de población tenga una zona, mayor es su posibilidad de crecer al poder dar servicio a más personas en un espacio más pequeño.

Asimismo, Szuskiewicz también ha recordado que Madrid y Barcelona no darán nuevas licencias para empresas de quick commerce de productos frescos durante al menos el próximo año hasta que se defina la nueva regulación del sector.

En España hay actualmente tres competidores en este negocio (Getir, Gopuff, la antigua Dija, y la propia Gorillas), frente a los diez que existen en otros mercados más maduros. La consejera delegada de Gorillas en España cree que hay negocio suficiente para estas tres compañías e, incluso, para dar entrada a un cuarto competidor.

Gorillas cuenta actualmente con 500 empleados en España, de los que 70 trabajan en las oficinas y el resto son empleados de los almacenes y riders. La compañía recalca que trabaja con una plantilla propia con contratos fijos, respetando las exigencias laborales que hace un año impuso la Ley Rider.