La Comisión Europea ha abierto una investigación en profundidad para examinar la compra de Air Europa por parte de Iberia, ante la sospecha de que la operación podría reducir la competencia en setenta rutas nacionales españolas e internacionales con origen y destino en España. Una situación que no es nueva. Si tiramos de hemeroteca encontramos un precedente con muchas similitudes que genera cierta incertidumbre. Estamos hablando del intento fallido de compra de Aer Lingus por parte de Ryanair.
Hasta en dos ocasiones la low cost irlandesa intentó comprar la aerolínea. La primera vez (2007), la Comisión Europea determinó que la unión de las dos aerolíneas líderes del mercado irlandés aumentaría los precios. La segunda intentona se rechazó para evitar una situación de monopolio absoluto en las rutas en Irlanda en 2013.
En esta segunda ocasión es donde más similitudes encontramos con el caso español. Ryanair -que poseía casi el 30% de Aer Lingus por aquel entonces- quería comprar la aerolínea (también irlandesa) para crear una gran aerolínea en el país. Algo que ocurrirá con Iberia y Air Europa.
En concreto, la decisión de la CE de prohibir la compra fue para evitar que se produjera una situación de "monopolio absoluto" en hasta 28 rutas con destino u origen en Irlanda y problemas de competencia desleal en un total de 46. En el caso español, son 70 rutas las que se están analizando.
Ante esta negativa, Ryanair habría ofrecido a seis aerolíneas rivales la operación de servicios alternativos de algunas de las rutas de Aer Lingus, con el fin de conseguir la aprobación regulatoria a la adquisición de su rival doméstico, por la que llegó a ofrecer 850 millones de dólares (714,5 millones de euros).
Así, por ejemplo, propuso vender a IAG todas sus operaciones en el aeropuerto de Gatwick (Londres) y a Flybe (aerolínea desaparecida) un total de 43 rutas de Aer Lingus en Reino Unido y Europa. Paradojas del destino, fue IAG (matriz de Iberia) quien finalmente compraría Aer Lingus años después.
Iberia también ha ofrecido rutas a otros competidores como Volotea y World2Fly por si la CE detecta que hay problemas reales de competencia. A Ryanair esa solución no le sirvió. La cuestión será ver si a la aerolínea española le vale. Y eso se determinará a lo largo de este año.
Segunda fase
Ayer, 30 de junio, comenzó la segunda fase de investigación de la operación de compra de Iberia por Air Europa. La Comisión Europea dispone ahora de 90 días hábiles -hasta el 5 de noviembre de 2021- para decidir de forma definitiva si autoriza la fusión, con o sin condiciones, o si la veta.
Iberia renunció a presentar los remedy para que la Dirección General de Competencia pudiera resolver en escasas semanas la primera fase y decidió ir a la segunda (la que se acaba de iniciar) que implica una investigación más exhaustiva.
“Creemos que la resolución de este proceso llegará en el segundo semestre del año, como ya habíamos anunciado”, señalan fuentes de Iberia a Invertia, que confían en que las soluciones propuestas de cesión de slots -derechos de despegue y aterrizaje- a Volotea y a World2Fly.
“Hemos propuesto estas soluciones en caso de que la CE encuentre problemas de competencia; por lo que ahora se procederá al análisis”, anuncian desde la compañía presidida por Javier Sánchez-Prieto. Desde la enseña aseguran que en Barajas hay un 50% de slots disponibles que cualquiera puede operar. De ahí que entiendan que “es difícil monopolizar”.
Además, la fase 2 garantiza unas conclusiones más sólidas ante cualquier intento de alegación de otros grupos por cuestiones de competencia. Cabe recordar que la propia Ryanair se opone a esta fusión.
La CE, por su parte, ha abierto el proceso de sondeo del mercado en el que ha hecho circular medio millar de consultas entre aerolíneas competidoras, ministerios, comunidades autónomas, distintos despachos de Aena, Aesa, Aviación Civil y agencias de viaje, entre otras, según publicó ‘Cinco Días’.