Ya se ve la luz al final del túnel en el sector aéreo. Los datos para la temporada de verano invitan a un moderado optimismo. La programación prevista para esta temporada veraniega alcanza cifras muy cercanas a la situación prepandemia, con 212 millones de asientos programados, apenas un 0,4% menos con respecto al mismo período de 2019 y muy por encima del verano anterior, según datos de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA).
Estos datos no son homogéneos por comunidades autónomas. En Canarias hay programados un 8,1% más que en 2019 y en Baleares un 10,6% más, mientras que en Madrid es un 7,5% menos debido a que son aeropuertos con mayor número de turistas de negocios.
No obstante, el presidente de ALA, Javier Gándara, se ha mostrado cauteloso frente a estos datos. De hecho, no se espera que la demanda de tráfico se recupere totalmente hasta 2023.
Estos datos están condicionados a la evolución de la pandemia y de la guerra en Ucrania, la cual, aunque inicialmente frenó la actividad, de momento no ha tenido un impacto directo significativo en la misma, pero sí de manera indirecta a través del precio del combustible.
Tan condicionados como los precios de los billetes que podrían verse afectados por el aumento del precio del combustible. Aunque, a corto plazo Gándara prevé que “los billetes no suban de precios y serán competitivos a pesar de que las compañías reducirán márgenes”. A largo plazo dependerá de la evolución del precio del combustible.
“Algunas aerolíneas tienen coberturas amplias”, recuerda. Pero incluso a las que tienen buenas coberturas les afectará a largo plazo. “El queroseno es el 30% de los costes de las aerolíneas”, señala.
Homogeneizar
Asimismo, Gándara ha recalcado la importancia de la homogeneización de requisitos de entrada desde terceros países con una situación epidemiológica similar a la de la UE.
En este sentido, ha defendido que los países de la Unión, y en particular España, acepten las pruebas diagnósticas para entrar en el país desde terceros países, del mismo modo que lo hacen con los certificados de vacunación y de recuperación.
“Hay que acabar con esta maraña de disparidades que dificultan el viaje y disuaden al pasajero a venir. Deben darse facilidades, y si España tarda en dar este paso corre el riesgo de perder tráfico de turistas que optarán por países vecinos, como ocurre en Francia, donde las pruebas diagnósticas tienen la misma validez que la vacunación o el certificado de recuperación para los residentes en una mayoría de terceros países”, ha recalcado el máximo representante de ALA.
Asimismo, ALA reitera su petición de que se refuerce la dotación policial en los controles de pasaportes de los aeropuertos con gran tráfico internacional, ya que la congestión se traduce en un perjuicio para los pasajeros, tanto nacionales como internacionales, en forma de retrasos o pérdida de vuelos o conexiones en nuestro país.
Así, esta Semana Santa más de 3.000 personas perdieron su conexión sólo en el aeropuerto de Madrid- Barajas a causa de las largas esperas producidas en los filtros fronterizos.
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