Pullmantur no ha desaparecido del todo. Aún da sus últimos coletazos de vida, aunque sea en el Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme), donde se registran algunos de los movimientos que llevarán a la compañía a su extinción final a pesar de los intentos por reflotarla desde que se declarara en concurso de acreedores el 23 de junio de 2020.

En concreto, el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Madrid abrió hace unas semanas la fase de liquidación que se desarrollará paralelamente a la fase común del concurso de acreedores de las entidades Pullmantur Cruises y Pullmantur SAU. Durante la fase de liquidación quedarán en suspenso las facultades de administración y disposición del concursado sobre su patrimonio. 

De hecho, fue el verano pasado cuando la propia compañía anunció que iniciaría en los juzgados la solicitud de apertura del proceso de liquidación con el objetivo de realizar inventario de los activos para vender y pagar a los acreedores, según avanzó este medio. Pero no ha sido hasta ahora cuando se ha publicado la resolución judicial. Un proceso, además, que se llevará simultáneamente con el de disolución, según explican fuentes jurídicas a este medio. 

Un barco de Pullmantur.

Así, el inicio de la fase de liquidación por concurso de acreedores produce la disolución de pleno derecho de la sociedad. La sociedad no procede al nombramiento de liquidadores y la legislación a aplicar es la establecida en el capítulo II del título V de la Ley Concursal.

En busca de inversores

Durante este tiempo, Pullmantur ha tratado de encontrar inversores que apoyaran el proyecto a través de su administrador concursal, Data Concursal; pero sin éxito alguno a pesar de haber interesados. De hecho, la propia compañía reconocía el año pasado a este medio que la pandemia no le permitía iniciar sus actividades.

“Lamentablemente la prolongación del estado de alarma y sus sucesivas prórrogas, unidas a las restricciones en la operación de cruceros hicieron que Pullmantur, al igual que el resto de sus competidores, tuviesen que posponer de nuevo sus planes de reinicio de actividades, por las restricciones en España para contener el Covid-19, trastocando todos sus planes de trabajo”, señalaban.

Así, la naviera continúa inmersa en un proceso que se alarga en el tiempo casi de forma agónica. Y lo hace por varias razones: juicios e incidentes que la compañía seguía teniendo abiertos, explican fuentes del sector.

Cabe recordar que Pullmantur llegó a un acuerdo con una parte de sus trabajadores a los que les abonó 6,5 millones de euros en concepto de indemnizaciones. Pero no todos estuvieron de acuerdo e impugnaron el ERE que la naviera aprobó para toda la plantilla (320 empleados). 

Además, la empresa siguió pagando los reembolsos por billetes vendidos a particulares y agencias de viajes. Y, por si fuera poco, está en la lista de morosos de Hacienda con una deuda de más de 834.000 euros. 

Recuperación del sector

Su declive contrasta con las previsiones de recuperación para el resto del sector este verano. La capacidad que las compañías de crucero tendrían previsto desplegar en España a lo largo de 2022 podría alcanzar niveles casi semejantes a los de 2019, según datos de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA).

De hecho, algunas navieras absorberán a sus clientes. "Hay muchos pasajeros de Pullmantur que van a acabar en MSC porque no tienen más opciones", señaló recientemente el director general de MSC Cruceros, Fernando Pacheco, en una entrevista en EL ESPAÑOL-Invertia.

Quien sabe si la ansiada recuperación del sector un año antes hubiera podido también salvar a la naviera.