Javier Tebas le ha hecho un flaco favor a Jaume Roures. La Liga lanzó este lunes el pliego de condiciones para la subasta de sus derechos de televisión a partir de la temporada 2019-2020, un proceso que irrumpe de lleno en las complicadas negociaciones que mantiene Mediapro con las operadoras de televisión por la cesión de la Champions League y que frena los pocos avances de esta puja.
Tebas ha optado por un modelo de negociación exprés, con unos plazos muy acotados. La fecha límite para la presentación de ofertas es el 25 de junio, por lo que durante el próximo mes los operadores deberán centrarse exclusivamente en sus ofertas para este proceso, aparcando todo tipo negociación con Jaume Roures.
Esto significa que conoceremos a los operadores de La Liga antes que a los de la Champions, pese a que el primer torneo comienza en más de un año y que el principal campeonato de clubes lo hace en solo tres meses. Una gran diferencia de tiempos que no juega a favor de Mediapro.
Negociación aparcada hasta julio
De esta manera, la puja entre las operadoras de telecomunicaciones y Mediapro se paraliza al menos hasta primeros del mes de julio, solo dos meses antes de que comience la competición: el 18 de septiembre. La compañía catalana ve reducido los plazos y baja posiciones en las prioridades las 'telecos'.
Unos plazos mucho más reducidos si consideramos que la Supercopa de Europa es el 15 de agosto, un partido de alta demanda en España que enfrentará al Real Madrid y al Atlético de Madrid y que, por primera vez, solo se emitirá en pago. Es así como, de no mediar algún acuerdo, solo se podrá ver en Bein Connect, la plataforma (OTT) de emisión por internet del grupo Mediapro.
De hecho, si en esa fecha no están vendidos estos derechos a algún proveedor, esta plataforma deberá soportar por sí sola más de dos millones de visualizaciones simultáneas del partido, la media de un encuentro de Champions League en canales de pago. Un nivel de concurrencia nunca visto en España para un solo partido de fútbol en internet.
Mediapro: todo o nada
Lo cierto es que Telefónica, Vodafone y Orange, además de algún eventual proveedor tecnológico como Amazon y Facebook, deberán centrar todos sus esfuerzos en La Liga, destinar presupuestos y hacer cuentas. Es así como si un operador apuesta fuerte por La Liga difícilmente lo hará por la Champions, lo que también resta posibilidades de cara a las negociaciones de Mediapro.
Si a esto le sumamos las reticencias de estas telecos por comprar unos derechos que consideran que están muy por encima de su precio real, tenemos un explosivo cóctel en el que las papeletas de Jaume Roures se complican. Mediapro pagó más de mil millones de euros por estos derechos y ahora busca compartir estos costes con otras televisiones alquilando Bein Sports, la única televisión que emitirá las tres próximas Champions League.
Un ajustado calendario que presiona a Mediapro para que apueste fuerte por La Liga. En el caso de que se quede con estos derechos tendrá muchas más herramientas de presión para negociar la Champions, con dos paquetes de derechos.
Una situación similar a la que se vivió en el trienio anterior cuando vendió la Champions y La Liga a Telefónica por 2.400 millones, semanas después de que la operadora de telecomunicaciones se quedara sin el paquete principal del campeonato nacional.
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