La historia de Andreu Buenafuente en el mundo de la televisión se puede explicar de dos maneras. La primera, que todos conocemos, es la que construye diariamente como presentador de late night y donde es uno de los cómicos más respetados de España. La segunda, conocida por una parte menor del público, es la del empresario, que ha estado salpicada de múltiples altibajos en la última década y que es menos exitosa que la carrera televisiva del catalán.
Desde el año 2000 el presentador ha tenido muchas dificultades económicas para sacar adelante programas como Buenafuente, Homo Zapping, Salvados o Plan C. Sus últimos éxitos, como Late Motiv, La Resistencia, Preguntes freqüents, Loco Mundo o Alaska y Mario, han llegado después de un duro tránsito financiero en el que el comunicador ha llegado a arriesgar su propio patrimonio.
Desde 2010, Andreu Buenafuente ha pasado por al menos dos reestructuraciones societarias, tres negociaciones de su deuda con los bancos, pérdidas de más de 21 millones de euros y ha tenido que recurrir al aval de sus propios inmuebles para poder salvar a la compañía de los impagos.
Un carrusel de disgustos financieros que comenzaron a solucionarse con las colaboraciones de Buenafuente con Telefónica y Movistar+ a partir de 2016 y que esta semana han llegado definitivamente a su fin con la venta de su productora El Terrat a la todopoderosa Mediapro de Jaume Roures.
"El precio de venta ha sido menor que lo que Andreu quería y mayor que el que yo hubiese pagado, pero hemos llegado a un acuerdo satisfactorio", dijo Jaume Roures durante la presentación del acuerdo sin aportar cifras concretas de la adquisición. No obstante, fuentes del sector explican a EL ESPAÑOL que la valoración de El Terrat se sitúa entre los 26,8 millones, según los múltiplos del sector sobre beneficios, y los 34 millones que podría alcanzar según múltiplo sobre Ebitda.
Situación crítica
Estamos hablando de una valoración que además refleja la mejora de la compañía en los últimos años. Este cálculo no se queda corto respecto al precio final pagado por Jaume Roures a Buenafuente, según indican fuentes del sector. Un trato que no está mal para una Mediapro que facturó 1.967 millones de euros en 2018 y para El Terrat que ingresó 21,7 millones ese mismo año.
La operación representa un verdadero salvavidas para una compañía que lo ha pasado mal y que ahora se integra en un gigante audiovisual de dimensiones mundiales. El jueves pasado se jubiló formalmente el Buenafuente empresario, que ahora solo se encargará de la dirección creativa de su empresa y no de pagar las facturas y las nóminas. Se abre un nuevo horizonte que hace cinco años era impensable cuando los malos números pusieron en duda la viabilidad de su productora.
En 2015 la situación de El Terrat era crítica. La empresa confirmaba en sus cuentas enviadas al Registro Mercantil que no iban a cumplirse las condiciones pactadas en la última refinanciación y que abría un nuevo proceso para renegociar la deuda y "adaptar los pagos a la capacidad generadora del grupo".
Según constaba en estas cuentas Buenafuente utilizó como aval de la refinanciación dos viviendas y una plaza de garaje. El histórico presentador hipotecó una casa en Formentera, valorada en 1.260.000 euros, otra en Barcelona, de 500.783 euros, y una plaza de aparcamiento valorada en 15.046 euros.
En enero de 2013 El Terrat acordó con varias entidades financieras una refinanciación de la deuda del grupo que devengaba un tipo de interés fijo del 6% anual y la fecha de vencimiento era el 30 de enero de 2015. En abril de 2015, la sociedad y las otras empresas del grupo al que pertenecía suscribieron un nuevo acuerdo de
refinanciación de su deuda con dichas entidades financieras, con fecha de vencimiento el 30 de enero de 2020.
Vencimientos en 2024 y 2031
Ante la imposibilidad de cumplir con los pagos, el 1 de diciembre de 2016, El Terrat suscribió una novación modificativa no extintiva del acuerdo de refinanciación de su deuda con dichas entidades financieras. Dicho acuerdo estableció que 4,6 millones de euros se pagarían antes de noviembre de 2024 (al 2% de interés) y otros 6,9 millones se debían pagar antes de noviembre de 2031 (con un interés del 0,5%).
Las cuentas de 2018 de El Terrat indican que la deuda total al cierre de este año era de 3,6 millones en el Tramo A, de 4,5 millones del Tramo B y de 195.000 euros la deuda no refinanciada, hasta totalizar un pasivo conjunto de 8,3 millones de euros.
Pero la deuda no es lo único que se acumulado estos últimos años en El Terrat. Las pérdidas también han sido importantes: pese a que en 2015 ganó 33.200 euros, en 2016 perdió 1,4 millones, en 2017 ganó 834.000 y en 2018 ganó 2,4 millones, el desequilibrio acumulado al cierre del año pasado era de 21 millones de euros.
Lo que sí ha mejorado en este tiempo ha sido en la facturación. La empresa ha pasado de los 10,5 millones en 2015, el año de la crisis financiera, hasta los 21,4 millones de 2018. Unos ingresos que se han duplicado gracias al impulso de los contratos de El Terrat con Movistar+, la televisión de Telefónica.
Después de medio año en el dique seco tras abandonar La Sexta con su último late nigth En el aire, Buenafuente fichaba por el canal #0 de Movistar+ convirtiéndose en uno de los estandartes de la parrilla de la cadena. Un punto de partida que consolidó a El Terrat como el principal proveedor del canal con emblemas como La Resistencia o Loco Mundo.
Fin del empresario
Unos contratos que en buena media han servido para disparar la facturación de la compañía y que han hecho más atractiva la compra para Mediapro. En enero comienza la nueva vida de Buenafuente, en la que solo se dedicará a la creación y quedará liberado de las ataduras empresariales.
Finalmente, el cómico ha elegido el camino en el que más éxitos ha cosechado y, de paso, se embolsa unos 30 millones de euros según las estimaciones de los analistas de mercado consultados por este diario. Un montante nada despreciable para comenzar esta nueva era.