La publicidad en televisión está atravesando una dura crisis que le ha llevado a reducir sus ingresos a la mitad en tan solo tres meses. Desde el comienzo del confinamiento en marzo hasta el mes de mayo las televisiones españolas han dejado de ingresar 267,1 millones de euros, o lo que es lo mismo un 48% de caída en relación a los datos registrado en estos tres meses en 2019.
El parón de la economía ha llevado a las empresas a frenar drásticamente su publicidad y el soporte televisión ha sido el más damnificado, probablemente porque es que representa el mayor coste para los presupuestos de publicidad.
Los datos aportados por Infoadex indican que el conjunto de televisiones comerciales ingresó 278,8 millones entre marzo y mayo -los tres meses del confinamiento- muy lejos de los 545,9 millones que se llevaron en igual periodo de 2019.
En marzo la televisión -que incluye las cifras de Atresmedia, Mediaset y las televisiones de TDT, canales de pago y autonómicas, se llevaron 139,5 millones frente a los 181,6 de un año antes. Un 23,1% de caída interanual. Este mes incluyó las dos primeras semanas de confinamiento.
Del mismo modo, en abril los ingresos llegaron a los 61,6 millones -el más bajo de estos tres meses- frente a los 164,5 millones facturados un año antes. El retroceso fue del 62%. En abril se produjo el mayor frenazo de la economía ya que se registró una semana de hibernación total del aparato productivo del país.
Máximo consumo
Finalmente, en mayo los datos no fueron mucho mejores. El sector facturó 77,7 millones por publicidad frente a los 199,8 millones de un año antes. El retroceso fue del 61% y al igual que el mes anterior, por encima de la media de todos los soportes.
El problema de la televisión es que la publicidad sigue representando casi el 80% de todos sus ingresos en la mayoría de los casos, lo que se traduce en el que el retroceso de sus ingresos por publicidad sean casi equivalentes a los ingresos totales.
Si consideramos que esta caída se ha producido en un trimestre completo -una cuarta parte del año- el impacto en sus cuentas al final de año puede ser importante. Ello en medio de una situación compleja para un sector que lleva dos años intentando reinventarse para combatir la competencia de las plataformas de streaming y los nuevos consumos televisivos.
En estos tres meses además se ha producido la paradoja de que la televisión ha registrado los niveles más altos de consumo de su historia, en muchos días con máximos de 325 minutos de televisión por persona y día, casi triplicando el consumo habitual en años anteriores. Un consumo que no ha sido premiado por los anunciantes.