Preocupación en Podemos. El partido morado considera que está perdiendo enteros en la guerra de la opinión pública y que sus mensajes no están calando todo lo que quisieran en el grueso de la población, en especial en los ciudadanos de a pie. Una batalla con líderes de opinión en contra y con grandes bolsas de potenciales votantes que siguen a las tradicionales figuras de la radio y la televisión, críticos con su discurso.
Desde su nacimiento en enero de 2014, Podemos ha consolidado su fuerza y su militancia en las redes sociales. Fueron los primeros en apostar por Twitter, Facebook y posteriormente Telegram, para controlar sus mensajes, agitar a sus votantes y, sobre todo, fustigar y presionar a las voces disidentes.
Sin embargo, -según sus propios análisis- si quieren ser un partido con vocación de Gobierno deben dar la batalla en los medios tradicionales y en los que tienen más audiencia. Su militancia no puede crecer más en redes, por lo que su lucha es ahora por dar el salto a la televisión y a la radio. Y es aquí donde se están encontrando con comunicadores, periodistas y presentadores que no están siendo receptivos con sus mensajes.
Descontando la cercanía con los informativos de La Sexta y sus programas de análisis como La Sexta Noche o Al Rojo Vivo, su vinculación con otros espacios es nula. En este sentido, en el partido morado han identificado tres figuras particularmente incómodas que -creen- les pueden hacer perder muchos apoyos populares.
Nos referimos a Vicente Vallés, presentador de informativos de Antena 3; Carlos Herrera, uno de los líderes de la mañana de la radio; y Ana Rosa Quintana, líder indiscutida de las mañanas televisivas con El programa de AR. Tres comunicadores que suman diariamente a más de seis millones de seguidores y que no se callan su opinión respecto del partido morado. Tres profesionales a los que Podemos ha declarado la guerra.
Los señalados
Una batalla que paradójicamente se juega en el terreno de las redes sociales. A cada comentario de estos comunicadores contra Podemos, le sucede una ola de críticas lideradas por algún exlíder o responsable de la formación morada y una serie de militantes y bots que secundan el 'escrache' virtual. Una estratega totalmente coordinada de acoso y derribo con el único objetivo de desgastarles hasta silenciar sus voces críticas.
Bien lo sabe Vicente Vallés. El pasado 5 de julio Pablo Echenique cargó contra el periodista por criticar a Pablo Iglesias en el Caso Dina. "En realidad lo que le pasa a Vicente Vallés es simple y es lo mismo que le ocurre a toda la derecha y la ultraderecha: Le produce sarpullido que las cloacas no consiguieran su objetivo y Unidas Podemos esté en el gobierno. Está en su derecho, pero que no lo llamen "informativos", dijo el dirigente de la formación morada.
Del mismo modo, el pasado 10 de septiembre era Juan Carlos Monedero quien cargaba contra el periodista de COPE, Carlos Herrera. En su programa en internet, uno de los miembros fundadores de Podemos calificó a Herrera como "un periodista de raza dóberman, de los que pueden comerse a un judío si se acerca a la verja en el campo de concentración y en el hogar mover la colita al lado del jefe del campo”.
Del mismo modo, calificó a los oyentes del periodista como “energúmenos que no soportan la libertad ajena, machirulos, cortijeros, violentos, integristas, racistas, algún que otro pederasta con o sin alzacuellos, puteros, borrachos al volante, señoritos, falangistas, palqueros de fútbol, mentirosos, aprovechados…”. Monedero recibió el correspondiente apoyo virtual de Echenique con otro tuit.
¿Y Ana Rosa Quintana? La reina de las mañanas tampoco se libra de las críticas de Podemos. En mayo, Pablo Fernández, secretario General de Podemos Castilla y León, atacó con dureza a El programa de AR:"donde no se va a producir nunca una desescalada de bulos, mentiras y bilis es en El programa de Ana Rosa", dijo.
'Modus operandi'
Días antes, era el propio Pablo Echenique el que también atacaba a Ana Rosa Quintana, echándole en cara a la presentadora un bulo sobre Pablo Iglesias: "Ya que me lees, ¿al final desmentisteis aquel bulo de ultraderecha sobre las UVI móvil en casa del vicepresidente?".
En los tres casos y en decenas de episodios similares -todos acontecidos en Twitter- el modus operandi es el mismo. Primero, algún dirigente de Podemos critica con un tuit al periodista en cuestión, para lo que utiliza alguna frase o incluso un vídeo resumen con las 'inconsistencia' del señalado. Luego, decenas de miles de bots y seguidores del partido morado apoyan al Echenique de turno, comentan sus palabras y difunden el mensaje.
Un señalamiento público que busca callar al afectado y que en el caso de los tres mencionados, lleva produciéndose insistentemente durante los últimos seis meses, desde que Podemos llegase al Gobierno de la mano de Pedro Sánchez.
Pero ¿por qué Vallés, Herrera y Quintana? La explicación es simple y tiene que ver con las audiencias de los afectados. Podemos teme al altavoz que tienen estos tres profesionales y su gran tirón, que genera sentimientos negativos hacia el partido. Un sentimiento que a la larga les pasa factura en las encuestas y en las elecciones que pueden venir en el medio plazo.
En el caso de Vicente Vallés, en julio -el último mes antes de las vacaciones- su informativo llegó a los 1.674.000 espectadores de media diaria, un 16% de share. En lo que va de 2020 su informativo tiene una media de 2,3 millones -sin contar el verano- un 14,2% de cuota de pantalla, su dato más alto en los últimos 10 años.
Audiencias millonarias
Por su parte, el comunicador andaluz registró 2.443.000 oyentes en la última oleada del EGM conocida en abril, lo que supuso un crecimiento del 9,6% y su segunda cifra más alta en esta emisora.
Herrera ganó la friolera de 214.000 oyentes y ya sólo le separan menos de 400.000 de Hoy por Hoy de Cadena Ser, el líder histórico en esta franja. Cuando se estrenó el comunicador en 2015, la distancia era de más de un millón de seguidores. El liderazgo está a un paso. Un paso que espera dar en los próximos cinco años en Cope.
En el caso de Ana Rosa Quintana, El programa de AR, es líder de las mañana televisivas con una media de 735.000 espectadores y un 18,7% de cuota en su último curso. Un liderazgo que ya dura más de una década.
Todas las fuentes consultadas insisten en señalar que la estrategia de Podemos tiene muy difícil conseguir su objetivo y que será imposible callar a estos comunicadores, pero al mismo tiempo reconocen las dificultades que provocan contra sus blancos.
Una situación ampliamente criticada desde todos los sectores, donde se pide que no se señale a periodistas por hacer su trabajo y por opinar libremente. La lucha está abierta, pero parece que en Podemos no tienen ganas de claudicar.
Noticias relacionadas
- El récord de Carlos Herrera: los 35 millones de Cope que le convierten en el mejor pagado de la historia de la radio
- Vicente Vallés dispara las alarmas en Moncloa: el 'verso suelto' que impide que toda la televisión sea fiel a Sánchez
- Las claves del éxito financiero de Ana Rosa: renovación en Mediaset, nueva productora y prescriptora líder de audiencia