La última hora de negociación en los mercados ha puesto de manifiesto el pánico que sienten los inversores. Ha sido un día de ventas masivas en los mercados que ha acabado con un fuerte descenso a última que ha llevado al Ibex a vivir su peor sesión desde el pasado mes de agosto, el día del gran crash de China.
El selectivo ha caído un 4,44% hasta los 8.122 puntos. Este es su nivel más bajo desde julio de 2013, cuando la economía española empezaba a despertar de la crisis del euro que acabó en 2012 con las palabras mágicas del presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi: “Haré lo que sea necesario para salvar al euro y, créanme, será suficiente”.
Así de mal están las cosas en el selectivo. Hoy ha perdido más de 400 puntos en una caída en vertical durante toda la sesión. Este desplome se ha basado en una nueva caída del precio del crudo, después de que Goldman Sachs alertase de que el precio del petróleo seguirá bajo durante una década. Los inversores tampoco acaban de despejar las dudas sobre el crecimiento global y, cualquier movimiento del mercado, hasta el mínimo paso en falso, provoca una venta masiva de acciones en el mercado.
El giro bajista que han vivido las grandes bolsas europeas se ha cebado especialmente con la periferia. El Ftse Mib italiano se dejó hoy también más de un 4,5% y el ASE de Grecia se llega a desplomar un 7%; mientras que el Dax alemán o el Cac francés perdieron menos de un 4%.
La prima de riesgo se dispara
En un sólo día la prima de riesgo se ha disparado en 20 puntos básicos. Los inversores han buscado refugio a la crisis de las bolsas en la deuda alemana. Esto ha permitido al 'Bund' rebajar su rentabilidad hasta el 0,22%, su nivel más bajo desde abril de 2015, lo que ha disparado a la prima de riesgo española, que se mide como el diferencial entre lo que paga el bono alemán y el español.
En este caso, la fuerte caída de la rentabilidad del Bund ha llevado a la prima de riesgo hasta los 155 puntos básicos, su nivel más alto desde abril de 2015 y se aproxima a los máximos del último año. Esto significa que el mercado exige al bono español una rentabilidad superior al 1,7%, el nivel más alto en dos semanas.