Los inversores toman posiciones ante las expectativas de un resultado ajustado en las urnas, pero favorable a la permanencia ('bremain'). Los últimos sondeos electorales apuntan a una remontada en las últimas jornadas de esta posibilidad, que calmaría los temores de los mercados en torno al referéndum y una posible salida del Reino Unido del marco de la Unión Europea (UE).

La libra esterlina, termómetro de la percepción país entre los inversores, se ha disparado en la última semana un 7% desde los 1,40 a 1,49 dólares por cada divisa británica. Hoy, la moneda de las islas alcanza sus máximos anuales con una subida del 1,2% y se acerca a la frontera de los 1,50 dólares, su nivel más alto desde diciembre. 

En el mercado de deuda, los bonos británicos registran ventas debido a la mejora del clima financiero y porque los inversores se decantan por activos con algo más de riesgo como la bolsa. El bono a diez años de Reino Unido registra una subida del 5 puntos básicos en su rentabilidad -que se mueve de manera inversa al precio-, hasta el 1,36%.

La Bolsa británica, en positivo en 2016

Pero más allá de la deuda y las divisas, la Bolsa de Londres es el activo que más está sorprendiendo en los últimos días y ya cotiza en positivo en el acumulado de 2016. El Ftse 100, la referencia bursátil británica, se anota hoy un 1,2% y suma un 1,5% desde enero. Este comportamiento contrasta con las fuertes caídas que acumulan el resto de índices europeos en el mismo periodo.

El Ibex 35 español, por ejemplo, cae un 7% en lo que va 2016, un 17% el MIB italiano y en torno al 4% el Cac francés o el Dax alemán. Algo tiene que ver la celebración del referéndum británico, pero la verdadera razón de que la Bolsa británica supera al resto de sus pares europeas es su composición de compañías de materias primas y petróleo, que han registrado una fuerte recuperación en los últimos tres meses. La minera Angloamerican (+100% desde enero), el gigante petrolero Royal Dutch (+20%) o el bróker de materias primas Glencore (+70%) dan fe de ello.