Desde el 7 de abril de 2015, la prima de riesgo española no se había situado por debajo de los 100 puntos básicos y, en el arranque de esta semana, ha estado a punto de conseguirlo por dos veces. El diferencial entre el interés del bono español a diez años y el alemán al mismo plazo no se encuentra en ese nivel desde hace 16 meses, el plazo en el que se han producido siete acontecimientos electorales con efecto en los mercados y en el riesgo país: a saber, autonómicas españolas (mayo 2015), referéndum de Grecia (junio 2015), catalanas (septiembre 2015), generales (diciembre de 2015), referéndum en Reino Unido (junio) y generales (junio).
Pese al sensible incremento del riesgo financiero desde entonces -el Ibex ha firmado la peor racha de su historia con cinco trimestres en negativo- y el incumplimiento del control de las cuentas públicas, las primas se han mantenido contenidas salvo episodios puntuales de agitación. El riesgo país español cerró este martes en 101,08 puntos, un 40% por debajo del nivel alcanzado el pasado 24 de junio tras el crash bursátil provocado por el voto británico a favor de salir de la UE.
Buena parte de la culpa de este comportamiento se encuentra en las recompras continuas de bonos soberanos por parte del Banco Central Europeo (BCE), como parte de su programa de expansión cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés). Sólo en deuda española, el banco gobernado por Mario Draghi ha invertido más de 100.000 millones de euros hasta el primer semestre, un 50% más que al cierre de 2015.
La cifra no ha dejado de crecer en lo que va de 2016. En concreto, el saldo acumulado en las cuentas del Banco de España -que actúa en nombre del BCE- ha crecido un 50%, de 71.000 a 106.000 millones de euros al cierre del primer semestre. En los últimos doce meses ha crecido un 116% y un 200% desde enero de 2015.
El BCE, que en el verano de 2014 puso en marcha su programa de expansión cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés), ha sido el encargado de martillear las curvas de intereses y apaciguar las turbulencias financieras para los países bajo su paraguas. Su ritmo de compra de deuda se eleva a 80.000 millones de euros mensuales desde marzo, aunque en el conjunto del programa roza el billón. En su práctica totalidad son compras a vencimiento, es decir, que el BCE cobrará religiosamente el cupón de estos bonos hasta que se resuelva la deuda.
Pero no sólo el BCE explica el buen comportamiento de la prima española. El fuerte crecimiento de la economía -el PIB se alza por encima del 3% en tasa interanual-, las cifras récord de turismo extranjero y la senda de mejora en el recorte del déficit público han colocado a España en su mejor momento ante los mercado. De hecho, todos los bonos hasta cinco años ofrecen rentabilidades negativas. La deuda española es la que mejor se ha comportado en las últimas semanas tras el 'brexit', superando con creces a la italiana e, incluso, a la alemana. El interés del 'bund' se mueve en terreno negativo, pero el español ha bajado a mayor velocidad y está por debajo del 1%, el nivel más bajo de toda su historia.