Se ha convertido en el gran aliado de las grandes multinacionales europeas. También para las compañías del Ibex 35 con cierto nivel de rating. El Banco Central Europeo (BCE), a raíz del inicio del llamado CSPP (compra de bonos corporativos), se ha hecho con un hueco como comprador de referencia de la deuda privada, a razón de unos 5.000 millones de euros mensuales, que han logrado abaratar los costes de financiación empresarial.
Entre las agraciadas se encuentran varias empresas españolas de referencia: Telefónica, Iberdrola, Gas Natural, Repsol, Abertis, Red Eléctrica, Enagás, Mapfre, Redexis, Cellnex… En julio eran diez empresas. En agosto, el grupo de supermercados DIA entró con una emisión de unos 300 millones y ahora en septiembre, otra gran compañía española ha entrado en el carro de la compra del Banco Central Europeo (BCE). Se trata del grupo constructora y concesiones Ferrovial, que aparece en la última lista de la compra publicada por el Banco de España, que actúa por mandato del BCE.
La última lista semanal cuenta con 51 referencias de bonos, en su mayoría emisiones de Telefónica, aunque aparecen también los bonos que emitió la semana pasada Ferrovial, valorados en 500 millones de euros, con vencimiento en 2022 y con un cupón anual 0,378%. El grupo de la familia Del Pino tiene un rating de triple B, el requisito imprescindible para que esta deuda sea considerada fiable por el BCE y elegible en su programa CSPP (Corporate Sector Purchase Programme).
Ferrovial se aprovecha de esta manera de la voracidad del Banco Central para colocar su deuda a tipos ultrabajos. Comparativamente, en mayo de 2013, la constructora realizó otra emisión de 500 millones, pero tuvo que pagar un cupón superior al 3,3%, según indicó la empresa. El destino de este dinero no ha sido especificado, pero viene a respaldar los proyectos de construcción que tiene en marcha, además de aliviar su balance tras la adquisición en abril de la australiana Broadspectrum.
Más allá de Ferrovial, el BCE también se ha hecho en esta ocasión con parte de las emisiones de la empresa de autopistas Autoroutes du Sud, las automovilísticas alemanas BMW y Daimler. El volumen de inversión del banco central en cada emisor no se concreta, si bien, desde que el pasado 8 de junio comenzó a comprar deuda corporativa privada, se sabe que ha invertido más de 20.400 millones de euros. La cifra es elevada, pero supone sólo una fracción del billón de euros que la institución que dirige Mario Draghi ha destinado a comprar activos, en su mayoría deuda pública, en su QE (expansión cuantitativa).
Hasta la fecha, el BCE tiene en su cartera hasta 472 emisiones de deuda de empresas, con un volumen estimado en 424.750 millones de euros, según datos compilados por Bloomberg, de manera que sus compras sólo suponen el 5% del total.
Siguen las compras masivas de deuda pública
La mano invisible e incansable sigue, por tanto, actuando a diario en los mercados. Desde enero, el Banco de España, por mandato del Banco Central Europeo (BCE), ha comprado más de 41.000 millones de euros en deuda española, a razón de 170 millones diarios, según los datos del Tesoro. Acumula 112.750 millones de euros en su cartera hasta julio. Es la deuda pública española que está en manos de la autoridad monetaria, el equivalente al 15% del total de la deuda emitida por el Tesoro Público, es decir, sin contar el resto de Administraciones como comunidades autónomas o ayuntamientos.
La acción del BCE se produce en un contexto de fuerte desconfianza sobre la sostenibilidad del mercado de bonos, cuando algunos expertos comienzan a alertar de un próximo shock financiero porque están sobrevalorados. "Los inversores ven una clara vulnerabilidad a un 'shock de bonos' entre los activos de riesgo", dijo Michael Harnett, estratega jefe de Bank of America Merrill Lynch (BofAML) tras presentar la última encuesta de gestores de fondos elaborada por la entidad. En este sentido se pronunciaron los analistas del banco suizo UBS este lunes, en tanto que el índice VIX de volatilidad financiera se disparó en dos días un 60% ante la posibilidad de una subida inminente de tipos de la Fed que provoque una venta masiva de instrumentos de deuda.