Australia y Papúa Nueva Guinea han acordado clausurar el centro de detención de inmigrantes de la isla papuana de Manus, donde Australia retiene a 854 personas.
Las autoridades no han aclarado cuándo se desmantelará el centro ni tampoco qué ocurrirá con los solicitantes de asilo que lo habitan. Australia no tiene pensado admitir a los detenidos dentro de sus fronteras, por lo que serán acogidos en Papúa Nueva Guinea o devueltos a sus países de origen, informa la BBC.
El anuncio llega una semana después de que el diario británico The Guardian expusiera todo tipo de abusos sufridos por reclusos en la República de Nauru -donde se encuentra el otro gran centro de detención de inmigrantes de Australia- gracias a una filtración de más de 2.000 documentos internos. Los incidentes detallados incluían violencia y abusos sexuales contra menores.
Los centros de Manus y Nauru están gestionados por la compañía australiana Broadspectrum, que pertenece a la constructora española Ferrovial desde abril. “Todos los supuestos incidentes -independientemente de su veracidad- se registran y transmiten a todas las partes interesadas, incluidos el Gobierno de Nauru, el DIBP y proveedores de servicios para dar una respuesta apropiada”, afirmó Broadspectrum tras estallar el escándalo.
Naciones Unidas ha exigido a las autoridades australianas que cierren sus centros de detención en ultramar. “Estamos verdaderamente preocupados por las serias acusaciones de violencia, agresión sexual, trato degradantes y automutilación contenidas en más de 1.000 partes de incidentes de los centros de procesamiento en Nauru, muchos de los cuales involucraban a niños”, afirmó la semana pasada Ravina Shamdasani, portavoz de la Oficina del Alto Comisario para los Derechos Humanos de la ONU.
Ya en primavera, el Tribunal Supremo de Papúa Nueva Guinea declaró que retener a solicitantes de asilo en el centro de Manus -apodado por algunos como el "Guantánamo del Pacífico"- era inconstitucional. Éste abrió sus puertas por primera vez en 2001, luego cerró en 2008 y volvió a abrir sus puertas en 2012 en respuesta a las llegadas de refugiados y migrantes a Australia. En 2013, el Gobierno australiano acordó con Papúa que le daría dinero a cambio de reubicar a refugiados además de acoger el centro de detención.
Los solicitantes de asilo que alcanzan Australia son llevados a los centros de detención offshore mientras se procesa su solicitud en lugar de aguardar en el país. Si reciben el estatus de refugiado, son reubicados a Papúa, Nauru o Camboya, pero no son admitidos en Australia.