Desde la crisis de 1992 no se habían visto momentos tan complicados para la libra. En ese año un solo inversor, George Soros, doblegó al todopoderoso Banco de Inglaterra y le obligó a devaluar la libra un 25% contra el dólar en un solo día. Esa fue la mayor caída de la libra desde el final del sistema de Bretton Woods. Este año el desplome va ya por el 18% y, a medida que pasan los días, la situación parece complicarse más en las islas.
Tras el susto inicial provocado por la victoria del brexit en el referéndum de junio y la posterior relajación de los mercados, los inversores empiezan a temer una salida brusca del Reino Unido de la Unión Europea. Y cuando los inversores dudan, la volatilidad se dispara y los activos se deprecian. En este escenario está actualmente la libra y mientras las declaraciones de los distintos responsables de la Unión sigan apuntando a una salida sin concesiones, la divisa del país seguirá sufriendo en los mercados.
El problema es que después de desplomarse un 18% contra el dólar y un 16% contra el euro, la libra empieza a amenazar el equilibrio global del mercado de divisas. Y este es un factor que no conviene despreciar. El mejor ejemplo está en la última reunión semestral del Comité Monetario y Financiero del FMI. El primer punto de las recomendaciones del organismo en materia de política económica aparece su preocupación por los tipos de cambio. “Reconocemos que una volatilidad excesiva y la fluctuación desordenada de los tipos de cambio pueden tener consecuencias negativas para la estabilidad económica y financiera”, indican los gobernadores que forman parte del Comité.
Una volatilidad excesiva y la fluctuación desordenada de los tipos de cambio pueden tener consecuencias negativas para la estabilidad económica y financiera
Si actualmente hay volatilidad entre las mayores divisas del mundo es precisamente por el desplome de la libra. El tipo de cambio afecta a la competitividad de los países, por lo que una variación de este calibre puede generar todo tipo de efectos. “Nos abstendremos de realizar devaluaciones competitivas y no utilizaremos nuestros tipos de cambio con fines competitivos”, continúa el comunicado del FMI. En el Fondo son conscientes de los problemas que se derivan del deterioro del comercio mundial y de los desequilibrios entre las distintas economías. Al fin y al cabo, el año 2008 no queda tan lejos.
Un movimiento histórico
La caída de la libra de las últimas semanas recuerda ya a los grandes movimientos de la historia de la divisa. En promedio del último cuatrimestre, la libra ha caído un 3,5% mensual contra el dólar. Este descenso tan prolongado se ha colado como el quinto peor de toda la historia de la libra desde la caída del sistema de Bretton Woods.
El peor de todos se produjo en el de 2008 tras la quiebra de Lehman Brothers. El colapso del sistema financiero global provocó una salida de inversores hacia algunos activos refugio, como el dólar. El segundo peor movimiento de la libra fue el que se produjo en el año 1992, cuando Soros consiguió romper el Sistema Monetario Internacional (antesala del euro) y obligar al Banco de Inglaterra a devaluar su divisa. En cuatro meses la libra cayó un promedio de un 6%.
Los niveles actuales ya ponen en precio un escenario malísimo en el proceso de brexit
Está por ver cuál es el alcance de la caída actual de la libra. La mayor parte de las casas de análisis creen que lo peor ha pasado y que, aunque restan episodios de volatilidad, los bancos centrales serán capaces de frenar el desplome de la divisa. Sin embargo, el futuro de la divisa dependerá de las negociaciones del Reino Unido con sus antiguos socios europeos. “Los niveles actuales ya ponen en precio un escenario malísimo en el proceso de brexit”, explica Enrique Díaz-Álvarez, director de riesgos de Ebury.
“A corto y medio plazo, el impacto de la considerable devaluación que hemos visto hasta ahora evitará la recesión en el Reino Unido”, remarca Díaz-Álvarez. Sin embargo, Estos movimientos de la libra son un desafío para España, ya que es uno de los países con más conexiones económicas con el Reino Unido. ¿Cuál será el impacto sobre el turismo de la caída de la libra? ¿Y de las exportaciones? No sólo el cierre de las fronteras o las aduanas pueden dificultar el comercio de bienes y servicios, también el tipo de cambio.