Desde el pasado mes de septiembre, nunca se ha perdido la cota del 50% de componentes del S&P 500 en tendencia alcista. En octubre se rozaron máximos del último año con cerca de un 80% de sus cotizadas apuntando a engordar cotización, según datos recogidos por la firma estadounidense Bespoke Investment Group, que se centra en este índice amplio precisamente por aportar una mayor representatividad de los distintos sectores económicos.

La medida que se establece para juzgar la tendencia alcista de las compañías cotizadas en Wall Street es que marquen precio por encima de su media móvil de las últimas 50 sesiones, una medida comúnmente aceptada por la comunidad chartista para establecer la continuidad al alza de una acción en el corto plazo. La medida se extrapola también a los otros dos índices de referencia del parqué neoyorquino, pues las 30 que componen el Dow Jones figuran también en la cesta del agregado S&P 500, y lo mismo ocurre para los pesos pesados del tecnológico Nasdaq 100.

El estratega Richard Skaggs, responsable de renta variable en Loomis Sayles, del grupo Natixis, apunta a otros indicios que arrojan los gráficos para indicar que Wall Street parece tener garantizado el tradicional rally de Santa Claus, que imprimiría renovado impulso a las ganancias acumuladas. Así, destaca que el S&P 500 ¿no ha sufrido una corrección superior al 5 % desde febrero de 2016¿, mientras que habría que remontarse a marzo del año 2009 para encontrar una racha bajista que haya evaporado al menos un 20% de su valoración.

Por lo que se refiere a factores más fundamentales, Skaggs apunta a la continuidad de los bajos tipos de interés que dirigen un abultado volumen de inversión desde los bonos hacia la renta variable. En esta misma línea, el candidato mejor situado para relevar a Janet Yellen al frente de la Reserva Federal de EEUU, Jerome Powell, se ha pronunciado a favor de una política continuista con la labor de la actual presidenta. Una senda que además es compartida por los principales bancos centrales del mundo, lo que ¿ha generado un trasfondo estable de las condiciones financieras, dando lugar a un entorno saludable para el funcionamiento de las empresas¿, señala.

Mientras el PIB mundial se sigue expandiendo y algunos índices clave para medir el pulso de actividad económica global se mantienen en lecturas alcistas -como son los casos de los indicadores manufactureros y de demanda de materias primas- los beneficios empresariales también aguantan crecimiento. Con la perspectiva, refrendada en los balances del tercer trimestre, de que las cotizadas del S&P 500 generen este año unas ganancias un 10% superiores a las del año pasado, el consenso de analistas apunta que, con especial atención a la selección de sectores y valores, la escalada sigue contando con recorrido al menos hasta el próximo año.

POWELL, NOMINADO PARA PRESIDIR LA FED, PROMETE UNA RESPUESTA CONTUNDENTE FRENTE A CUALQUIER CRISIS