Según un informe del portal Patrón Bitcóin, el uso de esta criptomoneda tendrá "profundas consecuencias" en el sistema financiero y afectará a la organización social, algo que ya está empezando a ocurrir en España, donde hay una empresa que paga a su plantilla parte de la nómina en bitcoines.

Y ello después de que la divisa fuera "legitimada" el pasado diciembre, al ser aceptada por vez primera en dos mercados de futuros de EEUU, uno de ellos la Bolsa Mercantil de Chicago, la plataforma de derivados financieros más importante del país, tras lo que el índice bursátil Nasdaq anunció que hará lo mismo este año.

El bitcóin, divisa digital desarrollada en 2009 por Satoshi Nakamoto (alias cuya identidad real se desconoce), se sustenta en la tecnología "blockchain" o de cadena de bloques, base también de otras monedas encriptadas, lo que permite su descentralización.

Es decir, no depende de un banco central emisor ni está respaldada por ningún gobierno, y posibilita operar en tiempo real sin necesidad de intermediarios con la seguridad propia del sistema tecnológico.

Según los expertos consultados, algunos inversores consideran el bitcóin como el "oro digital", un activo en el que invertir en lugar de hacerlo en valores "refugio" como el oro o los inmuebles, lo que se ha traducido en un aumento de su cotización en el último ejercicio que prevén que continúe en 2018 hasta el entorno de los 50.000 dólares, "salvo grandes fallos de seguridad".

Acerca de este punto, otra de las tendencias en estos doce meses será la de los escándalos relacionados con "un fraude masivo en otra criptomoneda", indican desde Patrón Bitcóin, ya que actualmente existen más de mil tipos distintos de estas divisas, muchas "con dudosas propuestas de valor".

También se espera que, al crecer el número de plataformas de intercambio y de particulares relacionados con esta divisa, se incrementen los ataques informáticos o "hackeos", al haber nuevos inversores con menos conocimientos en materia de seguridad.

Y esto, unido a su volatilidad, ha puesto en alerta a los supervisores sobre una posible "burbuja", por lo que diversos países han comenzado a implementar medidas tanto en contra como a favor de su regulación oficial.

Entre los que apuestan por las restricciones sobresale China, que vetó las criptomonedas el pasado septiembre para combatir el lavado de dinero y otros fraudes, aunque, según el informe, este frenazo "solo hará más lenta su adopción" en el país asiático, sin llegar a detenerla.

Los países que regulan a favor de las criptomonedas son, entre otros, Corea del Sur, Japón (donde ya se reconocen como medio de pago), Singapur y Suiza, que buscan así atraer inversión relacionada con esta industria.

Sin embargo, desde el sector bancario tradicional han surgido voces críticas, entre ellas la del magnate estadounidense y gurú financiero Warren Buffett, que esta semana declaró que las divisas digitales tendrán "un mal final".

También se pronunció de forma negativa el supervisor del mercado estadounidense, la Comisión de Bolsa y Valores (SEC), que advirtió a los inversores sobre el riesgo de "perderlo todo" con estos activos no respaldados por la normativa.

En España, el presidente del supervisor de los mercados, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Sebastián Albella, manifestó su preocupación por este tema y anunció el lanzamiento de un grupo de trabajo junto con el Banco de España para analizar el fenómeno, que no se encuentra bajo la supervisión de los reguladores.

Aún así, el entusiasmo por el bitcóin también se ha expandido recientemente por España, donde esta semana se puso a la venta por primera vez un piso en bitcoines en Tarragona, después de que al inicio del año una empresa nacional fuera pionera en pagar parte de la nómina de sus empleados en esta criptomoneda, disponible en cajeros especializados.