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Mercados

Los tipos negativos de Draghi cuestan ya 13.250 millones de euros a la banca

El Banco Central Europeo (BCE) se adentró en las aguas de los tipos de interés por debajo del 0% en junio de 2014. Y desde entonces, los bancos europeos pagan una 'multa' diaria por su exceso de liquidez.

4 mayo, 2018 04:00

En concreto, y bajo la batuta de Mario Draghi, el BCE situó los tipos de interés de la facilidad de depósito en el -0,10% en junio de 2014. Tres meses después ejecutó otro recorte que los llevó al -0,20%. En diciembre de 2015 llegó hasta el -0,30%. Y en marzo de 2016 forzó la maquinaria hasta el -0,40% que aún sigue vigente. Nunca antes la institución monetaria se había atrevido a cruzar el umbral del 0%, con lo que se trata de una secuencia histórica.

Y muy relevante para la banca y su negocio. Aunque no se trata de los tipos oficiales, que no han pasado esa frontera y están en el 0% también desde marzo de 2016, los intereses de la facilidad de depósito son fundamentales en el engranaje monetario.

En los tiempos normales, es decir, de niveles superiores al 0%, el BCE remunera a los bancos privados por el dinero que les sobra cada día al interés en el que se encuentre el tipo de la facilidad de depósito. Para no incentivar que los bancos le lleven el dinero, habitualmente es un tipo inferior al oficial para que los bancos intenten rentabilizar su dinero por otras vías. En los tiempos anormales, es decir, los actuales de tipos negativos, el BCE no paga, sino que cobra a los bancos por el dinero que les sobra. O lo que es lo mismo, que el interés de la facilidad de depósito se encuentre bajo el 0% es una 'multa' que la institución pone a los bancos por su exceso de liquidez. En este caso, el incentivo que pretende lanzar el BCE es que los bancos muevan su dinero, que lo canalicen a la economía real, que lo inviertan; si no lo hacen, que pasen por caja y paguen la 'sanción' de los tipos negativos de la facilidad de depósito.

El problema es que no hay proyectos ni alternativas ni demanda de crédito para tanta liquidez como la que existe ahora en la Eurozona. Con el balance del BCE inflado hasta los 4,5 billones de euros -antes de la crisis se limitaba a 1,2 billones- a golpe de operaciones de financiación bancaria a largo plazo y de compras de deuda en el mercado, a los bancos les sobra mucho dinero cada día. Muchísimo, de hecho.

Esta semana el exceso de liquidez ha alcanzado los 1,9 billones de euros. Por poner en contexto esta cifra, el Producto Interior Bruto (PIB) de España es de 1,16 billones de euros. Es decir, cada día sobra en la Eurozona un volumen de dinero muy superior a la riqueza que España, la cuarta mayor economía de la región, genera en todo un año.

Ese dinero es el que tiene que pagar el 'peaje' de los tipos negativos en la facilidad de depósito. La factura actual se acerca a los 21 millones de euros al día. Y como estos intereses llevan bajo el 0% desde junio de 2014, la 'broma' alcanza ya los 13.250 millones de euros en los últimos cuatro años.

Este es el coste directo. Pero hay más, porque los tipos de la facilidad al -0,40% son cruciales en el hecho de que el euríbor a 3 meses lleve igualmente por debajo del 0% desde abril de 2015 y el euríbor a 12 meses también lo esté desde febrero de 2016, consecuencias que complican que los bancos ganen dinero porque tiran a la baja de los intereses que pueden exigir y cobrar por sus préstamos.

CAMBIO DE TERCIO

Estos motivos son los que explican que la banca anhele un golpe de timón en la estrategia monetaria del BCE. Aunque en el sector se admite que la abundante liquidez proporcionada por la institución monetaria, junto con esos bajos tipos de interés, ha evitado males mayores en las entidades y ha sido clave en la recuperación de la economía europea, también se entiende que ya es suficiente.

En este sentido, Draghi empezará a moverse en la segunda mitad de 2018. Primero definirá el calendario al que el BCE irá retirando los estímulos, una información que proporcionará en junio o, a lo sumo, en julio. Luego, todo indica que finalizará por completo las compras de deuda -dotadas ahora con 30.000 millones de euros al mes-, bien de golpe en septiembre o bien de manera paulatina durante el último trimestre de 2018. Si se cumple esta hoja de ruta, la subida de los tipos de la facilidad de depósito podría llegar en marzo de 2019. Sería la antesala del incremento de los intereses oficiales, que se produciría en junio.

 

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