Suiza rechaza limitar la creación de dinero al banco central
Los votantes suizos rechazaron hoy por una aplastante mayoría una iniciativa popular para que el Banco Nacional sea el único que emita dinero, una reforma que hubiese hecho de este país el primero en tomar una medida de este tipo y que muchos terminaron temiendo que convertiría a Suiza en un laboratorio financiero.
10 junio, 2018 12:47La radical reforma fue propuesta por un comité compuesto por individuos de diferentes sectores, incluyendo economistas, especialistas financieros, pero también docentes y grupos sindicales, que consiguieron reunir las 100.000 firmas necesarias.
El texto sometido a consideración de los ciudadanos daba al Banco Nacional del Suiza (BNS) poderes plenos y exclusivos en materia de creación de dinero, lo que según sus adherentes hubiese tenido el efecto de evitar burbujas especulativas y garantizar la estabilidad financiera del país.
Sin embargo, un 75% de votantes no se dejó convencer por esta argumentación y, en cambio, escuchó a los amplios sectores políticos y económicos que se oponían a la iniciativa por considerar que debilitaba a los bancos y creaba costes suplementarios que terminarían siendo pagados por los clientes.
Asimismo, se afirmaba que hacer del Banco Nacional de Suiza el único con potestad de emitir dinero amenazaba la independencia de la que debe gozar esta entidad monetaria.
Frente al fracaso experimentado en el referéndum, uno de los coordinadores nacionales de la campaña por el "Sí", Jean-Marc Heim, consideró que a pesar del rechazo la iniciativa permitió generar un amplio debate y "despertar conciencias" en la población sobre el poder que tienen los bancos comerciales gracias a su capacidad de crear dinero.
"No abandonaremos el combate", aseguró, tras afirmar que aquellos que han liderado el referéndum sobre este tema continuarán trabajando por una reforma del sistema bancario y por la reglamentación de las criptomonedas.
Para el diputado de la derecha Liberal-Radical, Olivier Feller (PLR/VD), copresidente del comité contra la iniciativa, "el pueblo no ha querido que Suiza se convierta en un laboratorio de experimentos en materia de política monetaria".
Actualmente, el Banco Nacional de Suiza emite billetes y monedas que sólo representan el 10% de la masa monetaria que está en circulación.
El resto consiste en "dinero escriptural", es decir que sólo existe de forma electrónica en una cuenta bancaria, que los bancos comerciales van creando a través de los créditos que aprueban, sea a empresas o particulares, en lugar de utilizar el dinero que sus clientes han depositado en sus cuentas.
Los autores de la rechazada iniciativa deseaban poner fin a ese sistema a cambio de otro que desde su punto de vista hubiese servido mejor para proteger el dinero de los clientes de bancos y prevenir nuevas crisis financieras.
El Gobierno suizo se opuso desde el principio a este cambio por el impacto que hubiese tenido en la actividad comercial de los bancos -un sector del que depende el 5,6% de los empleos y el 9,1% del PIB del país-, que habrían tenido más dificultades para financiar préstamos, entre otros problemas que anticipaba.
En su argumentación a los votantes, las autoridades federales explicaron que los bancos hubiesen debido buscar medios alternativos de financiación seguramente más onerosos, afectando sus márgenes de intermediación, y trasladando probablemente ese coste a los solicitantes de préstamos.
Asimismo, dijeron que para afrontar los riesgos en los mercados financieros se habían reforzado las exigencias en materia de liquidez y fondos propios de los bancos, particularmente de los de gran tamaño.