Tras aumentar un 3,1 % en 2017, el Banco de España prevé que el Producto Interior Bruto (PIB) aminore su avance hasta el 2,7% en 2018, el 2,4% en 2019 y el 2,1% en 2020. La revisión de una décima en el dato del próximo año viene dada por ¿las medidas fiscales y, en menor medida, la perspectiva de un tipo de cambio del euro más depreciado que el observado en los trimestres anteriores, cuyos efectos se ven neutralizados parcialmente por el impacto contractivo asociado a los mayores precios del petróleo¿, indican desde el organismo.

Estas son las primeras previsiones macro para la economía española que el Banco de España lanza desde la llegada de Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno, y la institución advierte de que ¿la actual fragmentación parlamentaria podría dificultar la implementación de reformas estructurales y aminorar el ritmo del proceso de reducción del endeudamiento público, lo que podría ocasionar efectos adversos sobre la confianza de los agentes¿. El organismo también insiste en ¿un hipotético repunte de la incertidumbre¿ relacionada con la situación política en Cataluña.

Como riesgos para el crecimiento procedentes del exterior, el Banco de España no descarta el posible surgimiento de tensiones financieras asociadas a un repunte de la incertidumbre geopolítica o al proceso de normalización de las políticas monetarias, en particular en EEUU. Asimismo, advierten de que ¿una eventual escalada en la adopción de medidas proteccionistas podría afectar al dinamismo del comercio y la actividad a nivel global e impactar negativamente en la economía española, cuyas exportaciones se han erigido como palanca del crecimiento a lo largo de la recuperación¿.

Pese a los obstáculos que pueden surgir por el camino, el organismo confía en que la fase expansiva de la economía española continúe, anticipando que el aumento sostenido de la ocupación ¿propiciará descensos continuados de la tasa de paro, hasta situarse, a finales de 2020, cercana al 11%¿.

INFLACIÓN

En términos de los promedios anuales, el IPC crecería un 1,9 % en 2018 (la misma tasa que en 2017), para posteriormente moderarse hasta el 1,7 % y el 1,6 % en 2019 y 2020, respectivamente. Las proyecciones actuales de inflación han sido revisadas al alza  en 2018 y 2019 (en seis y cuatro décimas, respectivamente), como reflejo sobre todo de la nueva senda esperada del precio del crudo.

En términos de precios, el Banco de España cree que los riesgos de desviación respecto al escenario central se orientan también a la baja, ¿ante la posibilidad de que el creciente uso de los factores productivos no se plasme en un aumento de la inflación subyacente tan intenso como el esperado¿.