Los mercados financieros apuran este lunes las últimas horas de actividad de un ejercicio sumamente difícil. La volatilidad, tan dormida en buena parte de 2016 y todo 2017, ha regresado, y sus coletazos de furia han sembrado de incertidumbre un mercado malacostumbrado a la mano protectora de los bancos centrales. Con la Reserva Federal (Fed) elevando los tipos de interés en cuatro ocasiones en 2018 y retirando liquidez del sistema, las dudas han vuelto. Una docena de referencias, como las campanadas que esta noche darán paso a 2019, evidencian la dificultad que ha tenido el año que se va.
I. Ibex 35. El índice español ha sufrido en 2018 su mayor descenso anual desde 2010. En el conjunto del ejercicio se ha dejado un 15%. El año en el que se esperaba que el Ibex reconquistara el 11.000 termina con el índice por debajo incluso del 9.000.
II. Endesa y Dia. La cara y cruz del Ibex en el año. En un ejercicio en el que al final ha primado la búsqueda de valores defensivos, la eléctrica Endesa evidencia esa tendencia al ser el mejor valor del año en el índice, con una subida superior al 14%. El caso opuesto lo muestra la cadena de supermercados Dia, hasta el punto de que ha acabado el año saliendo del Ibex en la revisión de diciembre. En 2018 ha acumulado un desplome del 90% en bolsa.
III. Dow Jones. Hasta comienzos de octubre, el índice bursátil más famoso del mundo se las prometía muy felices. Caminaba por encima de los 26.000 puntos, en territorio de máximos históricos. Pero los tres últimos meses han arruinado su marcha. En octubre sufrió un descenso mensual del 5%, en noviembre rebotó un 1,7% y en diciembre se deja más de un 9%, con lo que puede ser su peor mes desde febrero de 2009. Esta secuencia provoca que en su marcador anual luzca unas caídas del 6%, el peor saldo desde el fatídico 2008.
IV. Tipos de interés. Uno de los principales ejes del año, y con una clara protagonista: la Reserva Federal (Fed) estadounidense. Comenzó el año con la intención de elevar los tipos en tres ocasiones, pero finalmente, y bajo la batuta de Jerome Powell, que relevó a Janet Yellen en la presidencia en febrero, los ha elevado en cuatro ocasiones, hasta el 2,25-2,50%, el nivel más alto desde comienzos de 2008. En el caso europeo, el Banco Central Europeo (BCE) no los ha tocado, con lo que los oficiales permanecen en el 0% y los de la facilidad de depósito, en el -0,40%. La entidad presidida por Mario Draghi ha anticipado que no los tocará “hasta al menos durante el verano de 2019”.
V. Vix. En algún momento tenía que despertar. Y ha sido en 2018, el año en el que la volatilidad ha regresado al mercado. Tras marcar una media de 11 puntos en 2017, en 2018 ha promediado 16,6 puntos, con momentos de furia, como en febrero, en los que llegó a superar los 50, o en las últimas jornadas del año, en las que ha brincado los 35 puntos, unas cotas a las que no llegaba desde 2011. Acaba 2018 en torno a los 30 puntos, cuando hace un año se movía en los 10 puntos.
VI. Dólar estadounidense. Otro de los protagonistas de 2018. Empezó el año flojo, pero se fue entonando conforme la Fed fue aclarando sus intenciones con los tipos. En el conjunto del ejercicio se ha apreciado un 4,5% contra el euro, hasta los 1,146 dólares, o un 5,5% contra el yuan, hasta los 6,87 yuanes.
VII. Peso argentino. El empuje del dólar ha causado réplicas importantes en varias divisas emergentes, que han caído con fuerza. Ha sobresalido el caso del peso argentino, que en el conjunto del año se ha depreciado un 52% contra el dólar y cuyo hundimiento obligó al Gobierno de Mauricio Macri a pedir un nuevo rescate al Fondo Monetario Internacional. Pero ha habido otras caídas notables, como la de la lira turca o el real brasileño, que en 2018 han perdido un 28% y un 14,5% de su valor, respectivamente, contra el ‘billete verde’.
"Los brotes de furia del VIX y la amenaza de la curva invertida han despertado al mercado de su complacencia"
VIII. Bonos. El mercado no ha perdido de vista en 2018 el comportamiento de los bonos. Primero, porque el rendimiento de los bonos estadounidenses a 10 años ha metido el miedo en el cuerpo en distintas fases al superar el 3%, algo que no pasaba desde 2014. Y luego, sobre todo en la recta final del año, por la posibilidad de que la curva de rentabilidades de la deuda pública estadounidense se invierta, es decir, que los títulos a corto plazo renten más que los de largo plazo, una anomalía que asusta porque ha precedido a las siete últimas recesiones en EEUU. Finalmente, la rentabilidad de los ‘treasuries’ acaba el año en el 2,75%. En el caso español, el rendimiento de los bonos a 10 años la hace en el 1,40%, frente al 1,57% al que acabó 2017.
IX. Brent. Increíble trayectoria la del petróleo en 2018, un ejercicio en el que ha ido de más a mucho menos. En el caso del barril Brent, de referencia en Europa, superó los 80 dólares, algo que no hacía desde 2014, en distintas fases del año. La última, en septiembre. Desde entonces, una brusca corrección le lleva a despedir el año en los 53 dólares, con una caída anual del 20%.
X. Bitcóin. Si a finales de 2017 acaparaba la atención por su espectacular escalada, que le llevó a rozar los 20.000 dólares a mediados de diciembre, ahora finaliza 2018 en los 3.600 dólares. En el conjunto de 2018 su precio se ha hundido un 75%.
XI. Oro. Tampoco es que haya vivido su mejor año, pero el metal precioso ha revalidado su condición de activo refugio en un ejercicio difícil, sobre todo en contraposición con el comportamiento del activo que aspira a derrocarle, el bitcóin. Tras caer hasta los 1.175 dólares en agosto, la onza de oro al contado termina 2018 en los 1.280 dólares, cerca de los 1.300 dólares de finales de 2017.
XII. Euríbor. Empezó el año en negativo. Y lo acaba en negativo. La referencia para la mayor parte de las hipotecas a tipo variable en España continúa claramente por debajo del 0%. Aunque en diciembre firmará su noveno repunte mensual consecutivo, su subida está siendo muy pausada. Despedirá el ejercicio con una media mensual del -0,131%.